La Tribu Cínera

La Tribu Cínera Espacio para resaltar la idiosincracia de los pueblos descendientes de una cultura pujante y bravía.

Don José del Carmen Jiménez: El Patriarca del PuebloEn medio del bullicio constante de la plaza de mercado del pueblo, d...
30/08/2024

Don José del Carmen Jiménez: El Patriarca del Pueblo

En medio del bullicio constante de la plaza de mercado del pueblo, donde la vida económica palpitaba con fuerza en los años 60 y 70, se erguía con imponente dignidad la figura de Don José del Carmen Jiménez.

La plaza, inaugurada en 1957 sobre los vestigios de una de las casas más antiguas del lugar, se había convertido en el epicentro del comercio, especialmente en lo que respecta a la venta de carne, el motor económico que alimentaba al pueblo.

En esos días, la plaza era un hervidero de actividad. En la planta baja, las cocinas y mesas donde se pesaba la carne estaban siempre ocupadas por un selecto grupo de peseros, hombres serios y laboriosos que dominaban su oficio con precisión. Nombres como Don Rafael Rosas, Don Luis Parada, Don Pachito Parada, Don Luis Ovallos, y los hermanos Camargo Ramírez , y otros que mi memoria no recuerda, eran sinónimo de trabajo duro, pero entre todos ellos, Don José del Carmen Jiménez se destacaba de manera especial. Con sus delantales bien puestos y cuchillos que relucían después de ser afilados en las lajas traídas de la quebrada de Cordero, estos hombres trabajaban sin descanso, alimentando la economía del pueblo. Es importante resaltar la generosidad de este gremio, que fiaba a los campesinos de las veredas, permitiéndoles pagar sus deudas hasta seis meses después, cuando la cosecha de café se vendía.

El ambiente en la plaza era único. Allí también estaban los conocidos por cariño como "despilinchadores", quienes se encargaban de sacrificar y faenar los animales, y de preparar las vísceras. Entre ellos, se recuerda con cariño a "Pispirillo", que arreglaba los marranos, junto a Jorge Vaquero y Miro Cruz. Mientras los peseros hacían su trabajo, salaban la carne, alistaban las hojas de bijado (o viado como decimos por acá) para en volvérsela a sus clientes, los picadores de hueso en sus gigantes troncos de madero hacían su trabajo, bajo la mirada hambrienta y tierna de los caninos del lugar merodeaban, esperando pacientemente que algún hueso cayera de la mesa, ya sea por accidente o por la generosidad de algún trabajador. Este microcosmos de vida era un reflejo de la resiliencia y el esfuerzo diario de todos los que allí trabajaban.

Don José, con su porte esbelto, mirada seria, bigote y sombrero, destacaba en este entorno. Llegó a estas tierras cuando apenas tenía 10 años, proveniente del municipio de Villa Caro, acompañado por su madre, Doña Rosa. Desde joven, demostró una inclinación natural hacia las labores del campo, aprendiendo rápidamente el negocio del ganado. Su habilidad para calcular el peso de los animales era legendaria; podía estimar con precisión cuánto pagar por cada semoviente, lo que le valió una reputación como comprador respetado y confiable.

Su popularidad como hombre honesto y de palabra era su mayor tesoro. No esperaba a que el sol saliera para empezar su jornada, y en el pueblo, su palabra tenía el valor del oro. Esta reputación fue, sin duda, la que llevó a Doña Flor de María Lizcano a aceptar su propuesta de matrimonio sin dudarlo. Juntos, Don José y Doña Flor formaron una familia numerosa, criando a Belén, Pepe, Beto, Arcylia Turra, Rosa, Hernando, Mirian, Pedro, Alexander, Eduardo, y Milena. Hoy don José descansando en su taburete vive rodeado del amor de sus 26 nietos y 7 bisnietos, quienes continúan su legado con orgullo.

