22/05/2023
Hoy quiero escribir sobre un grupo musical. Un grupo a cuyos integrantes no les sale tanto eso de hablar, en lo que son campeones es en escribir y tararear.
Les voy a hablar de un grupo de RAP como no ha existido uno para mí, (teniendo en cuenta lo poco que sé de RAP). Un grupo que como dice Gilmer Mesa, escritor paisa al que conocí en este mismo camino de descubrimientos, “𝘴𝘰𝘯 𝘦𝘭 𝘮𝘦𝘫𝘰𝘳 𝘨𝘳𝘶𝘱𝘰 𝘥𝘦 𝘊𝘰𝘭𝘰𝘮𝘣𝘪𝘢”.
Estos artistas llegaron a mí por mis hijos, ellos que son mi mejor regalo, me dieron este gran regalo, “Alcolirykoz”.
Colombianidad, poesía urbana, calle, crudeza, familia, dulzura, tantas variables reunidas en canciones que a veces me cuesta escuchar, pues he descubierto que la música que más me gusta y me mueve, es también la que más me duele. En palabras de estos artistas paisas es más o menos eso de que “...𝘥𝘪𝘤𝘦𝘯 𝘲𝘶𝘦 𝘶𝘯𝘰 𝘴𝘢𝘣𝘦 𝘲𝘶𝘦 𝘦𝘴𝘵á 𝘦𝘯𝘷𝘦𝘫𝘦𝘤𝘪𝘦𝘯𝘥𝘰 𝘤𝘶𝘢𝘯𝘥𝘰 𝘭𝘢 𝘧𝘦𝘭𝘪𝘤𝘪𝘥𝘢𝘥 𝘭𝘰 𝘱𝘰𝘯𝘦 𝘯𝘰𝘴𝘵á𝘭𝘨𝘪𝘤𝘰”.
Los Alcolirykoz nacieron en el barrio Aranjuez, en la comuna 4 de la ciudad de Medellín donde la vida los puso a escoger entre las balas de plomo o las que, como ellos mismos riman: su “𝘭á𝘱𝘪𝘻 𝘥𝘪𝘴𝘱𝘢𝘳𝘢𝘣𝘢 𝘺 𝘭𝘢𝘴 𝘱𝘪𝘴𝘵𝘰𝘭𝘢𝘴 𝘦𝘴𝘤𝘳𝘪𝘣í𝘢𝘯”.
Yo que vivo en Tauramena, Casanare, los conocí desde que mis hijos se fueron a Medellín a estudiar su universidad, hace más de 2 años. Desde ahí los escucho, los analizo y hoy por hoy me debato entre pagar alguna factura o comprar, (si es que todavía hay), la boleta de su concierto sinfónico en el Movistar Arena en Bogotá en julio.
Sus influencias van del bolero a la salsa, la música para planchar, hasta la música colombiana; han hecho coproducciones con artistas como la talentosa cubana Daymé Arocena, con los legendarios de la ETNIA, con Armando Hernández (por mencionar algunos) además de decir que se han presentado con varias sinfónicas del país.
Le cantan al barrio, la calle, la carrera, la violencia, la corrupción, el amor.
Los han entrevistado los eruditos de la música alternativa del país, varios intelectualoides y periodistas y les han hecho podcast y videos de todos los colores.
Ellos se mantienen independientes e intactos, aunque cada vez crezcan más, y eso no lo hacen solo sus 3 integrantes, Gambeta, Castro y Fa-Zeta; cabe mencionar que están perfectamente bien rodeados de otros artistas que los engrandecen, diseñadores gráficos, productores, el de las fotos.
Empecé a escribir este texto el día que se conmemoraba el Día del Arte y pensé que esta agrupación es eso, arte puro, letras que son también realismo mágico, porque eso son nuestras abuelas, nuestras casas, nuestros barrios, eso es Colombia.
Y los Alcolirykoz son letras fantásticas muy bien encontradas con la música.
Esto no es una invitación ni un anhelo para que muchos los conozcan, ellos seguirán siendo siempre un poco conocidos y también muy desconocidos, de lo que si estoy segura es que para muchos que hemos tenido el privilegio de escucharlos, sin duda, serán eternos,
“𝘚𝘦 𝘭𝘰𝘴 𝘫𝘶𝘳𝘰 𝘱𝘰𝘳 𝘋𝘪𝘰𝘴”.
María Elvira Arboleda