Siempre en mi mente

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“La libertad de opinión en mi bolsa cotizó millonariamente”Fue uno de los mejores periodistas y relatores que la zona ha...
04/10/2023

“La libertad de opinión en mi bolsa cotizó millonariamente”

Fue uno de los mejores periodistas y relatores que la zona haya tenido en su historia. Su estilo marcó una época y vino a suceder la otra leyenda, la del Negro “Hugo” Edgar Gómez.

Más temperamental, más sanguíneo, más frontal, Carlos Alberto Melano lideró el aire por mucho tiempo y su prosa, además de generar la mejor crítica, trasmitía sentimientos que para los protagonistas, principalmente del deporte, eran inolvidables.

Venido de su Esperanza natal, donde fue jugador de fútbol y de básquet, y hasta árbitro, su contenido no se limitaba a lo periodístico, por obligación o necesidad generaba textos publicitarios con el humor y la espontaneidad que lo caracterizaban: “Vino, vino. ¿Quién Vino? Vino un Gol! Vino Toroooo!!!!”

Dueños de cientos de anécdotas, aunque una vez contó una muy particular, cuando en una de las pocas veces que llegó tarde al trabajo, en el LU20 Radio Chubut, el ingeniero Boris –dueño de la emisora en aquel momento- lo reprendió diciéndole “Bonito día eligió Melano para quedarse dormido, los argentinos acaban de tomar las Malvinas”. Era el 2 de abril de 1982.

Llegó a la cúspide cuando Ricardo Astette padre, el dueño de FM Visión de Comodoro, lo contrató para que transmitiera la pelea por el título mundial el 13 de diciembre de 1991 en Paris entre “Locotomora” Castro y Terry Norris.

Sabido es que el "Pelado" no tenía "pelos en la lengua". En una transmisión en Santa Rosa de Germinal en el Torneo del Interior, el sanguíneo relator no dudó en calificar la labor del árbitro: "La Pampa tiene el ombú y a este horrible árbitro que es Galván"...

Le debo una para toda la vida, una semana después de que mi hermano Marcelo se fuera al cielo, él me llevó a laburar a Jornada, el 1° de enero del '93.

Pero muchos años después, con nuestro equipo Nivel Deportivo tuvimos el honor de disfrutarlo en una de las defensas mundialistas que Omar Narváez hizo en el Municipal de Trelew: “el estadio parece resquebrajarse”, así abrió la transmisión "sir" Melano.

Sin WhatsApp ni redes sociales, sin siquiera correo electrónico, las exclusivas estadísticas de Carlos se confeccionaban con hojas A4 usadas de un lado, recortes de diarios recortados con una tijera escolar y pegados con plasticola, tablas de posiciones hechas con lapicera y remarcadas con marcadores de colores, además de algunos datos agregados con máquina de escribir.

Un maestro que nos dio la oportunidad a varios de esta generación a insertarnos en el pasional mundo del periodismo deportivo. Recuerdo a dos que no están, el cartero de Dolavon “Oscarcito” Brunt que te daba hasta los DNI de los jugadores y Gerardo José De Lillo, un amigo del alma y creador de La Terraza a pico y pala.

-¿Definitivamente te quedás en Santa Fe o es imposible no pensar en volver?
-No definí aún donde pasar mis últimos años. Mi corazón está en el sur, mi hijo mayor y dos nietos también. Pero en Esperanza están mi hija mayor con la que vivo, mi otra hija y su hermano mellizo. Esta hija me hizo abuelo otra vez hace cuatro meses. También mis hermanos y sus familias. Todo complicado para decidir.

-Un contemporáneo tuyo, el Negro Gómez, me dijo que la generación de antes, la suya, la tuya, eran más visionarios, ¿vos fuiste un visionario del periodismo deportivo?
-El Negro es una leyenda, su opinión es calificadísima, yo no inventé nada, sólo puse ganas, dedicación, como otros muchos que hicieron lo mismo. Lo que es real, que ahora tenés infinidad de formas de hacerte de la información, luego el criterio de cada uno enmarca su personalidad y determina la validez de sus análisis y conceptos y si merecen ser respetados o no.

-¿Sentís que marcaste una época en el relato?
-La única época que marqué fue la mía propia, yo soñaba con ser relator, y recién a los 32 años pude lograrlo, gracias a LU20 primero, más intensamente después con LU 17, gracias sobre todo al Cholo Pavón. Antes y después siempre hubo excelentes relatores, comentaristas y también importantes locutores comerciales, una pata importante en las transmisiones deportivas, como también lo son los operadores y técnicos.

-¿Por qué creés que antes, con más limitaciones tecnológicas, de distancia, se podían hacer más cosas?
-No sé si se podían hacer más cosas, allí quizás disienta un poco contigo. Lo que sí es que todo era más dificultoso, y debíamos exigirnos para con nuestro entusiasmo suplir carencias. Por eso le otorgábamos tanto valor.

-¿La pelea de Locomotora en Paris con Terry Norris fue tu mejor logro profesional, o crees que hay varios otros?
-Norris venía de vapulear a Ray Sugar Leonard y Castro perdió feo, pero como hecho periodístico fue en lo personal, magnífico. Es que por otro lado yo fui poco al exterior, nada que ver con lo del Negro Gómez o Darío Santos.

-Hiciste radio, televisión y diario y en los tres los ciclos fueron exitosos, pero da la sensación que el reconocimiento es más contundente por el lado del relato y la estadística, hasta hoy tus efemérides y algunos números son únicos.
- Todos los medios me brindaron grandes satisfacciones, los relatos, la TV, mi paso por los diarios, las efemérides me sirvieron de respaldo en todos ellos. Pensé que el trabajo de recopilar fechas (tengo más de 10.000) ordenándolas los 365 días del año, me iban a servir para lograr en su momento algún ingreso económico, cosa que salvó mínima excepción no ha sucedido.

-Si hace 30 años hubieran existido WhatsApp, Facebook, Twitter, ¿hubieras podido hacer más y mejores estadísticas que con una máquina de escribir, recortes de los diarios, marcadores, tijera y plasticola?
- Absolutamente!!!!...

-No somos pocos los que iniciamos el periodismo deportivo gracias a las oportunidades que vos nos diste, ¿es una de tus satisfacciones personales?
-Sí, desde luego..a quien pude ayudar lo hice ...recibí (como es tu caso) el "pago" de verlos desarrollarse, crecer y ser excelentes profesionales. Quizás alguno no retribuyó esa ayuda, pero mi interés nunca fue ese. El "pago" mencionado igualmente alcanzó.

