09/09/2024
**mis primeros pasos de mi gran obra soldado profesional mas alla de la guerra* que tendra su estreno en el 2025***
En la oscuridad de aquella noche, cuando los rayos caían como lanzas y la incertidumbre se cernía sobre nosotros, el objetivo militar estaba claro: avanzar. Pero para mí, había algo más en juego. Algo que llevaba años persiguiendo, aunque no sabía exactamente qué.
La explosión nos detuvo en seco. El campo minado había cobrado su precio, y un compañero yacía herido. Mientras atendía sus heridas, me pregunté por qué estábamos allí. ¿Qué nos impulsaba a enfrentar la muerte en la penumbra de la selva?
Yo era Soldado Andrés, proveniente de una vereda remota. Mi familia, humilde pero unida, vivía en una casa sencilla. Mi hermano Sebastián era el aplicado, el soñador. Mi madre valoraba todo lo relacionado con él, mientras mi dulce abuela era mi motor, mi faro en la tormenta.
La guerra había llegado a nuestra vereda sin aviso. Sin intereses económicos ni minería que justificara su presencia. Éramos campesinos rústicos, confundidos por las comunidades vecinas. La selva nos rodeaba, inaccesible salvo por los transportadores expertos que encontraban los puntos de desembarco.
Las campanas de la iglesia sonaban los domingos, pero un día todo cambió. La guerrilla llegó con sus políticas y sus impuestos. Mejorar las condiciones, decían. Pero ¿quién les había pedido ese favor? Éramos felices con lo que teníamos, aunque las dificultades fueran grandes.
Los soldados también llegaron, jugando a cara o sello con nuestras vidas. La guerra no trae más que dolor, y eso lo sabíamos bien. Martha, la vecina, tocó a nuestra puerta con la noticia más desgarradora: su hijo Simón había caído. Cubierto en rosas, dentro de un ataúd, parecía hermoso en su sacrificio.
¿Por qué murió Simón? ¿Cuáles fueron sus verdaderos sueños? Me preguntaba si él también se cuestionó su propósito en medio de la oscuridad. Quizás su sueño era proteger a su familia, a su vereda. Quizás su amor por ellos lo llevó a enfrentar la muerte.
Y así, en esa noche intensa, me hice una promesa. No solo lucharía por sobrevivir, sino también por entender. Por descubrir los sueños detrás de cada sacrificio. Porque, al final, todos éramos soldados en busca de respuestas en un mundo donde la guerra y el amor se entrelazaban en un juego de azar.