19/09/2021
Jaque al corazón del FDT, la Unidad.
¿Acaso no era esperable una derrota del FDT luego de una caída económica de 10 puntos del PBI? ¿Acaso no es esperable en Argentina como en otros países de Latinoamérica y el mundo una derrota de los oficialismos nacionales luego de la pandemia (Trump hacia abajo)?
Lo más preciado que construyó el FDT desde su génesis fue la UNIDAD del peronismo, le permitió vencer a Macri en 2019 y mantenerse cohesionado frente a una situación sanitaria compleja. Ese “era” o “es” el corazón del FDT, su motor y fortaleza.
Pero luego de una elección paso legislativa todo voló por los aires y no hubo peor decisión que ventilar esa interna a cielo abierto. La falta de carriles profesionales para procesar tensiones puso a la oposición en el sillón a comer pochoclos frente al televisor. Si, una PASO legislativa puso en “jaque” la unidad.
CKF, su ADN y golpe a la autoridad presidencial:
Incluso podríamos decir que CFK realizó un análisis económico de la derrota con cierta verosimilitud, diferencias respecto al gasto, la sub-ejecución del mismo y la pérdida de poder adquisitivo de la gente, hasta aquí todo razonable.
Pero su análisis incluía un metamensaje peligroso para la unidad: buscar y encontrar culpables AFUERA (fuera del kirchnerismo pero dentro de la unidad). Para CFK los responsables de la derrota fueron el Presidente y su núcleo más cercano.
¿Acaso la derrota en Provincia de Buenos Aires -en cabeza de Kicillof- no es también crédito propio? La “maquinaria electoral” del conurbano no estuvo presente siquiera en Quilmes. La derrota más bien fue de TODOS, fue tan grande que nadie quedó afuera.
Ante las derrotas CFK siempre redobló las apuestas y aquí como la culpa es del “otro” fue preciso acorralarlo exigiendo cambios rápidos y poniendo a disposición públicamente la renuncia de los funcionarios que a ella responden.
El espectáculo dantesco se ventiló públicamente durante 72 hs frente a un país que miraba impávido. Cartas públicas, mequetrefes, ocupas, operetas, pedido de 19 reuniones, teléfonos no atendidos, mensajes de Twitter y los 18 etc! solo contribuyeron a desdibujar el FDT y la autoridad del Presidente.
Sabemos que la política es tensión y conflicto, nadie podría asustarse de eso y menos luego de una derrota electoral pero deben existir formas institucionales para encausarlos o bien para disimularlos, de lo contrario todo es ganancia para la oposición.
Crisis y oportunidad para Alberto: subordinarse, romper o empatar.
Estallado el conflicto se presentó la oportunidad que muchos esperaban, dejar atrás a Cristina. Mientras el conflicto escalaba y Alberto no parecía dispuesto a ceder se presentaba el escenario de recostarse sobre los gobernadores peronistas, la CGT, los movimientos sociales y doblegar al cristinismo (CFK tenía mucho que perder).
Pero esa decisión requería mucha audacia y liderazgo, demasiado para un Alberto que la dejó pasar o no le dió para semejante empresa. Su personalidad moderada le permitió explorar ese camino solo algunas horas.
El segundo escenario era de mayor subordinación del Presidente hacia la Vice, pero significaba la pérdida total de su autoridad. Inviable.
Finalmente se optó por una situación de empate técnico.
- Alberto mantuvo a los suyos (Kulfas, Guzmán, Cafiero)
- Cristina conservó su estructura (no solo Wado… Anses, Pami, etc)
- Y se incorporaron personajes fuertes del peronismo clásico para ganar musculatura política en tiempos difíciles (Manzur, Domínguez, Aníbal). Nombres asociados de alguna manera a CFK pero ligados al peronismo histórico e ideológicamente a fines con Alberto.
Vaya que dolió la unidad, con heridas profundas es difícil pensar que todo quedará acá y quizá solo sea el principio de una película más larga.
¿Estaríamos en condiciones de afirmar que Cristina impuso su liderazgo y encauzó hacia adelante la situación política del FDT luego de la derrota? ¿Podríamos afirmar o desmentir que ese Albertismo nonato en 2019 podría tener solapadamente su embrión en las reuniones de esta semana con los gobernadores?
Como todo está en desarrollo nada se podría afirmar, solo esperar el devenir de los hechos, es Argentina, es el peronismo y rápidamente el 19N traerá lecturas nuevamente.
Para concluir sí podemos afirmar que el golpe a la autoridad presidencial fue fuerte, que la unidad dolió y que las esquirlas seguirán dando vueltas.
Lic. Hernan Rodríguez Berardi