-¿Cuál creés que fue la mejor época del deporte zonal, por los menos de los años de permanencia en la zona?
- Siempre en el deporte hubo individualidades y equipos destacados, pero los años 80 y 90 para mí fueron maravillosos. Quizás los relacioné más con el desarrollo de mi actividad propia, ya que en ellos logré la plenitud que anhelaba en hacer a pleno lo que me agradaba, lo que no me había sucedido en Santa Fe.

-¿Cuánto crees que te jugó en contra tu personalidad en tu profesión?
- Nunca analicé si mi personalidad me favorecía o perjudicaba. Fue y es la mía. Ni sé si es buena, sí que es auténtica y orgulloso de no haberla modificado. Con ella jamás pretendí lastimar ni perjudicar a nadie.

- ¿Te animás a decirme cual fue o fueron los mejores deportista que viste?
-Qué pregunta !!! Es buena, lo que es difícil es la respuesta. Si vos y yo nos sentamos a tomar un café y a desempolvar recuerdos, afloran seguramente 50 o más hombres y mujeres destacados, ello por el conocimiento de tantos años. Y si releemos la lista concluiremos que igualmente quedan afuera otros tantos.

- El haber incursionado después en el periodismo general, en la política, ¿ratificó tu prestigio, tu trayectoria, o pudo haberte jugado en contra?

-El periodismo no deportivo me brindó enormes satisfacciones, pero en virtud de mi estilo me imposibilitó crecer económicamente. Pero la libertad de una opinión, sin tener que mirar si algún gobernante o funcionario se molestaba, en mi bolsa conceptual y de vida cotizó "millonariamente".

-¿Qué te guste que piensen de Carlos Melano, o que no te gustaría que piensen, si realmente importa?
-Siempre traté de caminar derecho y en lo personal y en lo periodístico nunca tuve intención de perjudicar a nadie. No creo que mi recuerdo perdure mucho, quizás un poco más en alguien contemporáneo, no tendrá demasiado vuelo, simplemente cuando quede alguien de los de ahora, que me recuerde con esa empatía que le da el haberme conocido.

-Se fueron dos de tus discípulos, Oscarcito Brunt mucho antes, Gerardo De Lillo más acá, también otros tipos como Ricardo Astette que te dieron a vos oportunidades, ¿qué recuerdos tenés de ellos?
-Nombrás a tres personas que lógicamente están en la cartelera mágica de mis recuerdos. Hay otros que se ubican también en la cima de mi cariño. Sé que a quienes pude ayudar lo hice y no me arrepiento, en absoluto. Porque a mí también me ayudaron, nombró sólo uno, Osvaldo Pavón. Cuando me vino a buscar a el Diario EL CHUBUT yo hacía unas horas había reservado un pasaje de regreso a Santa Fe, y me convenció para ir a LU17. Allí se definió mi destino.

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12/05/2023

DANIEL GAHONA: LEVÁNTATE Y ANDA

Por Edgardo Lillo. Buscá esta publicación en nuestro nuevo sitio web: www.siempreenmimente.net.ar
Fue uno de los mejores exponentes del paddle en la época dorada, a tal punto que se dio el gusto de ganar dos títulos en la Segunda categoría del Circuito Profesional, logró un triunfo ante un campeón del mundo como “Roby” Gattiker, además de ser el primer campeón cuyano con Andrés De Cara y jugar circuitos sudamericanos. En realidad, es un producto surgido del Trelew Tennis Club, al que volvió con los años para colaborar con la parte de prensa. Hace 15 años sufrió un duro revés en un partido de paddle con amigos. Un fuerte golpe en la cadera fue el detonante para que le descubrieron un tumor en la columna, que le hizo perder con la movilidad. Pese a que esa intervención quirúrgica terminó con su carrera deportiva, el oriundo de San Juan le sonríe a la adversidad: “podría no haber caminado nunca más”.

“Soy jugador de tenis y paddle porque empecé a los 14 años a jugar al tenis, me apasionó y me gustó mucho, le dediqué mucho tiempo, la pasaba muy bien en el club, en el Trelew Tennis que es el club de mis amores, hacía muchos amigos, y de a poco fui avanzando hasta llegar a Primera y ganar torneos en singles, dobles y hasta en doble mixtos”, recordó sobre sus comienzos.

“Yo nací en San Juan, de chico me gustaba mucho del fútbol y también el hockey sobre patines, siempre jugaba al baby fútbol, creía que iba a llegar a Primera, pero el tiempo y las cosas hicieron que mi familia se trasladara a Trelew por un tema laboral, a mi viejo lo contrataron en una fábrica textil”, dijo sobre su niñez.

“Yo tenía 13 años, empecé el segundo año en la ENET y a jugar al fútbol, en Racing, pero no me coincidía con los horarios porque salía a las 6 y media de la tarde y tenía que tomar el colectivo del club que iba a la cancha, a veces llegaba justo y a veces no lo podía alcanzar, y el entrenador no me ponía en algunos partidos porque no podía entrenar durante la semana”, expuso con un dejo de tristeza.

“Entonces decidí que iba a buscar otro deporte que me gustara y que no tuviera el tema del transporte y los tiempos. Me gustaba mucho el fútbol, nunca dejé de jugar con mis amigos, me pasaban a buscar los fines de semana o cuando vivía en San Juan, me invitaban para algún equipo o para fútbol 7, ellos me decían que tenía condiciones y que podría haber jugado en Primera, yo soy hincha de San Martín de San Juan obviamente”, apuntó sobre sus virtudes futbolísticas.

“Entonces empecé a jugar el tenis en el Círculo Católico, me gustó mucho, fui unas semanas, pero no había tantos jugadores, y me dijeron que en el Trelew Tennis había más y mejores jugadores, lo que tenían mejor nivel. Mis primos conocían al Beto Besada que era compañero de ellos. Cuando entré al club y vi cómo le pegaban a la pelota muchos de ellos me dije “ah bueno, estos juegan bien estaba seguro que iba a mejorar y aprender, no sabía a dónde iba a llegar, pero con el tiempo tuve la suerte de jugar a un buen nivel”, repasó sobre su inicio tenístico.

“A los 14 años empecé a jugar al tenis y a los 15 ya debuté en Primera, el avance fue muy rápido. Empecé en Tercera, llegué a la final, pasé a Segunda, anduve bien, ya podía debutar en Primera, me hice amigo de Pablo Castán que me propuso jugar de compañero en dobles y llegamos a la final. Ya jugaba con tenistas con lo que nunca había jugado en mi vida, como Mario Ángulo, Laly Maza, Fredy Ángulo, Pechocho Real, yo era un pollito que recién entraba a la categoría, en el ’80”, valoró.

