
10/02/2025
A propósito de laberintos, los/as invito a leer este texto de Rubén García García:
Las razones de Pasífae
Tengo tres días de haber parido al minotauro. El cuerpo lacerado y la matriz desgarrada me duelen, como si estuviera pariendo de nuevo.
El cuarto es sobrio: una ventana pequeña, una mesa con agua y frutas frescas que Dédalo me hace llegar desde la huerta del palacio. Como madre y reina, ordené que solo yo le amamantara. Todos lo ven como un monstruo; para mí, es solo mi hijo.
Antes de dar a luz, Minos llegó a mi dormitorio para echarme en cara el ultraje.
—¿Estás disfrutando del embarazo? —dijo, irónico, cruzándose de brazos.
—Todos se disfrutan, aunque causen dolor; es nuestra matriz dadora de vida. Es el instante donde la madre se eleva a la altura de los dioses.
—¿Debo entender que te sientes satisfecha? —me miraba fijamente.
—Por supuesto que sí —le contesté, enfrentándolo.
—¿Cómo puedes hablar así? Eres la comidilla del pueblo; exigen que te recluyan o que te expulsen de Creta de por vida. —Alzaba la voz, ignorando a la servidumbre.
—No tienes que gritar para que entienda. Piensan así porque no saben que cambiaste el toro nevado de Poseidón por otro cualquiera de tus pastizales.
—Eso lo sabías tú y el cuidador nada más.
—¡Ingenuo! ¿Acaso piensas que Poseidón no lo notaría? ¿Que Helios no ve cada rincón? Su venganza cayó sobre ti, no sobre mí. Yo fui solo un medio para castigarte. ¿De verdad creíste que Poseidón, quien te otorgó el reino de Asterión, se quedaría cruzado de brazos? ¿Que Afrodita no me hechizaría para sentir esa pasión desbordante por el toro, por orden de Poseidón? Y mi dolor no será por las rupturas o el sufrimiento del parto. Mi mayor herida es saber el destino que le aguarda.
Nada duele tanto como ver a un hijo condenado. Duele más que la muerte de un ser amado, porque el futuro se despliega ante ti y solo puedes implorar a los dioses que se apiaden de él. Mi cuerpo podrá sanarlo mi hermana Circe con alguna pócima, pero mi alma de madre... no habrá dios que me consuele. Moriré llevándome la pena de saber que el minotauro encontrará espinas y garfios en su vida. ¿Y qué culpa tiene él? Yo fui solo un vehículo; el origen fue el engaño y la decepción de Poseidón hacia el gran Minos.