Amante de las ferias de calle, especialmente de las carreras de caballos que se realizan los lunes, Don José siempre participa con entusiasmo, viendo a sus hijos o nietos, buenos chalanes, montando sus caballos en las competencias. Su figura es respetada y admirada en el pueblo, un verdadero patriarca de la tribu cinera, cuya vida y trabajo han dejado una huella imborrable en la historia de la comunidad.

Larga vida a Don José del Carmen Jiménez, un hombre de palabra y un pilar fundamental de estas tierras

28/08/2024

Recordando a Franklin Cárdenas desde la escuela

Esos recuerdos de la niñez nos llevan de vuelta a una época donde todo parecía más simple y lleno de maravillas. En los años ochenta, en la escuela José Celestino Mutis, allá en Salazar, era un mundo en sí mismo. Fue ahí, en esos salones amplios, con pupitres largos y robustos, donde muchos de nosotros dimos nuestros primeros pasos en la educación, de la mano de maestros como Matías García, doña Irma Castañeda, Hernando Lindarte y el profesor Carlos Jaimes. Ellos fueron quienes nos mostraron que las palabras podían ser leídas y los números sumados, gracias a la cartilla Coquito y el libro de Mis Matemáticas.

La escuela, con su ambiente de camaradería y travesuras, tenía una magia única. Las izadas de bandera eran ceremonias que llenaban de orgullo a todos, aunque a algunos, como a mí, la indisciplina nos privaba de ese honor. Sin embargo, las procesiones de la Virgen y las poesías para el Día de la Madre nos brindaban otras formas de destacar. Y luego estaban esos pequeños placeres: las arepas que mi madre me preparaba y que escondía bajo la tapa del pupitre, el aroma del queso de triaca que se mezclaba con el bullicio de la clase, y las deliciosas chupetas de miel y coco que vendía el profesor Helio Cárdenas.
Entre juegos y risas, crecimos en esa escuela. Jugábamos a la lleva, nos lanzábamos al piso, y nos organizábamos en filas, siempre peinados con aceite Johnson, listos para la vida. Pero como todo, la niñez y la escuela también llegaron a su fin. Las voces se volvieron más graves, las sensaciones del cuerpo cambiaron, y muchos seguimos adelante, cargando esos recuerdos que aún nos hacen sonreír.

Hoy, quiero hablar de uno de esos compañeros que compartió conmigo esa época dorada: Franklin Cárdenas González. Franklin, hijo del profesor de las colombinas Helio y de doña Elina, la secretaria del juzgado, fue un compañero especial. Mientras otros jugábamos y trabajábamos en los cultivos del Instituto Agrícola, Franklin se distinguía por su amor por la literatura y los idiomas. No era raro verlo "hacerse el toche", evadiendo el trabajo con un libro en mano y un helado en la otra.

Estudio en la universidad de Pamplona, y su pasión por el conocimiento lo llevó lejos. Después de graduarnos, Franklin recorrió el mundo, aprendiendo idiomas y acumulando experiencias. Hoy, convertido en un verdadero políglota, habla y escribe con fluidez en seis idiomas. Su dedicación y amor por la cultura lo han llevado a obtener títulos que reflejan su incansable búsqueda de saber. Es magíster en lenguas, doctor en educación, y mucho más.

Franklin, ese "mochuelo" como lo llamaba el cura Luna, es un orgullo para nuestra generación. Hijo de estas tierras cafeteras, ha sabido llevar en su corazón el paisaje que lo vio crecer, recreando su existencia a través de la literatura y el conocimiento. Me siento honrado de haber sido su compañero, y de haber compartido con él esa época maravillosa que hoy recordamos con tanto cariño.

En el lanzamiento de esos dos libros lo acompañaremos, porque franklin es NUESTRO NOVEL DE LITERATURA SALAZAREÑO, vamos todos los de la tribu Cinera , es una evento que no se repite a menudo en el pueblo, felicitaciones….

27/08/2024

Mónica, la Reina de la "Piña de Gramalote"

En las laderas de la historia de Gramalote viejo, un pequeño municipio que alguna vez fue un remanso de paz y tradición en el Norte de Santander, se forjó el carácter de Mónica, una mujer que hoy es conocida como "La Reina de la Piña". Su apodo no es solo un reconocimiento a su ingenio y perseverancia, sino también un tributo al fruto que le ha dado el impulso para levantarse, luchar y triunfar.

