10/01/2024
SOY NIÑO OTRA VEZ.
“Un día me desperté con el milagro del momento presente. O mejor dicho, el momento presente me despertó. Es decir, ya no había un “yo” separado de la Presencia misma. Yo era eso. Yo siempre había sido eso. Nunca podría no serlo. La búsqueda se deshizo... y el impulso de morir fue reemplazado por el impulso de vivir, y YO ERA ese mismo impulso.
Ah, sí. Este amplio espacio abierto, esta conciencia prístina y oceánica, en la que cada pensamiento, sensación, sonido, olor, sentimiento, impulso, cada ola de experiencia, cada pensamiento del pasado y del futuro, puede bailar, cantar, jugar y llegar a la realidad. descansar. Esto es hogar.
Y a lo largo de los años, a lo largo de los preciosos años, me enamoré de nuevo de mi humanidad, de esta forma, de este cuerpo-mente humano increíblemente original, extraño, defectuoso, perfecto, roto y completo. Me volví cada vez más dispuesto a pensar en mis pensamientos, incluso los más escandalosos, violentos, inconvenientes, los más impuros, los más impíos, antiespirituales e inseguros, y todos eran hermosos, todos estaban seguros y todos eran santos.
Y me volví cada vez más dispuesto a sentir todos mis sentimientos: los amables y los volcánicos, la dicha, la rabia y el dolor del abandono, el terror y el éxtasis de la vida misma descubriéndose, creándose y deconstruyéndose. Hice espacio para todos los sentimientos en mi corazón oceánico. Todos eran mis hijos. Ninguno me era ajeno. Ninguno estaba "equivocado". Ninguna fue señal de mi fracaso. Ninguno merecía morir.
No fui el testigo silencioso de la vida, o mejor dicho, fui el testigo silencioso de la vida haciendo el amor con todo lo presenciado, el océano del amor enamorado de sus olas. Yo era el observador completamente Uno con todo lo observado. No era mis pensamientos y sentimientos y, sin embargo, no era nada SINO mis pensamientos y sentimientos. De todos modos, nada de lo que dije podría ser verdad ya...
Con el paso de los años, el deseo de entenderlo todo desapareció. Incluso las ganas de hablar de ello. Poseerlo o identificarse con él de cualquier forma. Todo se volvió tan extraordinariamente... ordinario. Ya no tenía ningún concepto de mí mismo como “despierto” o “iluminado”: esas palabras colapsaron en la brisa de la mañana, una taza de té con un ser querido, un ruido sordo en el estómago, todos los momentos de silencio, preñados de potencial…
No tengo idea de qué es la "no dualidad". Me canso de los profesores que hablan sobre la Conciencia Pura y la búsqueda de la “comprensión final”. Todo es mucho más vivo, mucho más jugoso, tántrico, creativo, impredecible, inasible y salvaje que todo eso.
No se puede expresar con palabras, ni siquiera éstas. Es la cosa menos espiritual de todas...
Ya no sé nada. La no dualidad se ha derrumbado en la dualidad, la dualidad se ha derrumbado en la no dualidad. Ambas son preguntas que se han disuelto en risas, como el pensamiento del mañana en la mente de un niño, como la lluvia matutina que fluye suavemente hacia la alcantarilla...
Era viejo y ahora soy joven. Así que soy un niño otra vez, enamorado de la simple sensación de estar vivo, de lo salvaje y lo extraño, del desorden y el dolor y la incomodidad y el juego de todo ello, de lo irresoluble de todo, de las limitaciones y límites y también lo ilimitado, con el corazón roto y el corazón afligido y el corazón lleno de esperanza, con la mente humana y todo lo que crea, con el alma y todo lo que anhela, con la quietud y el silencio y el Caos que siempre nos está devolviendo a nosotros mismos…”
-Jeff Foster-