24/01/2025
ABANDONO HISTÓRICO E INSTRUMENTALIZACIÓN DEL CATATUMBO
El Catatumbo es una región marcada por el conflicto armado en Colombia. Su pobreza y marginalización han superado cualquier límite, convirtiéndose en su característica más visible ante la indiferencia social e institucional. La realidad concluye un olvido histórico y un interés político-electoral exclusivo cuando de recordar y atender esta región se motiva.
Este corredor, denominado Catatumbo, nace en el cerro de Jurisdicciones, en el municipio de Ábrego, al oeste del departamento de Norte de Santander, y desemboca en Venezuela, en el lago de Maracaibo. El río Catatumbo atraviesa los municipios de Ocaña, Convención, San Calixto, Teorama, Hacarí y Tibú. Además, los municipios de El Tarra y Sardinata, junto con sus respectivos ríos, también desembocan en el Catatumbo, conformando así esta extensa zona.
Desde sus orígenes, en esta región habita la comunidad indígena Motilón Barí, extendiéndose desde la serranía del Perijá, en la parte final de la Cordillera de los Andes, hasta el norte del lago de Maracaibo y las zonas más bajas del Catatumbo. Actualmente, su presencia se ha reducido a un área más limitada, pero sigue conservando su identidad como comunidad indígena binacional entre Colombia y Venezuela.
El capitalismo rampante, sin importar las diferentes expresiones de vida y de comunidades ancestrales, decidió ir en contra de la integridad del pueblo indígena Barís, motivado únicamente con el objetivo de asegurar el petróleo. La primera incursión del Estado colombiano en este territorio se dio a través de la fuerza pública.
El EPL, con el frente Libardo Mora Toro, llegó al Catatumbo entre 1973 y 1974, específicamente al municipio de San Calixto. En 1979, el ELN se hizo presente con la toma guerrillera de Convención, consolidándose en los años 80 como el grupo armado predominante en el territorio. En su expansión, logró infiltrarse y establecer relaciones con los gremios petroleros activos en la región. Desde entonces, el ELN ha mantenido su presencia en el Catatumbo, con un interés en el control del petróleo, fortaleciendo su estructura y expandiéndose hacia el control territorial de cultivos ilícitos y narcotráfico.
Los Paramilitares que hacen parte de la historia colombiana, arribaron al territorio en 1992 con el frente Héctor Julio Peinado Becerra, perteneciente a las Autodefensas del Sur del Cesar, que más tarde se transformó en el Bloque Norte. En 1999, el Bloque Catatumbo ingresó a la región y en el año 2003 se consolidó el Frente Resistencia Motilona, adscrito al Bloque Norte y liderado por el jefe paramilitar Jorge 40.
En la administración del expresidente Álvaro Uribe Vélez (2002-2010), se recrudece el conflicto armado interno en Colombia. Desde el año 1994, con el accionar del mismo Gobierno contra las guerrillas, paramilitares y grupos de narcotráfico, aumentaron las masacres, desapariciones forzadas, ejecuciones extrajudiciales (falsos positivos), asesinatos selectivos, atentados terroristas y desplazamiento forzado. Además, se profundizó la corrupción en el Gobierno y la Fuerza Pública. En la política de seguridad democrática y la estrategia militar “Plan Patriota” contra las FARC-EP marcaron el recrudecimiento del conflicto, conllevando a enfrentamientos entre grupos guerrilleros.
La desmovilización de la Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) fue presentada como un logro según la narrativa del Gobierno del momento, pero en realidad, era una estrategia para consolidar la política de seguridad democrática. 20 años después, el ELN, grupo guerrillero permeado por paramilitares y otros actores, sigue teniendo presencia sólida en el territorio, más fortalecido y con asentamiento en el país Vecino Venezuela.
En enero del año 2025, el Gobierno venezolano declaró “enemigo público” por Asamblea Nacional a Álvaro Uribe por pedir una intervención militar en este país. Uribe, por su parte, señala al Gobierno de Nicolás Maduro como la tiranía responsable de las masacres y la tragedia humanitaria que se vive hoy en el Catatumbo en Colombia, y Venezuela señala responsable a Uribe por sus nexos con los paramilitares.
En Colombia, la oposición califica como un fracaso la política de "Paz Total" promovida por el presidente Gustavo Petro. Otros señalan que su antecedente como miembro del M-19 le mantiene una consideración que no le permite actuar militarmente contra los grupos armados al margen la ley, mientras que sectores más guerreristas proponen bombardeos y acciones de exterminio.
Todos estos hechos en el Catatumbo en un Gobierno de Izquierda, el primero en la historia patria, que ha tenido un sinnúmero de logros y acciones positivas para el Pueblo, que ha dado tan duros golpes a la corrupción desde el estado, a las estructuras del narcotráfico, a la mafia permeada en las instituciones, al destape de delitos de lesa humanidad, al empoderamiento de las bases, etc., sí puede tener un plan en contra, o la famosa mano negra de quienes se ven afectados con un verdadero Gobierno para el pueblo, permitiendo concluir que esta situación de violencia en el Catatumbo puede responder al Afán y ansiedad que despierta el periodo electoral, para un derecha desprestigiada, sin candidatos y sin propuestas, atreviéndonos a pensar entonces que para esas mentes maquiavélicas es necesario querer volver a vender el discurso de la seguridad democrática.