La vida de Mónica cambió para siempre cuando Gramalote, su tierra natal, fue destruido por un desastre natural. Desplazada y obligada a dejar atrás todo lo que conocía, Mónica llegó a Cúcuta con más incertidumbres que certezas. Sin embargo, lejos de rendirse, encontró en su dolor una fuente de fuerza. Comenzó a estudiar Tecnología en Procesamiento de Alimentos, en el SENA,una decisión que marcaría el inicio de una nueva etapa en su vida.

Hace una década, junto a su esposo, un filósofo que había comprendido que el pensar y el hacer van de la mano, decidió apostar por un pequeño emprendimiento: el aprovechamiento de la piña. Comenzaron vendiendo trocitos de piña en almíbar, ese dulce manjar que adorna las pizzas y las comidas rápidas. Poco a poco, con trabajo duro y perseverancia, su producto se posicionó en el mercado local. Hoy, las charcuterías de Cúcuta y su área metropolitana, un total de 146, ofrecen con orgullo los productos de "La Reina a su Mesa", la empresa que Mónica y su esposo levantaron desde cero.

Pero Mónica no se detuvo allí. A medida que su negocio crecía, ella también lo hacía. Continuó capacitándose y se especializó en higiene e inocuidad alimentaria. Gracias a la convalidación de créditos de sus estudios en el SENA, y su dedicación en la Universidad Abierta y a Distancia, hoy Mónica es una ingeniera de alimentos titulada.

Cada mañana, el aroma dulce y vibrante de la piña llena su hogar y su espíritu. Es ese olor, junto con el amor y el apoyo de su familia, lo que le da la fuerza para seguir adelante, para luchar por un futuro mejor. Mónica, la Reina de la Piña de Gramalote, es un ejemplo vivo de que, incluso cuando la vida parece derrumbarse, es posible reconstruirla con trabajo, amor y determinación.

Asi son las cosas....
20/08/2024

Asi son las cosas....

Al santuario de la virgen de Belén acuden cada fin de semana más de 4.000 personas a pedir favores y a pagar promesas.

30/07/2024

Valorando la Vida en Imágenes y escritos a personas que parecieran invisibles

Me disculpa, pero me gusta escribir y registrar la vida en imágenes. Algunos dirán que son pendejadas, pero para mí encierran la alegría de vivir. Capturar esos momentos me permite valorar a conocidos que hacen de la vida algo especial, como un tarro de dulce de leche hecho en el pueblo, dulce y reconfortante, pero sin elevar la glicemia.

Estos recuerdos, aunque simples, son los que realmente le dan sabor y significado a la existencia.

16/07/2024

De Mal Paso a La Purísima en la Fiesta de la Virgen del Carmen

La devoción a la Virgen del Carmen, conocida también como Nuestra Señora del Carmen, ha trascendido fronteras y ha reunido una gran cantidad de seguidores en todo el mundo. Esta adoración tiene un significado especial tanto para los conductores como para los marineros, quienes la han adoptado como su patrona debido a la protección e intercesión que se le atribuye en situaciones de peligro, y deciden presentarse ante ella en el mes de julio.

La relación entre la Virgen del Carmen y los conductores se fundamenta en la creencia de que ella brinda protección e intercesión en situaciones amenazantes y riesgosas en las carreteras. Los conductores confían en su guía celestial para enfrentar los peligros del camino y para mantenerse a salvo durante sus viajes.

A lo largo de los siglos, la devoción a la Virgen del Carmen ha crecido en España y en las colonias españolas de América Latina, especialmente en Colombia. En el siglo XVII, se fundaron numerosas cofradías y hermandades en honor a la Virgen del Carmen en diferentes regiones del país, dedicándose a promover la devoción y a realizar actos de caridad en su nombre.