“Me llevó un proceso, comparados con los de Primera me faltaba, pero debuté con un resultado decoroso, 3-6 y 5-7 con un rival experimentado. Estaba bien para la categoría, pero me faltaban herramientas y mejorar muchas cosas para intentar llegar a las finales”, memoró.

“Tuve la suerte de tener como profesor a Guillermo Del Grosso antes de que se fuera de la zona y también estuve unos meses con Mario Ángulo. Me mejoraron algunas técnicas porque yo había empezado solo. Algunas formas de empuñadora estaban bien, otras no, me la corrigieron y empecé a avanzar hasta ganar Primera y llegar a la final de torneos de campeones”, ponderó.

“En mis inicios le ponía mucha garra y buena táctica, pero a medida que fui mejorando mi técnica me convertí en otro jugador, con más recursos; dirigía la pelota a donde yo quería, mejoré la velocidad de juego, aprendí a pegar con slice, a hacer drops, si tenía que subir a la red lo hacía con mucha confianza porque mi técnica ya era buena. Esas cosas que son pequeñas herramientas y que te permiten hacer mejores cosas. Mi saque era bueno, pero al cambiar la empuñadora fue mejor. Mi revés también, pero al cambiar la empuñadora empecé a pegarle a diferentes lugares a la pelota, mejoré la potencia y los ángulos. Esas pequeñas cosas te van haciendo progresar”, fundamentó sobre sus condiciones técnicas.

“Tuve la suerte de jugar algunos Nacionales, lo hice bien, aunque como empecé de grande no estaba tan adaptado al polvo de ladrillo. Ante una paridad de juego, el que estaba adaptado al polvo hacía una diferencia. Pasaba con jugadores como el Mono Garizzio, el Gato García Alonso y hasta el Nono Nogueira, que han tenido la posibilidad de jugar mucho en esa superficie, incluso se radicaron en países con esas canchas”, comparó.

“A los 18 años me fui a estudiar a San Juan, jugaba bien al tenis, pero no tenía en mi cabeza ser profesional, lo estaba haciendo bien y me sentía cómodo con lo que había logrado. Igual pensaba que podía haber hecho más, que no había dado el salto”, señaló Gahona.

“En San Juan seguí jugando al tenis y tuve la posibilidad de representar a la Provincia en un Nacional por equipos de Primera. Ya lo había hecho por Chubut antes con Mario y Fredy Angulo y el Mono Garizzio”, remarcó.

“En el segundo año en San Juan quedé segundo en el ranking y me hicieron un lugar por lo que había hecho en el año. Les agradecí siempre porque si bien no había sido formado allá dejaron que pudiera jugar ese Nacional en Salta”, valoró.

La debacle del tenis y al mismo tiempo la irrupción del paddle, con campeones mundiales, canchas de blindex y un circuito profesional que recorría todo el país lo cambiaron de disciplina.

“Mi inserción fue bastante curiosa, yo estaba jugando al tenis y lo estaba haciendo bien, tenía un amigo que entrenaba a una chica Natacha Marcucchi, que acá no es muy conocida, pero que fue campeona del Abierto de la República en Damas. El padre me propuso alguna vez que fuera con ellos a hacer una gira por Italia. Pero cómo iba a decirles a mis viejos que iba a dejar de estudiar para irme a jugar al tenis a Italia”, argumentó.

“Eso quedó en la nada, aunque había hecho partidos muy cerrados con un amigo, Ricardo Faldutti, también muy conocido en la zona de Cuyo, que había hecho el circuito profesional de Francia. Con esa referencia, yo pensaba que si hubiera entrenado con un profesor, tal vez mi nivel hubiera evolucionado mucho más”, consideró.

“En ese mismo tiempo un amigo nos contó que habían abierto unas canchas de paddle en un club que se llamaba Del Bono. Fuimos con otro amigo, Andrés De Cara, y otro compañero más, el club era muy lindo, los clubes en San Juan son al aire libre, no hay canchas cerradas”, elogió.

“Entonces ese amigo que nos llevó, Carlitos Toro, nos sugirió que nos anotáramos en el primer torneo que se iba a realizar en San Juan, seguramente algo nos vieron. Nos explicaron que los jugadores que hubieran jugado en algún deporte de paleta en Primera (tenis, paleta o squash), iban a arrancar en Primera. Llegamos a la final, el club estaba lleno, enfrentamos a una pareja sanjuanina, Romero-Cerdera. Entonces nadie aplaudía un punto nuestro por más que fuera la mejor jugada. Respetuosamente, bien, pero con la hinchada en contra. Perdimos el primer set, pero pudimos ganar los otros dos y tuve la suerte con Andrés de ser los primeros campeones sanjuaninos de paddle”, resaltó.

“Después ganamos otro cuatro torneos, fuimos números uno ese año. La mayoría de las finales en San Juan las jugamos contra Rupcic-Lloverán, una gran pareja local. Y en el único torneo que no llegamos a la final es porque me tuve que volver a Trelew y no pude jugar, aunque habíamos ganado el campeonato Cuyano», indicó con el pecho inflado.

“Le sacamos ventaja porque cambiamos todos los golpes, no usamos muchos golpes del tenis, adaptamos muchos golpes, nos poníamos de acuerdo en que tenía que correr cada pelota, cual había que levantar o cual no. Eso nos llevó sacar una ventaja al resto y al otro año incluso nos empezaran a copiar esas estrategias y esas formas de jugar”, refrendó.

“Innovamos cosas sin saber y lo mejor de todos es que cuando vimos a profesionales como Roberto Gattiker, Alejandro Lasaigues, Ricardo Cano, Quintín, hacían cosas que a nosotros se nos había ocurrido por sí solos, aunque por supuesto también incorporamos cosas que les vimos a ellos”, dijo reconfortado.

“En los cuatro, cinco años que jugué en San Juan fui campeón invicto en tres años, ya sea con Andrés De Cara, Leonardo Contini y Andrés Rupcic”, enfatizó.

“Estaba jugando en muy bien nivel que hasta me propusieron dar clases, me convenía económicamente, eso me llevó también a ser campeón cuyano en cuatro oportunidades de seis finales, en las otras dos fuimos subcampeones. Y además eso nos permitió insertarnos en el Circuito Profesional de Paddle, siempre clasificamos al cuadro principal, y en el segundo, tercer torneo hasta pudimos ganar algún partido que era muy difícil dentro de ese nivel profesional”, subrayó.

