13/01/2025
Hombre con cara cubierta apuntó con un arma a tres corredores en el sendero Caracol y uno tuvo una arriesgada reacción
Por Diario Rio Tercero
Cuatro corredores de la ciudad pasaron un momento muy desagradable en el sendero de la reserva Caracol, sobre la margen norte del río Ctalamochita, cuando fueron interceptados por un individuo que bajo amenaza de arma de fuego y apuntándolos les exigió la entrega de dinero.
El hecho se registró aproximadamente a las 11 de la mañana de este domingo 12 de enero de 2025 en ese sector muy transitado por aficionados al running y también por familias que lo utilizan como paseo recreativo.
Dos de los amenazados contaron la experiencia vivida a este Diario.
Se trataría del primer hecho de este tipo en un lugar sumamente tranquilo, donde quienes lo frecuentan son personas de hábitos saludables y respetuosas de la naturaleza. No se recuerda que alguna vez otros corredores hayan vivido una experiencia tan horrible.
Un hombre de 50 años, que corría junto a una mujer, contó a Diario Río Tercero que de repente se les apareció un hombre, con la cara tapada, en el sendero que los apuntó con un arma de fuego. «Nos pedía plata y nos decía que la necesitaba porque tenía un hijo internado en Córdoba», relató.
Mientras los apuntaba los hizo tirar al suelo y al ver que ninguno tenía dinero se marchó.
«Se fue pidiendo perdón, diciéndonos que lo perdonáramos», relató el hombre. El agresor se fue sin llevarse el celular que tenía la mujer, ni alguna pertenencia de las muy pocas que llevaban.
Más adelante este individuo se cruzó con otro corredor. «A mi me apuntó a la altura del estómago y me pedía plata. Tenía la cara cubierta como con una remera. Cuando se descuidó le manoteé el arma forcejeamos, lo tiré contra una planta y ahí soltó el arma. Yo la agarré y la tiré a los yuyos», describió.
En medio de una situación tensa el runner se fue corriendo rápido en la dirección que lo hacía, hacia el puente vado, y cuando se iba el sujeto agresor le pidió perdón.
Este corredor salió del sendero y cuando llegó al extremo este del recorrido, que tiene unos tres kilómetros de extensión, se encontró con el hombre y la mujer que también se toparon con este individuo. Había otra corredora que relató haberlo cruzado en el trayecto y ver cuando le exhibía el arma.
Los dos hombres que hablaron con este Diario contaron que llamaron a la policía y que el móvil tardó en llegar.
Relataron que los efectivos ingresaron al lugar y que al cabo de unos 20 minutos salieron y dijeron que no observaron ninguna presencia extraña.
Uno de los amenazados por la noche hizo una denuncia policial por lo que vivió. En la jornada de este lunes 13 regresó al sendero y en el lugar donde tuvo el encontronazo con su agresor buscó el arma. No la encontró. Supone ahora que cuando él se fue el hombre la buscó y se la volvió a llevar.
«Yo no entiendo nada de armas, pero supongo que no estaba en condiciones de ser usada», conjeturó.
Con el cuerpo y la mente más fríos, los cuatro runner que se encontraron en el acceso este al sendero Caracol conversaron sobre la experiencia vivida y sacaron algunas conclusiones: una, que se trataba de un hecho aislado; otra, que la persona podía estar bajo los efectos de alguna sustancia. Ninguno le pudo ver el rostro. Era una persona delgada, de entre 1,70 y 1,75 metro de estatura y quizá de no más de 40 años.