Para expresar su fe y gratitud, realizan procesiones en caravana , llevando estatuas y símbolos de la Virgen en las calles. Los conductores decoran sus vehículos y participan en caravanas junto con otros creyentes, tocando las bocinas y exhibiendo símbolos alusivos a la celebración, buscando su intercesión y protección en el camino.

El domingo más cercano al 16 de julio, fecha en la que se conmemora la aparición de la Virgen María ante San Simón Stock, un carmelita inglés, en el año 1251, se celebra con gran fervor. Durante el mes de julio es común observar carrozas y numerosos camioneros que colocan imágenes de la Virgen del Carmen en sus vehículos como símbolo de protección durante sus viajes.

En mi pueblo, Salazar de las Palmas, esta tradición no se escapa. Lo recuerdo como si fuera hoy en los años ochenta, cuando los vehículos en el pueblo eran pocos. Durante la procesión, nos colgábamos en el bus de la trazan, o sino en el camión de la fruta. Había uno que recuerdo mucho, le decían La Piragua. Recuerdo al chofer, a quien llamaban "La Siota", un hombre de bigote, alegre y parrandero, buen chofer, y que me dejaba montar adelante. También recuerdo al chofer del bus, llamado Maximino.

Las señoras emperifolladas del pueblo, muy devotas, organizaban los escasos carros, sacaban las cortinas de la casa, flores y demás, y hacían bellas carrozas. El cura, como hoy, bendecía los escapularios y todos nos peleábamos por tener uno. Algunos compañeritos se los colocaban en el tobillo, otros en la cintura y en el cuello, como amuleto de buena suerte. A mí, el cura Luna me dijo que eso eran mentiras, y yo le repliqué que la fe mueve montañas.

En el pueblo había muchas Carmelas, Carmenes y José del Carmen, todos en honor a la Virgen. Muchos cumplían años y, como dijo Diomedes Díaz, todos gritaban en silencio: "Virgen del Carmen, protégenos".

El cura Luna fue la persona que le dio el nombre al lugar donde está el monumento a la Virgen. Anteriormente, este lugar se llamaba Mal Paso, y al cura no le gustaban ciertos nombres de la región como este, o el de la quebrada El Mandingas, o la cascada del Diablo, lugares que todavía se llaman así. Decía que eran feos. De ahí que "Mal Paso" lo llamara "La Purísima" en honor a la Virgen del Carmen, y es allí donde se hace la misa y comienza el desfile.

Cosas de mi pueblo: hoy sonarán pitos, gozos y aleluyas en honor a la patrona de los conductores.

Foto de señoras en Salazar en los años 80 arreglando la carroza ..

15/07/2024

De la Vereda Bajiales al Estrellato

En la vereda Bajiales, en el hermoso pueblo de Salazar de Norte de Santander, nació un niño llamado Richard Ríos. Hijo de campesinos laboriosos, Richard creció rodeado de montañas y campos verdes. Sus padres, buscando mejores oportunidades, decidieron emigrar al casco urbano, dejando atrás la tranquilidad del campo por la promesa de un futuro más próspero.

En el pueblo, la vida no era fácil. La madre de Richard, una mujer humilde y trabajadora, encontró una manera de contribuir a la economía familiar: puso a su hijo a vender helados en el parque. Richard, con su espíritu entusiasta y sonrisa contagiosa, recorría el parque ofreciendo helados a los visitantes. No solo vendía helados, sino también melcochas, esos dulces tradicionales que encantaban a todos.

A pesar de sus responsabilidades, Richard siempre encontraba tiempo para su verdadera pasión: el fútbol. En sus ratos libres, se dirigía a la cancha de la calle cuarta, donde jugaba microfútbol con otros niños del barrio. Fue en una de esas tardes, bajo el ardiente sol, cuando el profesor Rincón lo vio jugar por primera vez. Rincón, conocido por tener una escuela deportiva, quedó impresionado por las habilidades del joven Richard.

