01/11/2023
25 años de la Toma de Mitú, de guerra de guerrillas a guerra de posiciones y consecuencias sociales.
Cada primero de noviembre, las familias de Mitú, recuerdan el trágico día en que el grupo guerrillero de las FARC-EP, perturbó la aislada tranquilidad de la población, por medio de un ataque armado contra las fuerzas del Estado y sus instituciones.
El ataque guerrillero del 1 de noviembre de 1998, no fue una interversión tradicional de guerra de guerrillas y escaramuzas, en la medida que fue la primera capital de un Departamento que un grupo subversivo se tomaba en la historia del conflicto armado. A demás, se expuso un poder militar por parte de la insurgencia, lo cual produjo qué, se llegara a desarrollar una guerra de posiciones. Es decir, no solo se dió el ataque en un corto periodo de tiempo y la retirada de las tropas, sino el posicionarse en el casco urbano y controlar el territorio, a la población. También fue un golpe militar desde la insurgencia, de la cuál pensaban obtener mayor posición política en el marco de los Diálogos de Paz con con el Gobierno de Andrés Pastrana. A la larga, no se obtuvo.
El Municipio de Mitú de ese entonces, era un pueblo polvoriento, del cuál el Estado Colombiano, no había prestado atención y no se consolidaba la presencia institucional. Las necesidades básicas de la población, igual que hoy, no habían sido satisfechas. Sin agua potable, calles sin pavimentar, pocas horas de energía eléctrica, falta de programas sociales e instancias inexistentes para que la sociedad civil reclamara sus derechos.
Los tres días intensos de la toma guerrillera, terminaron con la vida se decenas de policías y militares, a los cuales se les ha realizado respetables homenajes póstumos. De igual modo, decenas de hombres fueron tomados como prisioneros de guerra. De lo contrario, se ha olvidado a las población civil afectada: personas mutiladas, fusiladas, desplazadas, desarraigadas, violentadas, asesinadas, secuestradas (...); O simplemente, los que presenciamos este acontecimiento, quedamos con una huella imborrable en nuestro conciente e inconciente, que cada primero de noviembre retumba nuestra memoria y nos conduce a resignificar el pasado.
¿Que ha sucedido después del 1 de noviembre de 1998? Muchas madres has derramado caños de lágrimas por sus hijos; decenas de hijos de la guerra han quedado, quienes nunca conocieron a sus padres, solo a sus madres. Éstas víctimas, mucho menos serán reparadas.
En cuanto a lo político y social, es indudable que luego de la toma guerrillera, Mitú sufrió un proceso de transformación, empezando por la explosión demográfica, es decir ese aumento acelerado de la población. Además, este evento trajo consigo que el estado se enfocará en la recuperación de la soberanía nacional por medio del monopolio de la violencia, a través de diferentes etapas: el control militar pos-toma por medio de la fuerte presencia militar y policial, paralelo con el aumento de las instituciones y sus capacidades, aumento del comercio, fundamentado en el consumo. La militarización del territorio fue evidente.
Como se dijo, desde 1998 hasta el día de hoy ha ocurrido un aumento poblacional desmedido, fundamentado en la migración interna de los pueblos indígenas que se desplazan a zona urbana en busca de oportunidades y satisfacción de su consumo, así como el aumento del flujo de población de diferentes partes del país, incluida una importante participación afrocolombiana, paisa, costeña, llanera, Valluna y en general del suroriente del país, ocasionando que se profundice el mestizaje y la globalización. Es decir, Mitú es ciudad mestiza, en una territorialidad indígena.
El pueblo, las gentes, demostraron su capacidad de reciliencia, aunque algunas familias han quedado estáticas en la historia y no han satisfecho sus necesidades básicas. Aún así, el municipio sigue creciendo de forma desmedida y sin planificación estatal, en medio de un desorden social, aumento de problemáticas sociales, pobreza, desigualdad, acaparamiento de tierras y la desesperanza de los jóvenes que lleva a los desafortunados suicidios.
Opinión: Joimer R. Rodríguez Suarez
Mitu Vaupes