24/12/2024
Oremos juntos esta Novena de Navidad.
Día 8.
Meditación del día:
En este octavo día meditaremos sobre la FE.
Una fe que es firme cuando nace una relación amistosa con el Señor. Una fe que es auténtica está confirmada con las buenas obras, de modo que nuestra religión no sea sólo rezos, ritos y tradiciones.
Asimismo, necesitamos cultivar la fe con el trato constante con la Sagrada Escritura, la oración y la práctica religiosa de las virtudes. La fe es nuestro mejor apoyo en todo momento, especialmente en los tiempos de crisis. Por eso es necesario fortalecerla. Una fe fuerte no es asunto exclusivo de voluntad, la fe también -o fundamentalmente- es un don que viene del cielo. Así como debemos ejercitarnos en ella, hay que pedirle a Dios que aumente nuestra fe.
Quien conoce y experimenta la fe auténtica, empieza a confiar sanamente en sí mismo, en Dios y en los demás. Toma la ruta que lleva hacia una fe sin vacilaciones como quería Jesús (Mc 11, 23). Esa es una fe que ilumina el amor con la fuerza de la confianza, ya que “el amor todo lo cree” (1Cor 13, 7).
La FE es la fuerza de la vida y sin ella andamos a la deriva. Razón tenía Publio Siro, el antiguo escritor latino (I a.C.), que sin conocer a Cristo, pudo decir: “El que ha perdido la fe, ya no tiene más que perder”.
¡Cuidemos nuestra fe como se cuida un tesoro!
¡Qué algún día se pueda decir de nosotros como de la Virgen!: “Dichosa tú que has creído” (Lc 1, 45).
Textos de aciprensa.com