Cuando me dijeron el nombre del programa me puse a pensar en ese animal, el Camaleón. Lo primero que se le viene a uno a la cabeza es que este animal se mimetiza según el color del objeto que toca o del que está cerca. Uno piensa que se camufla, se esconde, que se conforma y que se adapta a la situación que se le presenta, como que se acostumbrara a esa realidad que se le viene dada. Pero cuando u
no presta atención, nos damos cuenta que es todo lo contrario. El Camaleón, aunque no lo crean, es un animal expresivo, cambia de color según sus estados emocionales. Toma un color cuando está feliz, otro cuando quiere conquistar a su pretendiente, otro cuando tiene miedo y otro cuando está triste. Él se muestra, no oculta sus sentimientos; no busca simplemente adecuarse a la situación que lo rodea. El Camaleón analiza su contexto para tomar una tonalidad. Sus ojos pueden servir como analogía para explicarlo. Su mirada puede compararse a lo que un panóptico puede hacer: poder ver todo lo que pasa alrededor desde un lugar. Este concepto nos remite a Foucault y su idea de que al sentirnos vistos por los otros nos generamos un auto-control, una auto-censura que no nos permite salir de lo establecido. En el Camaleón esto funciona al revés. Él mismo es su propio panóptico, él observa su realidad desde la mayor cantidad de puntos de vista que puede. Esto lo hace para saber en qué contexto está inmerso y cómo puede actuar en él y esa actuación va acompañada de un sentimiento, de un color diferente. Eso es lo que pretendemos desde este programa. Brindarte la música, poesía y literatura que te sirvan de herramientas para poder ver tu realidad y con las que puedas cambiar de color, ya que sería muy aburrido ser monocromático.
