09/06/2024
# Reflexiones
# # Por: Misael Romero Herreño
Tomado de El Editorial
Hoy, más que un editorial, quiero invitar a los caqueteños a reflexionar sobre lo que sucede cuando los servidores públicos se encuentran recién llegados al poder, en medio de la "bacanería, pasarela, jolgorio y adrenalina" que esto genera.
Si entre el primero de enero, cuando el gobernador Luis Francisco Ruiz Aguilar asumió el cargo, y el 10 de abril, cuando cumplió los primeros 100 días de su gobierno, logró intervenir 300 kilómetros de vías terciarias, es decir, 3 kilómetros diarios, sin operarios, maquinaria, ni presupuesto adecuado, cabe preguntarse cómo se logró tal hazaña. Considerando que la contratación de personal, siendo juiciosos, toma alrededor de 45 días, y que el gobierno anterior dejó el 70% de la maquinaria fuera de uso, sin mencionar que solo quedaron 1,200 millones de los 7,500 millones aprobados por la asamblea departamental anterior, resulta difícil de creer.
En un evento de El Espectador, la afirmación del gobernador fue tan ridícula que sus colegas, el de Santander con un presupuesto anual de 5 billones de pesos y el de Córdoba con 3.5 billones anuales, quedaron estupefactos. El de Santander exclamó "vaya toche" y el de Córdoba dijo "¡monda no joda!", mientras que el periodista, incrédulo, preguntó: "¿eso es cierto, gobernador?".
Parece que el gobernador quiso impresionar a sus colegas y al periodista con algo que, en la jerga costeña, se llamaría "sipote mentira". Lo cierto es que, sin haber iniciado el fenómeno de La Niña, que según el IDEAM será igual o peor que hace 12 años, cuando más de 30 millones de colombianos se vieron afectados, los problemas viales en Caquetá siguen siendo graves. San Vicente está incomunicado con el Huila, Solita enfrenta su viacrucis anual, y Valparaíso, La Unión Peneya, San Isidro, Santiago de la Selva, Norcacia, El Para, Los Pozos, entre otros, no tienen vías adecuadas. Los pequeños poblados y veredas parecen haber sido olvidados en los 300 famosos kilómetros mencionados por el gobernador, lo cual, tras apenas 4 días de lluvias, se ha demostrado como una grave mentira.
Es evidente que al mandatario le falta seriedad y responsabilidad al abordar estos temas. Una mentira es difícil de sostener en el tiempo, y como dice el adagio popular, "cae más fácil un mentiroso que un cojo". Disculpas a quienes puedan sentirse ofendidos por esta expresión.
Con la emergencia ambiental recién decretada, el gobernador podrá disponer de recursos y contratar directamente sin acatar la ley 80 de contratación pública, entregando ayudas "humanitarias" que, esperemos, no sean para pagar apoyos políticos de campaña que aún no ha podido cumplir.
En un acto de honestidad, el secretario de obras e infraestructura del departamento, debería informar a los caqueteños sobre los "famosos" 300 kilómetros de vías. La Asamblea Departamental, que aprueba todo por unanimidad al gobernador, debería ayudar a esclarecer este punto por el bien de los campesinos, quienes cada cuatro años son engañados para que voten, y luego son abandonados hasta las siguientes elecciones.
Lo que debemos hacer los caqueteños ante el fenómeno de La Niña es recordar las promesas y mentiras de nuestros gobernantes y exigir a los organismos de control que trabajen. Es vergonzoso que despachos como la Procuraduría, la Fiscalía, las Contralorías y las personerías no actúen adecuadamente.
El Caquetá necesita resultados. Reflexionemos.