Pero no fue solo el profesor Rincón quien vio el potencial de Richard. Alirio Rojas, más conocido como "Papá Chato", un entrenador con ojo clínico para el talento, también lo notó. Papá Chato decidió llevar a Richard al estadio de la municipalidad para entrenarlo formalmente. Allí, Richard se unió a la selección del Instituto Agrícola y comenzó a destacar en los intercolegiados.

La noticia del joven talento no tardó en llegar a oídos de cazatalentos. Eventualmente, uno de ellos se fijó en Richard y lo llevó a un equipo profesional en Brasil. Fue en ese momento cuando comenzó a forjarse la leyenda de Richard Ríos, el talentoso futbolista que se ganó un lugar en la selección Colombia.

Con cada paso, Richard demostró que con sacrificio y dedicación, los sueños pueden hacerse realidad. Su historia es un testimonio vivo de que, sin importar de dónde vengas, el esfuerzo y la pasión pueden llevarte lejos.

Esta historia me la contaron algunas personas del pueblo. No sé si será verdad, pues en Salazar son conocidos por inventar cuentos increíbles. Si no lo cree, lo invito a visitar Salazar y preguntar. Como dijo Miguelillo: "Eso es subiendo y preguntando".

14/07/2024

Vamos mi selección con mi chiquita....

Muy bien técnico somos dos...
11/07/2024

Muy bien técnico somos dos...

06/07/2024

Editorial

PASADO, PRESENTE Y FUTURO DE LAS FIESTAS

Las Ferias de San Juaneras o de San Pedro y San Pablo han sido un pilar tradicional en nuestra comunidad, con una historia que se extiende por más de medio siglo. A lo largo de las décadas, estas ferias han evolucionado, reflejando los cambios en la sociedad y la cultura local.

En los años 90 y 2000, cuando tuve el honor de formar parte de la junta de feria, se vivían momentos de gran participación y entusiasmo. Se organizaba un reinado veredal, donde cada vereda presentaba su candidata, lo que fomentaba un fuerte sentido de comunidad tanto en las áreas rurales como urbanas. Las tradiciones eran variadas y coloridas: desde la vara de premio y el día de la juventud hasta el festival de orquestas que contaba con la participación de grupos y artistas renombrados como Los Melódicos, Alfredo Gutiérrez, Pastor López, Los Corraleros, el Binomio de Oro, y Wilfrido Vargas.

La feria no solo era un espacio de entretenimiento sino también de competencia y exhibición. Se celebraban corridas de toros y el paseíllo de los toreros hacia la plaza de feria Belencita era uno de los momentos más esperados. También se realizaban el Salzareñito Carnaval, donde las casas se adornaban con banderines, el juzgamiento equino y la feria agropecuaria, convirtiendo a estos eventos en el corazón de la actividad comunitaria.

Sin embargo, con el paso del tiempo, la feria ha crecido en popularidad y asistencia, al punto de que el parque central, el corazón del pueblo, ha quedado pequeño para albergar a todos los visitantes. Esto nos lleva a la reflexión sobre la necesidad de modernizar y adaptar nuestras infraestructuras para seguir manteniendo vivas nuestras tradiciones sin sacrificar la comodidad y seguridad de los asistentes.

Una posible solución podría ser la creación de un recinto ferial, un espacio dedicado y adecuado para la celebración de estos eventos. Descentralizar la feria del parque central, similar a lo que se hace en otras ciudades como Pamplona, permitiría no solo manejar mejor la afluencia de público sino también ofrecer un mejor espacio para los comerciantes y participantes. Esto no solo garantizaría la continuidad de la feria como un evento cultural y económico fundamental, sino que también proporcionaría una experiencia más agradable y organizada para todos.

Las ferias son el sustento de muchos y la distracción de todo un departamento. Pensar en su futuro es pensar en la preservación de nuestras tradiciones y en el bienestar de nuestra comunidad. Adaptarnos a los nuevos tiempos con respeto por nuestras raíces es el camino para seguir celebrando juntas y juntos muchos años más de Ferias de San Juaneras o de San Pedro y San Pablo.