“El paddle me absorbió y como me iba bien económicamente dejé un poco de lado el estudio con la idea de retomar un poco más adelante. En ese transcurso, en el que habíamos jugado partido muy cerrados con profesionales con Llensen-Diez, Aguirre, Caracotche-Mazucchi, la Asociación Sanjuanina que se había formado hacía poco me comunicó que me apoyaba para jugar el Circuito en Segunda, yo lo iba a ser en Primera con el apoyo de nuestros sponsors”, recordó.

“Les dije que estábamos para jugar en Primera, no en Segunda, que en cualquier momento íbamos a dar un batacazo. Fuimos a Necochea, nos anotamos en las dos categorías, con siete partidos entre viernes y domingo. Quedamos eliminados en el segundo partido de Primera y fuimos campeones en Segunda, lo que nos dio la razón sobre lo que pensábamos”, justificó.

“Dos meses después nos tocó jugar en Tucumán, como yo tenía puntos estaba autorizado a jugar en Primera, pero a mi compañero Leo Contini. Me dieron la opción de jugar con un tucumano que también había quedado solo, jugaba muy bien. Y con Leo volvimos a ganar el torneo de Segunda”, recalcó.

“Teníamos la posibilidad de jugar el Master de Segunda, pero ya no me dejaron, tuve que seguir en Primera y logré llegar tres, cuatro veces a semifinales del Circuito Profesional”, evocó.

“El partido más importante que ganamos fue con Chicho Ruiz, un chico de Río Gallegos, al campeón mundial Roberto Gattiker y el santafesino Maccia, en cuartos de final en la capital de Santa Cruz, en un torneo que tuvo 5 mil, 6 mil dólares de premios”, preponderó.

“Cuando volví a Trelew tenía la idea de seguir en el Circuito Profesional, lo que significaba viajar todos los meses a algún lugar del país, cuando en realidad yo lo hacía esporádicamente, cada tres meses porque tenía que dejar el trabajo de las clases”, aludió Gahona.

“Había ido a Buenos Aires a seguir el circuito, pero me engripé y volví a Trelew. En ese momento vi algunas cosas que no estaban claras, el paddle estaba bien, pero yo notaba que venía en bajada. Si me instalaba entre las 10 parejas del país, me preguntaba si me iba a convenir, si era suficiente para dejar el laburo y el estudio, y además tenía que lograr que mis viejos estuvieran de acuerdo”, analizó.

“Acá podía seguir dando en clases como en San Juan, aunque allá tenía más reconocimiento. Pero igual decidí venir, me anoté en el primer torneo, lo jugué con Pablo López y le ganamos la final a Tito Baulde-Pablo Castán por 6-1 y 6-2”, rescató.

JUGÓ CON TODOS
“Acá estaban jugando bien, pero yo venía del nivel profesional y la diferencia era lógica, tenía 25 años. Empecé a jugar en Los Aromos, di clases en Rawson, en el Club Mapuche, en un club en Madryn. Además jugué varios Patagónicos con Pablo López, Tito Baulde, Andrés Montivero, Gonzalo Trevesino, Fredy Angulo, Gastón Blasco, Chicho Ruiz, Carlos Castro. Con todos ellos gané algún torneo en las diferentes ciudades de la Patagonia y con alguno más de uno, debo haber ganado unos 15 torneos Patagónicos”, especificó sacando pecho.

“Les tengo que agradecer a todos ellos no sólo por los títulos sino porque tuve la posibilidad de conocer todo el sur y gran parte del país”, reconoció.

“Seguí jugando al paddle durante muchos años y de vez en cuando lo hacía al tenis, cuando me invitaban, y sin entrenar porque aunque no estuviera entrenado podía aportar mi experiencia”, referenció.

“Cuando volvés al tenis tenés que cambiar la empuñadura, jugar con top, volver a sacar, jugaba buenos partidos, pero me faltaba continuidad para recuperar la precisión”, admitió de aquel momento.

UN GOLPE QUE CAMBIÓ LA VIDA
“Hace unos 15 años estaba jugando al paddle con unos amigos en el Club La Escondida, fui hacia la red, los otros tiraron una pelota muy cruzada, muy buena, justo estaba jugando con un amigo que vi que no reaccionaba, la fui a buscar al fondo de la cancha en diagonal, generalmente cada uno corre su pelota, llegué, pero como era muy baja, se me corrió la mano y golpeé la cadera contra la pared”, contó sobre la lesión que le dio un golpe de timón a su vida.

“A través de ese accidente me encontraron que tenía un tumor benigno en la columna, que debía sacármelo porque tal vez no estuviera hablando ahora. Me cambió totalmente la vida, me sacó de las canchas”, expuso con serenidad.

“Fui en el Hospital Italiano, después la resonancia mostraba que solamente me había quedado como un hilito, pero la operación me dejó muchas secuelas en las piernas, aunque he ido mejorando. No puedo caminar normalmente, pero hubiera sido peor”, se consoló.

“No fue algo fácil, hay que vivir el día a día, pensar que vas a ir mejorando, pero tener en claro que otras cosas no las iba a poder a hacer, como volver a jugar. Hay que convivir con eso lo mejor que puedas y tratar que tu cabeza te ayude, en la vida diaria te genera un montón de inconvenientes que uno trata de sortear o de que sean más leves”, rescató.

“La cabeza es fundamental, cuando te pasan estas cosas también ves que a otras personas les han pasado cosas similares o peor y que uno no se daba cuenta del sufrimiento, de todo ese proceso. Cuando veo a personas que le ha pasado lo mismo le deseo lo mejor y todas las fuerzas para soportarlo”, aseveró.

“Nunca dejé de hacer gimnasia, a pileta fui como cinco años, algunos me veían en verano dándole, me costaba horrores, pero lo hacía porque estaba seguro que era bueno para mi vida. Quizás el hecho de haber hecho deporte me llevó a tener la predisposición para recuperarme”, fundamentó.

“El andador es mi amigo, gracias al andador puedo caminar y moverme para todos lados. El 24 de junio voy a cumplir 58 años, nací el mismo día que Messi”, sorprendió.

¿Te considerás un referente?: “más en el paddle que en el tenis, aunque veo que en el tenis fui uno de los pocos que empecé a jugar de grande y llegué a Primera, tal vez el de Pechocho Real sea otro caso”.

