15/02/2024
Audio desgrabado de una medica sin fronteras en la ciudadde Rafa.
“Hoy es lunes 12 de febrero. Me desperté a medianoche a causa de un bombardeo y no pude volver a dormirme.
Hacia las 5 de la mañana hubo un ataque aéreo muy fuerte y al principio pensé que era mi casa la que había sido alcanzada. En cuestión de segundos, pensé en mis hijos y oí cosas cayéndose por la habitación. Así que cubrí con las sábanas a mi hija pequeña, que dormía sobre mi brazo, y fui corriendo a ver cómo estaba el resto. Mi hija mediana dormía a mi lado. La cubrí con mi cuerpo. Un montón de cosas caían sobre mi espalda, golpeándome. Cascotes, maderas... muchas otras cosas que ni siquiera sé lo que eran. Todo en cuestión de segundos.
En ese momento, no sentí nada más que dolor. Mi mente ni siquiera estaba allí; yo estaba como ida. Después de comprobar que mis hijos estaban bien, bajé a ver cómo estaba el resto de mi familia. Estamos viviendo en su azotea. Bajé hasta donde estaban ellos. Gracias a Dios están todos vivos y nadie resultó herido. Salimos de casa durante una hora; hasta que salió el sol. Cuando volvimos, pude ver mejor lo que había pasado. Todo estaba cubierto de arena, de polvo. Todas las ventanas y puertas estaban agujereadas. Hemos perdido muchas cosas, pero al menos estamos vivos.
Estado en el que quedó el refugio en el que se alojaban la doctora de MSF y su familia tras el bombardeo. Foto: MSF
Estado en el que quedó el refugio en el que se alojaban la doctora de MSF y su familia tras el bombardeo. Foto: MSF
Un amigo me llamó para preguntarme si estaba bien, pero, para hacer honor a la verdad, ya he olvidado qué significa estar bien. Aquí lo que nos preguntamos todo el mundo es, simplemente, si estamos vivos. No es fácil aguantar en esta situación.
Las personas que estaban en esa casa estaban allí buscando refugio. No sé el número, nadie sabe cuántas eran exactamente, pero lo han perdido todo. En nuestra casa, mientras comprobábamos los daños, encontré pedazos de carne humana. Encontramos una extremidad inferior entera, perteneciente a alguien que no sabemos ni quién es. Cuando vi los trozos de carne en el suelo, lloré. Sé que este mensaje no significa nada para mucha gente y que tampoco servirá para cambiar nada, pero lo que sí sé es que, si no hemos mu**to ahora, lo haremos en el próximo ataque aéreo o en el siguiente. Y para ser sinceros, aquel que muere puede considerarse afortunado.
El que sobrevive está condenado a sufrir una y otra vez, como si fuera víctima de una maldición; abandonado por todo el mundo. No es justo. No sé cómo la gente puede dormir sabiendo que nuestros hijos sufren esta injusticia. Sólo somos civiles. Yo soy médica. Mi marido es médico. Y estamos sufriendo desde el primer día de esta guerra. No sé si va a terminar pronto. No sé si vamos a sobrevivir la próxima hora o la siguiente. Sólo sé que lo único que evita que mi mente se desmorone es mi fe en Dios, ya que él es misericordioso. Él es misericordioso y él... él no nos defraudará... al contrario de lo que sí ha hecho la gente del mundo entero”.
Testimonio 2 - La misma doctora de MSF en Rafah, 13 de febrero de 2024 por la mañana. Mensajes de texto.
Mensaje 1
He escrito los nombres de mis hijos y de mi familia en sus muñecas y en sus piernas para que nos puedan identificar si nos bombardean y destruyen el lugar donde estamos. ¿Alguno de vosotros se ha sentido así antes de que empiece la noche y ha tenido que permanecer despierto esperando a que algo semejante ocurra?
Mensaje 2
Pensé en hacer esto especialmente después de que sobreviviéramos al ataque aéreo de aquí al lado... Pero cuando vi partes de cuerpos humanos en el patio de mi familia y carne en el tejado, pensé que no tenía sentido.
Mensaje 3
Sobreviví, pero mi mente no.
Mensaje 4
Moriremos. Todos nosotros. Esperemos que lo suficientemente pronto para detener el sufrimiento que estamos viviendo cada segundo.
Mensaje 5
Mi hija pequeña está enferma... Sufrí heridas en la espalda con la caída de piedras y maderas cuando protegía el cuerpo de mi hija de la metralla.
Mensaje 6
Nos pasamos el día limpiando y arreglando las ventanas de plástico y la puerta para poder refugiarnos de nuevo en esta misma habitación. Porque no tenemos otro sitio donde ir.