19/05/2021
En febrero de 2020 tuve la oportunidad de viajar a Suecia, gracias a una beca de y , para un workshop y una Conferencia Global Ministerial en Seguridad Vial. Entre otros temas interesantísimos, se habló de la necesidad de reducir la velocidad a 30 Km/h en áreas urbanas. Estocolmo, entre otras ciudades, ya lo aplicaba. La iniciativa, además, se reflejó en la Declaración de Estocolmo, a la que se comprometieron países firmantes de todo el mundo.
En al actual semana de Seguridad Vial, la , y , llevan adelante desarrolla una campaña mundial para que más ciudades se sumen a esta medida que salva vidas.
Cada día más de 1.3 millones de personas mueren en choques viales. Esto significa que cada 24 segundos alguien pierde su vida por esta razón, absolutamente evitable.
La velocidad excesiva es la principal responsable de las lesiones graves que se producen en accidentes de tránsito. Pero cuando la máxima velocidad se reduce a los 30 KM./h, el riesgo de muerte y de heridas se reduce de manera drástica.
La evidencia demuestra que además de salvar vidas, esta acción promueve las circulación a pie, en bici y la micromovilidad. Además, ayuda a disminuir la huella de carbono.
Ya se sumaron, entre otras ciudades, Bruselas, Paris, Bogotá, Viet Nam y, días atrás, todas las de España.
Las muertes viales también son una pandemia absurda que se puede y debe combatir.