“En el paddle quizás sí sea referente porque he tenido la posibilidad de ganar unos 50 torneos, no es poco. Fui el campeón sanjuanino y cuyano, uno de los primeros en jugar el circuito profesional y de haber ganado varios torneos en la Patagonia”, acreditó.

“Los viejos (Juan José Gahona mi padre, Carlos Caseres mi padre actual y mi mamá Herminia Josefina Conedini), mi hermano Leandro Ariel y mi hermana Silvina Celia del Valle Gahona. También son deportistas, mi hermano es profesor de Educación Física y mi hermana juega al hockey, a los dos también les gusta el tenis, mi mamá sigue jugando al paddle con 80 años, lo mismo que mi viejo que va a jugar al fútbol dos veces por semana. Esa una familia cortita, pero muy deportiva, eso me ha ayudado a tener una vida sana y sobrellevar todo lo que me pasó”, atribuyó.

“Veo básquet, fútbol, me gusta ver todos los deportes, los mundiales de rugby. Yo jugaba de ocho, de diez, soy derecho. Me gustaba la parte creativa, pero hacer jugar a mis compañeros y llegar al área”, resaltó sobre su pasión por el deporte.

“Yo soy de Boca, pero me gusta ver cuando otros equipos juegan bien, disfrutar a los grandes jugadores sin importar de qué equipos son. A quien no le gusta ver jugadores como Bochini, Kempes, Zidane, Maradona, Messi. Me encantó como jugó Argentina en el Mundial”, celebró.

“El nivel se reflejó en el primer tiempo en la final con Francia, jugamos tan bien que Francia no parecía Francia”, sentenció en el final sobre la tercera estrella de la selección argentina.

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16/04/2023

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LOS BUENOS VAN AL CIELOSe fue Rubén Darío Vega, Rubinho para los amigos. Un verdadero apóstol del periodismo deportivo. ...
13/04/2023

LOS BUENOS VAN AL CIELO
Se fue Rubén Darío Vega, Rubinho para los amigos. Un verdadero apóstol del periodismo deportivo. Forjado en la radio de su hermano Aldo, FM Bahía Engaño de Rawson. Pero literalmente un manual de consulta permanente. Quien no le habrá pedido un teléfono a Rubén, un resultado, un contacto, una info que era difícil con seguir porque habría que haber estado allí. Porque precisamente, no sabemos cómo hacía, pero estaba en todas partes. Vivió la vida con alegría, aunque en sus peores momentos, aún en sus días finales. Nadie pudo haberse peleado con él. Era imposible. Porque aun en sus rabietas, cuando Boca o Germinal jugaban mal o cuando el partido era horrible, jamás le hubiera nacido algo de maldad.

Nos dijo adiós el dueño de millones de anécdotas, el de una bondad inconmensurable, el de una pasión que lo llevó a superar todos los límites, los suyos, los de los prejuicios, el de los rótulos, el del protagonismo.

"Pateó" miles de kilómetros, si habrá gastado suelas de zapatos o zapatillos para ir a cualquier lado; ya sea porque lo llevaba "Aldo", "Batata", algún amigo o uno que otro samaritano, o porque se tomaba un bondi o incluso hacía dedo, pero llegar había que llegar. Y así recorrió múltiples confines.

Cuando en un gimnasio, en una cancha, en un trinquete o en cualquier lugar donde se hacía una actividad deportiva, en una noche fría, en una tarde calurosa, en un día para guardarse en el refugio del hogar, el único que estaba ahí era Rubén. Y no sólo después contaba con la información de primera mano, sino que además la compartía después con los "carroñeros" que no teníamos empacho en pedírsela.

Su cuaderno tal vez, como muchos de nosotros era poco legible, pero tenía datos y resultados que a otros les faltaban.

Su lugar de origen fue la radio familia, la pionera Bahía Engaño de su amado Rawson, pero en los últimos tiempos también tuvo cobijo con Héctor Araneda, no sólo laboral, sino más bien personal. Juntos llegaron hasta los confines del país en una incursión de Guillermo Brown por la Primera Nacional ante Crucero del Norte de Misiones, aprovechada para convertirse en algunos de los miles de turistas que visitaron las paradisíacas Cataratas del Iguazú.

Por iniciativa del Círculo de Periodistas Deportivos, tuvo su merecido homenaje en vida, algo que de alguna manera nos reconforta.

Naturalmente hay que ser sensibles ante las personas con discapacidad, pero aunque lo cargábamos por su renguera cabe preguntarse si cuando alguien tiene una capacidad notable de producción, una sensibilidad y un respeto por la crítica, si alguien acumula en la memoria tanta información como un disco rígido, podría hablarse de discapacidad. Absolutamente no.

Hablamos 17 días antes y además de pasarme un teléfono, me contaba su rutina con alegría. Es que su espíritu era tan fuerte que mantenía la esperanza intacta pese al sufrimiento.

Eso era Rubén Darío, un enorme ejemplo del dar hasta que duela, aunque ni siquiera el dolor pudo hacerle mella. Hasta siempre campeón del mundo de bondad, espero volver a verte en el Paraíso.

SUSANA BONET, LA DAMA DE FIERROEs de manera intrínseca, la madre del triatlón y del Maratón “Tres Ciudades”. Firmó, como...
08/11/2022

SUSANA BONET, LA DAMA DE FIERRO

Es de manera intrínseca, la madre del triatlón y del Maratón “Tres Ciudades”. Firmó, como secretaria, todas las actas de la Asociación Deportiva Evento Sport, la reconocida organización que permitió el desarrollo pleno de las pruebas combinadas, con competencias y exponentes inolvidables. En el seno institucional también surgió el mejor maratón patagónico de la historia, el “Tres Ciudades”. Desde su labor como cronometrista, “Susy” apuntaló cientos de carreras, en el anonimato y desde una tarea silenciosa, pero por demás encomiable.

Antes había sido planillera de básquet, otras de las disciplinas en la incursionaron sus dos hijos varones. Es mamá de uno de los grandes deportistas de las últimas décadas, Leandro González Bonet. Pero el mayor, “Loncho”, marcó el punto de partida de la familia en el triatlón.

En la casa de barrio Comercio impera el silencio, salvo cuando aparecen los nietos, ya creciditos, y la calma se transforma en bullicio. Ya no están Juan Carlos, que se fue en 2010, y Fabi, su hija –la segunda de los tres hermanos- que se despidió en 2021.

Pero pese a las circunstancias, y las tempestades, Susana parece haber tenido un “leitmotiv” a lo largo de su vida: disfrutar mientras se pueda o lo que se pueda, no perderse la oportunidad de disfrutar. “Hice todo lo que quise, creo que no me quedó nada por hacer”, asegura en efecto.

