Con Jesús Martín-Barbero aprendimos a pensar de otra manera al periodismo y los medios de comunicación: Él nos enseñó que había que perder el objeto para ganar el proceso, que había que pasar de los medios a las mediaciones, que el asunto no es lo letrado sino lo oral-visual. Él nos ha dicho que el buen comunicador debe hacer solo 3 cosas: pensar con la propia cabeza, tener qué decir y ganarse la escucha. El maestro Jesús, el 9 de febrero del 2012, dictó la lección inaugural de la maestría en periodismo de la Universidad de los Andes bajo el título “el país que cabe en el periodismo”. Y dijo así (según mis apuntes):
Colombia se quedó en el siglo XIX… en el periodismo: se hace periodismo ideológico de familia: “porque la sangre es espíritu” como lo demostró Carlos Mario Perea en Colombia. Luego, el periodismo es un factor de beligerancia y violencia: mas que informar, calumnia.
¿Qué país cabía en el dogmatismo periodístico? Uno que negaba al otro. Uno que no tenía a la política en común: sino como odio.
La radio hablaba más país que la prensa. Y eso que la radio hablaba de música y deporte, y la prensa de política.
El periodismo colombiano del siglo XX fue sectario. Y se asimiló al Frente Nacional: esa ideología del clientelismo, esa muerte de las ideas, esa comunicación en la que manda el mercado, esa publicidad con información: se informa desde las agendas de los anunciantes y los políticos y no desde las agendas de la gente.
Y lo paradójico es que los periodistas colombianos no sienten censura, ya la ejercen automáticamente: la tienen naturalizada.
En nuestros días se informa siguiendo la info-familia, la info-amistad, el info-negocio.
Hay que preguntarse cómo se informa la gente, en qué géneros, por dónde circula lo que saben, qué de lo que pasa por los medios les interesa.
Urgente: se necesita meter al país en la información: meter el país que no cabe en RCN y Caracol: por ahora, hay mas país en las telenovelas que en los informativos: cabe más país en la ficción que en las noticias.
La verdad es que hoy tenemos mucha información pero no entendemos nada.
La prensa se quiere reinventar mal-imitando a la televisión y el internet: noticias sin relato: sin análisis: sin contexto: que no cuentan nada: cuya duración es de horas: la idea es que no se pueda comprender.
El país de los medios es uno que no sabe hablar del resto del mundo, un país maniqueo y dualista… que tampoco comprende el país que reconoció la Constitución del 91: que había muchas y diversas maneras de ser colombianos.
A los medios, no tanto a los periodistas, les ha quedado grande pensar la complejidad que nos habita como nación: un país que se ha transformado a pesar de vivir la anacronía de sus violencias.
Se requiere con urgencia un periodismo que nos de…
→ relatos para comprender lo que estamos viviendo/pasando; relatos de lo memorable, del recuerdo; relatos de seguimiento más allá de los destellos: no se requiere nostalgia, sino memoria.
→ análisis y contextualizaciones históricas y sociales más que entrevistas al poder y espontaneismos explicativos.
→ eduque en el debate de las ideas y las ciudadanías, que niegue el insulto y el odio como modo de argumentar: sin debate no hay aprendizaje.
→ documentar que no hay una sola manera de ser colombianos, ni de ser ciudadanos
→ acabar con el cuento del bueno y el malo para ganar sentido crítico, que se sentido histórico.
→ Experimentación de géneros para contar lo local en clave mundo
→ Y practicar como decía la carta de estilo de Libération: “lo único que les exijo es que investiguen, después hagan lo que se les de la gana”.