06/01/2024
Ser lo que vos quieras ser, sin oportunidades es violento.
"Laissez faire", dejar hacer, esconde el espíritu más individual del ser.
En pos de una no-comunidad, de un falso sentido colectivo, de un salvese quién pueda!
Casi siempre el que puede es la "gente de bien".
Y casi siempre las teorías político-económicas advierten sobre un cambio social y cultural en devenir.
O al revés, es el causal del mismo.
El desafío del cambio que tenemos hoy, en nombre de la Libertad como bandera. Del "apolítico/a", de la crisis de la democracia y el vaciamiento ideológico. ¿Es el fin de las ideologías?
Le ha servido al gobierno de turno, y quizás al conglomerado tecno-neolineral mundano aferrarse a estas lecturas.
El odio de clase, el odio a la "justicia social", el descreimiento en las instituciones y a la militancia. Escenario que se vale de estas retóricas "¿por qué hay q sostener políticas públicas?". El odio suscitado a las banderas de luchas sociales como una lucha no digna, totalmente subestimadas. Las minorías destruidas y rebajadas por el discurso moralista televisivo, es un recurso de antaño del "orden".
El odio al negro de mi**da, al marginal.
El odio al distinto/a/e. El odio de clase. El triunfo de la era de la meritocracia, de la mujer y del hombre de bien.
El odio por no poder comprar, comprar y comprar el mundo de espejos que veo en las redes, todos los días.
El odio a los demás, que esconde el odio a mí mismo.
Lograron que creamos que la política es eso: la casta.
Pero la política es la calle, la rutina, el trabajo, las oportunidades, la música y el arte, los vínculos (con los demás y conmigo), las formas de vivir, lo sueños, el tiempo, la salud, la educación, los derechos de los/as demás.
Es el suelo, la justicia y el porvenir.
La política son esas oportunidades del DEVENIR: El verdadero llegar a ser.
La política es todo. Y nos han despojado de ella.
Como si no fuéramos seres sociales, como si no fuéramos seres políticos.
Como si fuéramos seres aislados y normados.
Dejar hacer, dejar pasar. Nos vende un mundo de humo de "podés ser todo lo que quieras". Pero sin oportunidades. Eso no sirve, no existe.
Sin sentido genuino, y con falsos espejismos, tampoco sirve.
Nada más violento, deshumanizado y egoísta que creer que sin oportunidades podemos llegar a ser todo lo que nos propongamos.
Si ni siquiera nos queda tiempo o amor para sentarnos a pensar qué es lo que queremos y hacia dónde vamos.
Se repite un capítulo de la historia que ya conocemos, que nos lleva a "ser" cada vez menos y a "poder" cada vez menos. Con un trasfondo tecno-neoliberal mediático que desconocemos. Que procura progresismo, pero huele a empobrecimiento. Y no sólo material, sino del que no se recupera.