PARA ENAMORARSE BIEN…
De hecho, el primer cambio fue haber dejado el ruido de Buenos Aires a los 31 años, con dos hijos chicos y un marido que la indujo a venir al sur.

“En Buenos Aires Juan Carlos era decorador de interior, trabajaba en una empresa muy grande, Nordisca, tenía años de arquitecto, pero no se recibió. También hacía planos de muebles. Cuando vinimos a Trelew, en 1977, puso un negocio de decoraciones, no le fue muy bien, llegamos una época en la nunca se había cerrado un negocio, pero nos tocó a nosotros”, recordó.

“Yo había venido con la idea de no trabajar porque estaba embarazada de Leandro, el más chico de mis tres hijos. Pensaba en no trabajar más y en dedicarme a los nenes”, admite.

DOCENTE Y TESORERA
“Yo soy maestra normal, en Buenos Aires había ejercido 12 años, llevo la profesión en el alma porque me encanta trabajar con chicos y adolescentes”.

“En octubre de ese año nació Lea y me vino a buscar Juanita Soto Martín porque la tesorera de la escuela estaba con serios problemas y Cecilia Glasmann, con quien somos familia, le dijo que tenía a su cuñada que hacía ese trabajo. Yo también había trabajado en Capital con una tesorera en una escuela secundaria y Cecilia sabía que yo hacía cheques y liquidaba los sueldos de profesores. Hacía medio turno de maestra a la mañana y el otro medio turno a la tarde, por eso ya no quería trabajar más porque crie dos hijos tardando una hora para ir y otra hora para volver al trabajo”, expuso sobre su trayectoria laboral que en Trelew se prolongó por más de 30 años.

“Al enfermarse la tesorera de la Escuela de Comercio Juanita me pide que le diera una mano, que no tenía quien pagara los sueldos de los profesores y al final me quedé 32 años, la tesorera se jubiló y seguí yo y como no me podía quedar con una sola cosa, también era ayudante de clases prácticas en el laboratorio con los profesores de biología, química y física. Ahí conocí a toda la barra brava que hoy son todos profesionales. Pero los dos más grandes no quisieron ir al comercial, Lea sí”.

EL NACIMIENTO DE EVENTO SPORT
“Quique Pérez Luces (conocido empresario) quería una asociación que se encargara del triatlón y creó Evento Sport en 1993, nosotros ya estábamos en el triatlón por Loncho y sobre todo por Lea, pero también con Romina Blanes, Martín Hurtado, y el grupo de Pedro Battaglini de Corpus”, recordó.

“Con Quique, Pedro, Fabiana, yo, Juanca y Néstor Wener, que fue el primer presidente, formamos la primera comisión”, destacó.

“En realidad yo todavía tocaba de oído, porque Quique, Silvia Iralde que era la secretaria y Néstor Wener estuvieron con todos los trámites para la creación de Evento, Quique y Silvia se cansaron de ir a Rawson para hacer todos los trámites”, reconoció.

“Siempre ayudé con los tiempos porque ya los manejaba en el básquet de Independiente, había estado muchos años como planillera, en realidad empecé ahí porque los chicos empezaron jugando al básquet desde que llegamos, en el 77”.

“En el club estaba Mario González, hermano de Juanca, que era jugador. Entonces se creó con Coco Belzunce el minibasquet con Carlos Trod (santafesino que después dirigió a Racing). Ese grupo fue a jugar a Ushuaia y estuve hasta que los chicos empezaron triatlón. Yo seguía a mis hijos, aunque en lo único en lo que nunca me metí fue en el rugby, Loncho también jugó en Patoruzú, pero como tenía miedo que lo estropearan solamente iba a verlo. Pero en básquet y en triatlón sí”, aclaró.

“Tengo el libro desde actas desde que Evento Sport se creó, el 15 de febrero de 1993, hasta el cierre. En papeles no se cerró, pero la última acta que yo hice fue en 2014”, contó con nostalgia.

“Yo me fui del maratón y a su vez de Evento Sport, en 2010, ya no tenía mucha participación porque ese año se enfermó Juanca, aunque seguí un tiempo más con el triatlón”, precisó Susana.

“Con Quique, aunque con todos, mantenemos mucho cariño, mucha amistad; Jaquy (Salaberry), Raúl (Marín), Nico Torné trabaja acá a la vuelta y pasa, me abraza, me besa, al que no vi más fue a Alfredo Bones”, señaló sobre el grupo referentes que sostuvieron a la organización deportiva.

“El último presidente fue Roberto Bertón (también referentes como Sebastián “Reo” Sarries, el propio Loncho González Bonet y Sandra De Marzo comandaron la entidad, lo mismo que el joven empresario Juani Peralta), yo siempre estuve como secretaria, nunca ni más arriba ni más abajo. Todas las actas las hice yo”, se jactó la abuela de cinco nietos.

“Evento Sport llegó a organizar 15 carreras en una temporada, desde diciembre a marzo, y encima como sabían que yo estaba en el Comercial me iban a ver allá, que esto, que lo otro. ¿Y cómo no iban a conocer la casa? Los chicos de Esquel venían a inscribirse, pero primero pasaban por casa. Era una familia, una cosa hermosa”, enfatizó.

“Con Lea viajé bastante cuando era chico, lo acompañé a todos lados, pero cuando cumplió 19, 20 años, que salió campeón argentino juvenil, empezó a viajar solo. Antes teníamos un VW Gol bordó, el profe Sergio Nassif siempre decía que si no veían el Gol bordó había que agarrarse, porque yo abría la tapa del auto y tenía de todo”, apuntó con una sonrisa.

EL ÚNICO MEDIO IRON MAN EN CHUBUT
“Quique (también presidente después de Wener) quería traer el Campeonato Argentino de media distancia, por eso se apuró a crear Evento. La carrera de Pirámides se hizo en el ’94”.

“La ganaron en caballeros Caballeros el Turco Lemir, 4h09, 2º Alejandro Bilbao, 3º César Calcagno. El rionegrino Daniel Fontana, otro de los grandes de la historia, terminó quinto porque se “fundió. En damas terminaron 1º Virginia Coronel, 2º Claudia Schemper y 3º Claudia López”, informó, como si el tiempo se hubiera congelado y estaría proporcionando datos en una carrera de esa época.