Es solo una opinión...

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03/07/2024

De la Piña Madura a la Orquesta Bengala: Un Viaje Musical

Al maestro Carlos Sierra lo conocí cuando éra un guámbito. Fue en una calle al lado del colegio de la Presentación, donde jugaba y cantaba con otros chicos. Sierra tocaba un acordeón de juguete; Carlitos, el hijo del rector del colegio, tocaba una caja que su padre de raíces costeñas le había regalado; Jorgito Ramírez, el hijo del doctor Enrique, hacía sonar la charrasca; y Joset, con su carisma, era el cantante principal. Había otros niños, que no recuerdo su nombre, los "hay homberos", pero fueron ellos quienes llamaron mi atención con su interpretación llena de amor y gracia del famoso tema "La Piña Madura".

Me emocioné tanto que, después de escucharlos, les prometí conseguirles un acordeón de verdad. Cumplí mi promesa gracias a la ayuda del alcalde de entonces, César Lindarte. Un mes después, les entregué un acordeón de segunda mano que compré a Erik, el acordeonero del grupo vallenato de la Universidad de Pamplona. Los niños, emocionados, me dieron las gracias y me prometieron una serenata que, hasta el día de hoy, sigo esperando con una sonrisa.

Han pasado más de treinta años desde aquella anécdota. Reflexionando, creo que aquel momento sirvió para incentivar su amor por la música, aunque el maestro Carlos Sierra siempre ha tenido una vena artística innata. Hoy, sin desmerecer a las demás agrupaciones que se presentaron en las ferias, creo firmemente que la orquesta que él dirige fue de lo mejor. Agradezco a la junta por haberles dado la oportunidad de mostrar su talento.

Felicidades a Carlitos Sierra y a Joset Colmenares, grandes gestores culturales de mi pueblo.

Editorial: La Vía, un Tesoro que Debemos CuidarAunque ya no disfruto del sabor de unos tragos, esta semana la alegría me...
02/07/2024

Editorial:
La Vía, un Tesoro que Debemos Cuidar

Aunque ya no disfruto del sabor de unos tragos, esta semana la alegría me invadió y me tomé unas chelas. El motivo de esta celebración fue ver la vía a Salazar de las Palmas en un 90% pavimentada. Sé que aún quedan algunos baches, pero era necesario celebrarlo.

Ahora, lo importante es cuidarla como un hijo. Es fundamental solicitar que nos hagan las cunetas y la demarcación de la vía, además de una buena rosería, y estará lista.

De nuestra parte, necesitamos desarrollar una estrategia para mantenerla. Una de las ideas es crear los "carreteranos", unos cuatro empleados dedicados exclusivamente al mantenimiento de la carretera.

La pregunta es, ¿cómo los pagamos? Propongo crear un peaje voluntario de 2000 pesos para carros y 1000 para motos. Según cálculos aproximados, en Salazar entre carros y motos llegan y salen mensualmente del pueblo unos diez mil vehículos, lo que permitiría recolectar unos 20 millones de pesos. Con esta cantidad, podríamos pagar a seis empleados formalizados con el salario mínimo.

¿Quién administrará estos fondos? Una junta cívica de premantenimiento vial, jurídicamente constituida y reglamentada.

De parte de la alcaldía, necesitamos un pequeño apoyo. Sabemos que la vía no es competencia municipal sino departamental, pero su acompañamiento a través de la oficina de planeación e infraestructura es vital.

Escuchemos propuestas y no quejas, porque la vía hay que quererla como un tesoro. Fueron muchos años y mil promesas para lograrla. Esta es una idea, pero estamos abiertos a escuchar más.

29/06/2024

Peguese el brinquito para Salazar...

Mi amigo FreddyFreddy, el hijo del viejo Berna  y la señora María,  más salazareño que los pomarrosos del río,  con su n...
27/06/2024

Mi amigo Freddy

Freddy, el hijo del viejo Berna
y la señora María,
más salazareño que los pomarrosos del río,
con su nobleza y su alegría.

