16/08/2024
Observar una roca requiere ampliar la capacidad de nuestros ojos.
Por ejemplo, si utilizamos una lupa 🔎 podemos descubrir que dicha roca está compuesta de un conjunto de minerales. Pero si los cristales son muy pequeños (tamaño micrométrico, que sería la milésima parte de un milímetro) vamos a necesitar de un microscopio 🔬. Este instrumento nos permite aumentar hasta 500 veces el tamaño del objeto!!.
Sin embargo, ninguno de estos instrumentos nos permiten determinar la composición del mineral de una roca, ni tampoco su cristalina. Es aquí donde entran en juego instrumentos de observación más específicos y sofisticados, como por ejemplo el difractómetro de rayos X o la microsonda de electrones.
La acción de "ver" sólo nos muestra el color del mineral, mientras que mirar y observar con atención nos permite clasificar adecuadamente la especie mineral, sobre la cual podemos, además, determinar su composición química, conocer su zonación composicional y calcular las condiciones de presión y temperatura 🌡️ de formación. Así, no basta sólo con "ver", sino mirar y observar un poco más allá de las fronteras de nuestros ojos 👀 y de esta forma documentar y descubrir un universo oculto y fascinante, reconociendo que, tal como profetizaba “El Principito”, lo esencial suele ser invisible a los ojos.
Por Sebastián O. Verdecchia y Edgardo G. A. Baldo 📚
Para conocer todos los detalles del fascinante estudio de las rocas lee la nota completa!! Link en la bio!