“La de Pirámides es una prueba que nos quedó a todos en la memoria, con el Turco Lemir éramos muy amigos, él venía porque le gustaba el lugar. Todo el mundo decía que era muy lejos, pero le gustaba la carrera y la atención, pero la distancia siempre fue muy dura y ni te cuento de ir de acá para allá, era agarrar el auto y darle y darle”, dimensionó.

“Ese día tomábamos el Gatorade y parecía que no tomábamos nada, quedamos deshidratados”, rememoró.

UN DUELO DE TITANES
Daniel Fontana le ganó a Pablo Rodríguez en un duelo directo del Campeonato Argentino en el Río Chubut en el ’97, el rionegrino con 1:57:45 contra 1:59:48.
“Después se hicieron varios Argentinos Short y de Acuatlón”, agregó Susana.

EL ÚNICO GANADOR EN LA MECA
Habló del único chubutense que ganó el Triatlón Internacional de La Paz, Pablo Rodríguez: “

“Pablo tenía una manera de ser en la que jorobaba con todo el mundo, no me caía tan bien al principio, sobre todo porque nosotros también teníamos una amistad con Daniel Fontana y no entendíamos esa rivalidad, hasta que Pablo ganó en La Paz”, admitió.

“Yo estaba en La Paz cuando ganó, todos creían que se iba a morir y cuando lo vimos venir primero no lo podíamos creer, fue un momento de mucha emoción y sobre todo por la fiesta que era el Triatlón de La Paz. En ese momento parecía el Iron Man de Hawai”, reivindicó.

NdR: Otro de los grandes rivales del “Halcón” Rodríguez fue el capitalino Fabián Guzmán, también campeón patagónico y argentino.

“Salvo algún caso puntual, las rivalidades nunca pasaron de la carrera, como con Leo Chiachio, Maximiliano Iberlucea, Gustavo Ibarra, que fue mi alumno en el comercial. Con Romina Blanes lo mismo, era como mi hija porque la acompañé siempre. Y cuando ella dejó le regalamos el babero porque ya estaba embarazada”.

“No fue casualidad que mi hija haya sido esposa de un atleta, Rony (Pavoni) ya había venido a Pirámides. Donde estaba yo estaba Fabiana, ella también fue planillera”, mencionó.

EL FENÓMENO MARATÓN
“Nico, Jaquy, Raúl, Quique y el Turco Aidar se fueron a correr un maratón, creo que el de Bostón, y vinieron con la idea. Jaquy (Salaberry) y Nico (Torne), apasionados, y Raúl más frío, Rubén Rentería Beltrán también hacía el análisis de los sponsors. Pero uno de los pilares fue Aidar”, recalcó.

“La primera notebook con la que ya comencé a clasificar en el maratón se la regaló él a Evento Sport”, añadió.

“El maratón fue una cosa que nos superó, pusimos la vara muy alta en las primeras ediciones, ellos tenían sus trabajos y sus problemas y la carrera demandaba mucho tiempo para organizarla”, confesó Susy.

“Yo empezaba con la inscripción y después llevaba noches sin dormir para armar los kits y los números. Me traían todo, yo no hacía una sola gestión, pero después armaba todo y me tocaba la clasificación”, detalló.

“Hasta que no terminaba la carrera yo no me podía mover, en las primeras ediciones estaba Quique en la animación y no sabíamos qué hacer hasta que llegaba el último”, aludió.

“La más emocionante fue la que ganó Omar Crettón, para mí fue un orgullo personal, me acuerdo y se me pone la piel de gallina. Y la peor fue en la última edición, cuando se murió el atleta, ahí dejé”, recordó con tristeza.

“Lo mismo que cuando murió Néstor Paz, yo no estaba ese día en Playa Unión, pero me impactó mal porque él también estuvo en la primera comisión de Evento Sport”.

“Viste cuando dicen que el espectáculo debe continuar, yo tenía una angustia tan grande, pero igual tuve que terminar la clasificación. Pero ahí dije basta, en la vida hay ciclos y creí que era el momento para dejar, además mi salud ya no era buena y me costaba cada vez más”, argumentó.

CUENTAS CLARAS
“En los últimos años hasta me parecía que no me querían dejar sola en Evento Sport, me pasó con el Reo Sarries y Bertón, pero no era por mí, sino por la disciplina y la institución”.

“Había todo un papelerío atrás que había que hacerlo, ir al Tribunal de Cuentas a llevar todos los papeles, rendir todo, había que cumplir con la burocracia, sino estaba el papelito, no servía y yo lo tenía al día. Firmas y DNI, por ahí te rechazaban alguna que otra cosa, las actas. Manejábamos fondos del Estado, además de los trámites de la Personería Jurídica”, dijo con retórica docente.

“Nunca tuve temor porque las cuentas se manejaron con total claridad, eso tengo que agradecer siempre porque todo pasaba por mí, nadie hacía las cosas sin que yo lo supiera, venían y me decían, Susy acá está la plata, hay que pagar esto, lo otro, a fulano, mengano, siempre hablando del triatlón”, reveló.

“En el maratón en cambio tenía su propia comisión y manejo, aunque yo igual tenía que encargarme siempre de Personería Jurídica. Y era tanta la confianza que me tenía porque yo no firmaba un solo papel, firmaba el presidente, yo los presentaba, pagaba, pero no firmaba. El compromiso lo asumían ellos. El tema era el presidente y el tesorero”, resaltó.

EL PUNTO DE PARTIDA
“El Loncho empezó a correr triatlón con el Reo, Alejo Ferraría, Romina Blanes, Claudio Delpueche en Madryn”, evocó Susana.

“A Lea lo seguí de principio a fin, desde que empezó hasta que dejó de correr, después le tocó a Maga, primero como novia y después como esposa”.

“Íbamos Aldo Blanes, Alicia, Juanca y en ese momento corría Martín Hurtado y sus papás también viajaba y también estaba Diego Rodríguez, el papa trabajaba en la base”, memorizó.

“Sufrir se sufre siempre, no fui a dos o tres carreras de playa, porque ya no estaba Evento en la organización, lo escuché a (Héctor) Araneda, y ahí sí que sufrí porque cuando estaba tomando los tiempos lo iba viendo”, admitió.

CRÍTICA CRUEL
“Yo nunca tuve una discusión, siempre hay reclamos, pero como siempre había un director de la prueba, él se hacía cargo, yo me limitaba a tomar tiempos. En la carrera había otros responsables, entonces conmigo nunca hubo un problema”.

“Había gente que criticaba duro, crueles, porque era como que iban con el cuaderno y el lápiz a ver en qué fallamos, pero discutir con alguien, si pasó alguna vez, la verdad no me acuerdo.

