Nuestro nombre es un abierto y franco reconocimiento al misterio de una realidad que no se entrega a la razón lógica. Los NUMINA (plural de NUMEN: espíritu) se manifiestan en nuestro mundo visible; son potencias, fuerzas activas que nos conectan con un cosmos vivo, un universo pleno de sentido que nos incluye y nos orienta. Todo lo que en el hombre tiene poder, lo que lo subyuga y lo influencia, l
o fascina, es un dios para los griegos. En el mundo antiguo, el mundo griego y el mundo latino, el hombre se encuentra con potencias; el hombre moderno se encuentra con cosas, hasta que el mismo se fue cosificando. Los NUMINA son la manifestación de lo infinito en lo finito, dioses, manifestaciones divinas sin rostro ni forma, pero no por ello menos poderosas. La idea de dioses antropomórficos llegó posteriormente con la influencia griega y etrusca. El concepto de NUMEN siguió existiendo y se relacionó con toda manifestación de orden divino (en el sentido de no humano). LA LIBERTAD ES UN BIEN A CONQUISTAR
La ignorancia es el mal de todas las épocas: ignorancia sobre sí mismo, sobre el prójimo, sobre el mundo, sobre el cosmos. No hay libertad posible si no se logra la libertad interior; el primer paso a dar es a través del conocimiento. Adquirir nuevos conocimientos con una actitud reflexiva, permite ampliar el horizonte de comprensión. Un campo más amplio de significados acrecienta la amplitud de la mente y se crean nuevas conexiones que modifican el umbral de percepción. Ya no veremos el mundo de la misma manera, con lo cual será otro mundo y la vida se transforma en otra vida. En lugar de buscar lo idéntico, lo mismo desde una mente fija y limitada, encontrar lo novedoso, lo diferente potenciará la mente en sus infinitas posibilidades de comprensión y discernimiento.