De buenos modales, caballeroso,
solidario y generoso,
tu amistad es un tesoro,
en tu día, ¡feliz cumpleaños glorioso!

22/06/2024

Atardecer en la rivera

En el ocaso, el sol apaga su luz,
la tarde languidece en un susurro,
el río no calla, sigue su curso,
visitantes tiritan, abrazados al frío.

El verde de la ribera se transforma,
se vuelve gris, se oscurece en la sombra,
el silencio reposa, sereno y profundo,
y las piedras duermen como gallinas en el árbol.

La noche se acerca, envuelve con su manto,
el río murmura, un canto eterno,
bajo el cielo estrellado, se entrega el encanto,
en el ocaso, el río y la noche, en un solo acuerdo.

14/06/2024

JUANJOSE YAÑEZ REY

El nacimiento de nuestro protagonista tuvo lugar el 5 de agosto de 1930 en el pintoresco y devoto municipio de Salazar de las Palmas. Este lugar, célebre por su devoción a la Virgen Morena de Belén y rodeado de aguas cristalinas, es el centro del circuito de los pueblos de occidente.

Sus padres, don Francisco Yáñez Luna y doña Carmen Rey Castellanos, lo inscribieron en la escuela pública municipal, donde realizó sus estudios primarios. Los primeros años de bachillerato los cursó en el Colegio Miguel A. Torres y los culminó en Pamplona, graduándose en 1947.

A los 24 años, se graduó como arquitecto en la Universidad Nacional de Colombia, una prestigiosa institución donde recibió la influencia de genios de la arquitectura moderna como Le Corbusier, Oscar Niemeyer y Rogelio Salmona.

Entre 1958 y 1960, fundó la firma Yáñez, Cuadros y Rodríguez (YCR), impulsando el desarrollo urbanístico de nuestra urbe, la ciudad mitrada y otros municipios. Su prolífica carrera abarcó innumerables proyectos que destacan por su diseño, manejo del entorno, de la luz y el detalle en el ladrillo a la vista.

Sus obras más emblemáticas incluyen el Consulado de Venezuela, la casa de José Urbina, la Central de Abastos, el Centro Comercial Bolívar, la Universidad Libre, proyectos en el sector del bajo Ruitoque de Bucaramanga, el Club Tenis, la iglesia de Nuestra Señora del Carmen, el edificio de la Cámara de Comercio, el hotel Cariongo y el hotel Juan Naranja. Además, realizó numerosas quintas, urbanizaciones y edificios que embellecen nuestra ciudad.

En la República Bolivariana de Venezuela dejó su huella en obras monumentales, destacando su habilidad en la visualización, arborización y el manejo del entorno y los espacios, como el centro médico y el hotel en la población fronteriza de Rubio.

En 1980, se desempeñó como Alcalde de San José de Cúcuta, ejerciendo su profesión con honestidad y dignidad, lo que le valió admiración y reconocimiento.

Su legado continúa a través de su hijo Francisco, quien sigue con la firma Yadel, heredando el talento de su progenitor. Entre sus obras destacadas a nivel internacional se encuentra el hotel Ibis, que está en proceso de culminación y pertenece a una cadena mundialmente famosa. Otro de sus hijos, conocido como Cussy, es un chef internacional que tiene un restaurante en la casa familiar, reconocido por la calidad y sazón de sus platos. Jesús Iván, por su parte, es ingeniero.

Sobre la iglesia de Nuestra Señora del Carmen, opinaba: “Es una obra de alta calidad con un techo plegado de concreto, donde el material más importante es la luz y la maestría de la estructura que al plegarse parece que quisiera volar”.

Siempre decía con orgullo que su mayor logro fue la compilación de las obras de su paisano músico Víctor M. Guerrero, un brillante compositor cuya obra logró editar y promocionar.

Falleció dejando una huella indeleble por su actividad y su ejemplo, por su don de gentes y a una avanzada edad. ¡Paz en su tumba y oraciones por su alma!, gracias al portal crónicas de Cúcuta

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Cúcuta

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