
18/02/2025
ASESINAN A UN DEFENSOR TERRITORIAL INDÍGENA EN BOLIVIA Y DENUNCIAN A MAFIAS MINERAS
El pasado miércoles 12 de febrero, Francisco Marupa del Pueblo Leco, defensor del territorio, perteneciente a la Comunidad Torewa, fue asesinado en el municipio de Apolo, Departamento de La Paz. Su cuerpo fue hallado dos días después en un platanal cercano a su chaco, en las márgenes del río Hondo. Este crimen se enmarca en la violencia que enfrentan las Comunidades Indígenas por la protección de sus territorios frente al avance de intereses extractivistas.
Dionisio Gutiérrez, del Territorio Indígena Originario (TCO) del Pueblo Leco, relató a este medio los detalles del crimen y la impunidad que lo rodea. Según su testimonio, Francisco fue atacado cuando se encontraba solo en su casa, mientras su familia había salido en busca de provisiones. “Cuando llegamos, la puerta estaba abierta y desde afuera se veía sangre en el suelo”, recordó Gutiérrez.
El cuerpo sin vida fue hallado el viernes 14 por la mañana. La Comunidad, en estado de alerta, inició la búsqueda de sospechosos y encontró la embarcación de Francisco abandonada río arriba. Cerca de allí, descubrieron a un grupo de hombres preparando su huida hacia la selva. Los atacantes fueron vistos escapando en la lancha del comunario asesinado. La rápida intervención de la policía y la fuerza naval permitió su captura, pero la Comunidad sigue exigiendo justicia.
Un crimen con antecedentes y un trasfondo minero
Desde hace más de 15 años, la Comunidad Torewa enfrenta intentos de despojo territorial. Gutiérrez señaló que un grupo de personas externas, con intereses en la explotación minera y el tráfico de tierras, ha intentado apoderarse de la zona mediante maniobras legales, amenazas y violencia directa.
En los últimos años, la Comunidad ha sufrido quema de casas, desalojos forzados, robos de motores y destrucción de cultivos. Los ataques de 2023 y 2024 fueron denunciados ante la Fiscalía de Apolo, pero no hubo respuestas efectivas por parte del Estado. De hecho, algunas cooperativas mineras ya están operando ilegalmente en la zona, a pesar de tratarse de un área protegida donde estas actividades están prohibidas.
La Comunidad Torewa se encuentra en un área estratégica: es territorio Indígena del Pueblo Leco y parte del Parque Nacional Madidi, una de las zonas con mayor biodiversidad del mundo. Sin embargo, también es rica en minerales, lo que la convierte en un objetivo de intereses extractivistas. Según Gutiérrez, los autores intelectuales del crimen son traficantes de tierras y mineros auríferos que ya han solicitado licencias a la Autoridad Jurisdiccional Administrativa Minera (AJAM) para explotar oro en la región.
Ausencia del Estado y criminalización de la defensa territorial
Tras la captura de los sospechosos, la Comunidad ha recibido nuevas amenazas. El gobierno, en lugar de garantizar protección y justicia, ha minimizado el as*****to de Francisco, adjudicandolo como un “problema familiar”. En respuesta, la Central Indígena del Pueblo Leco de Apolo (CIPLA) enviaron una carta al presidente Luis Arce, al vicepresidente David Choquehuanca, al presidente del Senado Andrónico Rodríguez y al defensor del Pueblo Pedro Callisaya, exigiendo:
● Investigación inmediata del crimen y castigo a los autores intelectuales y materiales.
● Garantías estatales para la protección del territorio indígena titulado y sus recursos naturales.
● Protección para la Comunidad Torewa y para el Pueblo Leco de Apolo en su conjunto.
Por su parte, la Central de Pueblos Indígenas de La Paz (CPILAP) también se pronunció. Su vicepresidente, Lino Illimuri, advirtió que este crimen está vinculado directamente al avance de la minería ilegal y señaló que su organización está impulsando una acción popular para frenar el ingreso de las cooperativas mineras en los ríos del norte del país.
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