29/08/2024
EL CANTO DE LAS JIRAFAS, EL ECO DE LOS PATOS, LA SED…
1
Era un animal reciente y confundido,
húmedo, solo.
Tuve que quedarme acá dentro.
No hubo manera de librarme de mí.
Después de mucho
pensaba en el canto de las jirafas,
el eco de los patos,
el sueño de las hormigas,
el salto de los elefantes,
la sed de los koalas.
Así me tranquilizaba: aceptando imposibles.
2
No había otro para mí.
Desde mi infancia
tuve que quedarme aquí.
Todo fue ahogo contenido.
Lo hice para madurar disimulando.
En tanto intentaba ser:
Alumno, lavaplatos, bibliotecario,
mago, docente,
nunca este que sigo sin alcanzar.
¿Y el yo qué es
sino apenas una conciencia que naufraga?
3
Siempre un niño crispado por el tiempo,
respirando en la nuca,
empecinados cotillones con velitas
para soplar esa cursilería de matar.
Cumpliendo con la hora el día,
el año: relojes limitando todo.
Por ejemplo
esa mañana en que me entraron
las manos en las manos.
me sorprendió escribir sin la cabeza.
Era latido solo
como cuando amenaza el cielo con tormentas.
Salir a dónde?
Era un papel en blanco el corazón
pero lleno de algo que venía,
y vino.
4
Cuando llueve
se pone frágil todo lo que me siento cuerpo.
Así que no había razones para no dejar entre palabras,
eso que fluye con la verdad de un río.
Era salir, salía.
Lo mejor es nadar me dije.
Y nadé como lo hace el que no sabe:
puro desesperarse sin encontrar orillas,
atravesando todo lo que hay que atravesar:
piedras con nombres de fracasos,
peligrosos ramajes con basura de mundo
trampas para inmovilizarte en los fluidos.
Nadando con esfuerzo me decía:
-"A mí siempre me costó entender eso de los poemas”.
5
Escriben "luna" y piensan en "un ojo".
Escriben "gris" y sienten "con tristeza".
Yo no puedo entender la luna o la tristeza.
Soy una conciencia que naufraga
y nada en el papel.
6
Porque no entiendo escribo, y ahí pensaba
en el canto de las jirafas,
el eco de los patos,
el sueño de las hormigas,
los saltos de los elefantes
la sed de los koalas: imposibles, imposibles .
Desde siempre escondido en un río de sangre
sin saber nadar sin entender ( …la sangre no piensa).
No es poca cosa la poesía del ahogo
(como el canto de las jirafas…)
7
Ser niño me ayudaba, creo.
La inocencia no se hunde, flota.
Aunque sea sangre, fluye.
Aunque siempre en peligro al borde de la asfixia
como en un nacimiento repetido
( Pesé cinco kilos dijo mi madre
que me parió en una pesadilla de sangre).
Pensé cinco kilos de sangre y fui.
Nadando, creciendo, caminaba disimulando,
el peso, el pensamiento.
Un ahogo de sangre.
Un ahogo de sangre nunca despeja al pensamiento
(Para este que soy siendo,
haber nacido, se alivia con poemas me dije,
me aliviaba ,
se supera con la muerte, pero sigue).
8
Mi madre nunca superó mi nacimiento,
yo nunca supere a mi madre:
estábamos acá nadando,
siempre el ahogo de estar vivos:
ella se rindió, yo sigo.
¿Y el yo qué es
sino apenas una conciencia que naufraga?
9
Esparcí sus cenizas en la sangre,
como si fuese agua que corre.
Pero era como la poesía que está donde la sepas ver
(...pero era astigmatismo,
era presbicia, cataratas después
y el agua siempre el río,
cada vez más veloz,
como la lluvia,
el agua una conciencia que naufraga
y cree que piensa,
cree que escucha el canto de las jirafas,
el eco de los patos, el sueño de las hormigas,
los elefantes saltando,
los koalas sedientos. Imposibles, siempre,
porque busqué imposibles.
10
Alrededor de todo esto
siempre hubo un animal callado,
solo, confundido
que no era una jirafa ni era pato,
ni hormiga o elefantes,
menos aún koala.
Era asombro reciente,
un animal de asombro,
conciencia que naufraga y nada,
la crispación de un cuerpo que iba en la tormenta
adentro, arriba,
sin cabeza, la nuca,
solo lluvia o rio, por ejemplo la noche
en que salieron mis manos de mis manos
para fluir como ese viejo
que ya era y que se hundió
y nadé como lo hace el que no sabe:
puro desesperarse sin encontrar orillas,
atravesando todo lo que hay que atravesar:
piedras con nombres de fracasos,
peligrosos ramajes con basura de mundo
trampas para inmovilizarte en los fluidos.
¿Y el yo qué es
sino apenas una conciencia que naufraga?
11
Nadando con esfuerzo me decía:
-"A mí siempre me costó entender eso de los poemas”.
Siempre pensando en el canto de las jirafas,
el eco de los patos,
el sueño de las hormigas,
el salto de los elefantes,
la sed de los koalas.
Así me tranquilizaba:
aceptando imposibles.