27/12/2024
Cómo para hacer algo
Un impulso incierto me empuja,
como un viento que no sabe a dónde va,
azota el alma, arrastrándola en su torbellino.
Me encuentro frente a un horizonte sin formas,
un espacio vacío donde todo se diluye,
sin un punto de anclaje,
sin un rastro que me indique
hacia dónde caminar...
El desinterés y la inseguridad
se entrelazan como hilos invisibles,
y con cada paso, cada pensamiento...
me atrapan en su telaraña de dudas,
que nublan la razón y el corazón.
Ellos habitan el vacío del desconocimiento,
donde el temor y la indiferencia
tejen su mortaja silenciosa,
ahogando las certezas.
Si acaso estas decisiones me pertenecen,
si son semillas que germinarán en su tiempo,
o cenizas de un fuego que nunca encendí,
quizá el tiempo, implacable y sabio,
revelará el peso que arrastran,
o la libertad que aún guardan en su raíz.
El dolor persiste, como río oculto en las entrañas,
que recorre túneles oscuros,
su corriente incesante desgasta las rocas,
pero aún así, siempre busca su salida,
encontrando fisuras, brechas,
por donde finalmente puede liberarse.
Si tan solo pudiera entrelazar los hilos rotos,
como piezas de un rompecabezas olvidado,
hilvanar con ellos la verdad que guardé en las sombras...
si las grietas pudieran hablar,
nos contarían las cicatrices de un tiempo que pasó,
las lecciones ocultas entre sus pliegues desgastados.
Tal vez aún quede un resquicio en la memoria,
una pequeña grieta donde las promesas olvidadas descansan,
allí, entre las cenizas de deseos gastados,
donde la esperanza duerme...
recordaré que aquello que me detuvo
ya no tiene poder sobre el camino que elijo recorrer.