"Hubo varias fallas, siempre las habrá, algún corredor que no viste, pero nunca en la clasificación final, porque nosotros tomábamos los parciales de cada disciplina y el programa que creó Sebastián Sarries nos sacaba las transiciones de manera automática”, subrayó cuando le tocó hilar más fino.

TIEMPOS EXACTOS
“Cuando venían de afuera y veían la forma que tomábamos los tiempos y trabajábamos la clasificación, querían llevarse el programa, el cronómetro, después apareció el sistema de chips y se solucionó todo. Pero en eso también tenemos la alegría de decir que fuimos pioneros. Ya en el 93 usábamos ese programa”, se jactó “Susy”.

“Primero teníamos un cronómetro que lo teníamos que conectar a la computadora, y después para el maratón Raúl Marín nos trajo uno de Buenos Aires que nos largaba la impresión. Primero trajo uno y después otro porque había que tener dos, uno en la salida de la natación y el otro en parque cerrado. Y siempre buscando alguien que nos ayudaba, Romina Blanes, Sandra De Marzo y los hijos de los atletas, la misma hija de la Negra, los que tenían condiciones, y sino algún profe que supiera del tema. Yo ya los tenía apalabrados”, especificó.

“La toma de tiempos para nosotros siempre fui fundamental, los triatletas se toman los tiempos, más ahora con los GPS, pero el tiempo oficial es el que vale. En el maratón lo mismo, pero cuando se agregó la prueba integración de 21K también necesitábamos gente en Trelew y costaba que aceptaran trabajar, querían ver la carrera, y yo los entendía. Mirá que van a querer estar con el papelito y el cronómetro no pudiendo sacarle la vista a cada corredor”, indicó con tono comprensivo.

TODO PASA
“Extrañé Evento Sport, aunque el grupo ha conseguido en contacto conmigo y me siento como una bendecida, porque siempre pasan y me saludan, a veces estoy barriendo la vereda y no alcanzó a ver quién es”, expresó de manera entrañable.

“Como siempre estaba los chicos de por medio, Juanca también se sentía orgulloso como papá y me acompañaba siempre, o no me decía nada porque entendía que acompañábamos a nuestros hijos. Iba y hasta me compraba alfileres. Es distinto cuando no está la familia involucrada”, consideró.

“Incluso en el viaje del básquet a Ushuaia fue él con Loncho y en el rugby también iba él, por eso fue más fácil para los dos”, valoró Susana.

MÁS ALLÁ DEL UNIVERSO
“Juanca se fue en el 2010 y Fabita se fue en abril de 2021, pero ella está conmigo, para mí no se fue. Me decía siempre que yo era muy fuerte porque ella era temerosa, tenía una indecisión tremenda”, contó, con un temple de acero, pero sin dejar de emocionarse.

“Nosotras dos, desde la mañana hasta la noche, teníamos una interacción permanente, ella seguía en Panamá, vino para acá en enero de 2021, después de la pandemia durante la cual no habíamos podido viajar”, recordó.

“Ella había superado el cáncer en 2019, yo me instalé en octubre de ese año en Panamá y el tumor desapareció. En diciembre le dieron la noticia y volvimos para acá. Y en 2020 no pudimos viajar más. Y ahí no sé qué pasó, no lo sé, pero en enero de 2021 volvió muy delicadita, con la idea de quedarse, no quería volver a Panamá. La atendieron, estuvo con Francesca (su nieta de 11 años), pero el médico de allá le dije que tenía que volver”.

“Lea la acompañó, estuvo dos semanas, y no pudo recuperarse, Lea volvió por su trabajo y Fabi se fue el 1º de abril en Panamá, no la vi. Yo creo que ella lo preparó de esa forma, me parece que no quería que la viera así porque ella estuvo internada en el Hospital de Trelew donde Betina Stegmuller (doctora y también triatleta) la atendió muy bien, se lo voy a agradecer siempre”, reflexionó.

“Como mamá uno no querés ver sufrir a un hijo, y la mano venía muy dura y yo lo había pasado con Juanca, fue el mismo cuadro, un tumor en el esófago, vaya a saber, es una enfermedad tan cruel. Y Fabiana era tan sana, corría, hacía deportes, no fumaba, no tomaba, lo único fue esa porquería que se instaló ahí y no hubo forma. No llegó a cumplir los 50”.

“Francesca va a pleno con el padre (Ronan Pavoni), ya corrió en Hawai, es mi panameñita”, ponderó para cambiar el semblante y devolver una sonrisa.

PATAGÓNICO, SÓLO UNO
Evocó que “Lea nació en Trelew, es el único patagónico de la familia, los otros dos son porteños. Cuando sus hermanos, Loncho y Fabiana se auto decían de su orgullo patagónico, Lea les paraba el carro y les aclaraba que él es el único patagónico. Y nació porque nos vinimos a vivir acá, porque no sé si lo tenía. Cuando supimos que nos veníamos, lo encargué. Loncho es de diciembre del ´69 y Fabi del 71”.

CINCO NIETOS
Refrendó, con el pecho erguido, que “tengo cinco nietos, el mayor, Lautaro (el de Loncho), cumplió 17, Francesca de 11, Juanita de 10, Eunise de 6 y la chiquita Irenka, la eslovaca, de 4. Loncho tuvo a Lautaro y Juanita en su primer matrimonio, y ya divorciado, la conoció a Susana Michalkova, no sé si en Brasil, se casaron y tuvieron a Irenka González Michalkova. Ahora están viviendo en Budapest (Hungría), pero habían estado en Houston (Estados Unidos) y después en Bélgica”.

LEA, QUEDÁS A CARGO
“Lea sigue firmetex acá, el que se hace cargo de la vieja de 76 años (risas), me jubilé hace 15 años, y no extrañé nada, perdón porque no extrañé nada. Me olvidé del reloj, me duermo hasta que quiera, me levanto cuando quiero. Vivo para mis nietos, mis hijos y para mí. Así como disfruté el trabajo y mi vida de joven, porque hice todo lo que quise. Jugaba al básquet, en la escuela y después en Trelew hicimos un equipito. Tenía más de 30 años, yo terminaba como un tomate, pero después dejé y solamente iba al gimnasio”.

Susy sigue firme como un roble, tomando una bocanada de aire para ir contra la corriente, con un ritmo sostenido para que el tiempo no transcurra en vano, y dejando todo en cada paso como si fueran 42k. Con esa mirada que mezcla ternura con carácter, porque sabe a la perfección que lo cortés no quita lo valiente…

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Trelew
9100

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