02/04/2022
DE ITATÍ A MALVINAS
(Domingo Omar Godoy)
Desde Itatí hasta Malvinas existe un camino largo:
el camino de la gloria
que los héroes conquistaron.
Camino de sangre y fuego, de borceguíes y cascos, trazado por itateños,
por los nuestros, caminado.
Este camino que nunca jamás podrá ser borrado: está ilustrado en la historia, y en la memoria tallado,
letras eternas lo escriben, lo exalta un eterno canto.
“Las Malvinas Argentinas” es consigna, y es legado.
Por defender nuestras Islas partieron nuestros muchachos: joven sangre valerosa,
itateños, los más bravos.
Toncho, Paulino, Juan Pío,
Blas Cecilio, Pedro Armando;
Los Luises: Bianchi y Sosa,
Guillermo, Antonio Librado,
Felipe, Rafael Barrios,
Mariano, y Cleto Ramón,
(el chaqueño que adoptamos en nuestro suelo itateño), Joel , Vicente , y Beato,
(tan humilde y servicial, se nos fue el año pasado).
***
Un militar itateño, que se llama Cosme Barrios se unió a la gesta gloriosa de la guerra del Atlántico.
Así mismo Juan Saucedo, animoso y esforzado, incansable y decidido
con sus 37 años.
También Hipólito Aguirre, con coraje de comando, corajeó la batalla,
defendiendo el suelo patrio.
***
Las Islas fueron testigos del valor de nuestros bravos. En cada línea de fuego un itateño peleando,
defendiendo las trincheras, sufriendo los cañonazos,
las armas bien empuñadas,
con un rezo entre los labios, derribando los aviones del invasor temerario. “¡Viva Argentina”, y ahí, un sapucay bien gritado.
***
Nuestro Guillermito Núñez, y nuestro Rafael Barrios, dejaron su vida joven,
testimonio inmaculado de su preciado martirio,
en las Malvinas grabado.
La nieve los vio morir.
y los recibió en sus brazos, por dejar dos itateños
en aquel paisaje blanco.
***
“La guerra de las Malvinas”:
Cuarenta años pasaron, pero el fervor de los héroes
los años no sosegaron.
Ellos están con nosotros,
aún vestidos de soldados, con su bravura itateña, y con su coraje intacto, dispuestos a defender el archipiélago amado.
Porque las Islas Malvinas en sus pechos se han grabado.
Saben, igual que nosotros, que su esfuerzo no fue en vano, que su valor correntino
ha quedado consagrado,
y que en las Islas Malvinas, en un día no lejano
la Bandera nacional
con su celeste y su blanco, ondeará otra vez, gloriosa,
como un sueño conquistado. Las gargantas argentinas, con emoción y entusiasmo nuestro Himno entonarán, igual que un grito sagrado, y se oirá hasta los confines
del enclave recobrado:
“¡Viva Argentina”, y ahí, un sapucay bien gritado.