23/10/2024
Título: "La Gran Rodada: Un Viaje entre Amigos"
Hoy fue uno de esos días que recordaré para siempre. Desde el amanecer, ya tenía todo listo para la gran aventura con mis amigos. Llegamos temprano a la gasolinera de siempre. Yo, con mi moto lista para largos trayectos, estaba ansioso por la ruta. Camila y Juan, como siempre, con sus estilos únicos, también se preparaban para lo que venía. Camila, con su todoterreno, y Juan, con su naked, listos para cualquier reto que la carretera nos presentara.
Antes de salir, nos tomamos un momento para asegurarnos de que todo estuviera en orden. Cambié el aceite de mi moto, Camila ajustó su cadena, y Juan revisó las llantas. Sabíamos que la clave para un buen viaje no solo era disfrutar del camino, sino también estar preparados para todo.
Con los motores rugiendo, nos lanzamos a la carretera. La sensación de libertad no tiene comparación. Cada kilómetro recorrido era una nueva historia. Mientras rodábamos, disfrutábamos de la diversidad de los terrenos. Camila, como siempre, buscando los caminos más difíciles, no perdió la oportunidad de disfrutar de las curvas y los baches del terreno de tierra y barro.
En un momento, decidimos hacer una parada técnica en un mirador. El paisaje era increíble, pero también era una buena oportunidad para revisar nuevamente nuestras motos. Camila revisó su kit de arrastre, Juan ajustó su casco, y yo volví a verificar la cadena. Estábamos listos para seguir.
El tramo de barro fue el mejor momento del día para Camila. Con su moto todoterreno, enfrentó el terreno como si fuera parte de ella. Mientras tanto, Juan y yo rodábamos con cuidado, pero ella avanzaba sin problemas. La risa y la adrenalina se sentían en el aire.
Al final del día, llegamos a un mirador impresionante. Las motos alineadas, el sol cayendo y el silencio del paisaje nos hicieron sentirnos en paz. Fue uno de esos momentos en los que todo se alinea y te das cuenta de que la vida en dos ruedas es la mejor que puedes tener.
Al caer la noche, el regreso fue igual de especial. Las luces del atardecer nos guiaban de vuelta a la ciudad, sabiendo que esta aventura era solo una de muchas que aún nos quedaban por vivir.
MotoStuntCucuta