11/10/2024
ALEJO REY INMORTAL
Por si acaso yo me muero
Lo digo de corazón...
Me llevan al cementerio
Este pedazo de acordeón.
Alejo Durán
El acordeón en sus manos fué más grande : parecía que tenía más porte y categoría ; el festival de la leyenda vallenata arrancó en mil novecientos sesenta y ocho (1968) con Alejo como primer rey y para Consuelo Araujo Noguera esto fué un signo importante que determinó la buena estrella que siempre ha tenido el certamen. Así como el rey Midas convertía en oro las cosas que tocaba canciones para cambiar el oro por los sentimientos y contribuir con ello a descifrar la existencia.
Nadie cantó como él las crónicas de un vallenato, su voz era profunda y fresca, casi ronca, de campesino viejo, sin afeites, ni maquillajes, el pueblo sencillamente lo amaba como se aman los elegidos, estaba sintonizado en línea recta con el alma popular, era bueno como el pan y la lluvia, como la mota blanca que floreaba en los algodónales de Codazzi.
Su magia lo hizo insuperable, lo convirtió en una leyenda, es su alma el cariño que le ponía a la canción. El efecto que transmitía a la gente, el amor que le tenía a su "pedazo de acordeón" por eso nadie pudo cantar como el cantaba los versos bellos, adoloridos y estremecedores de "Alicia Adorada" en los que Durán forma parte de lo mejor del alma colombiana.
( Fragmento del libro ALEJO REY INMORTAL de los hermanos Bordeth)