Manuel Gerardo Sánchez

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AmémonosTrato de eludir las angustias y la pesadumbre de cada día. Mis verdugos: Trump y las dictaduras del mundo. Leo, ...
06/03/2025

Amémonos

Trato de eludir las angustias y la pesadumbre de cada día. Mis verdugos: Trump y las dictaduras del mundo. Leo, escribo, hago ejercicio, pero esta certeza del acecho no me abandona. Siento el aliento del depredador, me vulnera y arrincona. Como nunca antes lo he pedido, necesito conformar familia, seguridad. Vibrar solo en el amor. Y lo manifiesto por aquí. Amor.


¿Dios ha mu**to?La última novela de Álvaro Pombo, El exclaustrado, vuelve a mortificaciones metafísicas del hombre: la e...
15/02/2025

¿Dios ha mu**to?

La última novela de Álvaro Pombo, El exclaustrado, vuelve a mortificaciones metafísicas del hombre: la existencia de Dios, la sustancia y todas sus propiedades, Spinoza dixit, el ser y el compromiso con la divinidad, génesis e in****no. Teología, física y desencanto.

No me deslumbró este texto pero al menos me impelió a releer a Nietzsche y a Sartre.

«Dios es una ausencia pura y dura, un sujeto mitológico cultural-teológico-social cuyas expectativas son para nosotros totalmente desconocidas. ¿Qué esperaba Dios en realidad de Juan Cabrera? ¿Esperaba Dios que Juan Cabrera fuese fiel a su proclamada vocación monástica y se mantuviera en ella a fin de, al término de su vida, ver a Dios o regresar a Dios? ¿O todo eso es una figuración?
¿Hace falta ser monje para llegar a Dios? ¿No puede uno llegar a Dios desde una experiencia de ferretero o de atleta o de abogado penalista? Durante treinta años, Juan Cabrera creyó que debía ser monje. ¡Más le hubiera valido seguir creyéndolo! Porque al menos le proporcionaba una idea de totalidad para sí mismo. Un proyecto con un sentido de finalidad. Ahora no tiene ese proyecto. El único proyecto que Cabrera tiene ahora es terminar su vida en esta misma casa, escondido en este ático, encerrado entre libros que hablan de Dios y que en realidad apenas lee ya».



Un índice de literatura venezolana en EspañaEl 22 de enero, , publicó una cartografía de la literatura venezolana en Esp...
23/01/2025

Un índice de literatura venezolana en España

El 22 de enero, , publicó una cartografía de la literatura venezolana en España. Y aunque estoy contento por la mención de mi trabajo y mis libros, me asedian decenas de cuestionamientos literarios y editoriales. No puedo no pensar en el desinterés que percibo por parte de los lectores hacia nuestras letras, pese a los esfuerzos de publicación y promoción de las editoriales para abrirle un espacio en la península. Con más o menos apoyos, somos muchos los autores que luchamos para elevar nuestras voces, intentamos que sean oídas. Con esto no quiero decir que no hayamos conquistado logros —hemos ganado premios y becas, nuestros títulos se encuentran en bibliotecas y librerías, artículos como el que escribió difunden nuestras ficciones—, pero el ejercicio de revisión apenas es un escarceo. Una divagación. ¿Qué estamos escribiendo? ¿Cómo lo escribimos? ¿Cuáles son los temas que nos conmocionan? ¿Son atractivos para el público local? ¿Consumen nuestras historias? Más allá de las dinámicas del mercado, de los pactos que se firman a hurtadillas, quizá mi aproximación es una parábola sin curva, quizá lo que debo preguntarme es ¿qué ignoro y a quién me dirijo?
Bueno, disculpen mi intensidad.
Lean En verano duele más o El revuelo de los insectos .



Mis mejores libros del 2024 y otros chismesEste año fue muy intenso en lecturas y escrituras. Gracias a un ejercicio de ...
31/12/2024

Mis mejores libros del 2024 y otros chismes

Este año fue muy intenso en lecturas y escrituras. Gracias a un ejercicio de sumersión hermenéutica, escribí una decena de ensayos literarios, la mayoría fue publicada en . El propósito que me había fijado era, a partir de un libro, tejer parentescos teóricos y ficcionales con otros, la intertextualidad de Barthes era mi arcano acompañante.

Asimismo, en noviembre de 2024 cerré la investigación de mi nueva novela, cuyo personaje central es un príncipe Borbón que, por ma**ca y transgresor de la norma, fue proscrito de la corte de Alfonso XIII. Viajé a Francia, Madrid, Mónaco; visité archivos y bibliotecas, fisgué reservorios públicos y privados y en el interín documental me robaron unos lentes Dior. Se ha publicado parcialmente su biografía, pero mi objetivo es otro… que no revelaré aquí.

Aunque no quiero hacer jactancia, leí miles de páginas, más de 70 títulos, seguro. Despido este año con gratitud, pese a sus golpes y sacudidas, por momentos fue inclemente. Sin embargo, tengo la certeza de que el próximo, que comienza en pocas horas, nos prodigará de salud, bendiciones, éxitos y mucha escritura. En 2025 se vienen buenas cositas…

¡Feliz año! Gracias por acompañarme, seguirme y ser mi cómplice. Los quiero.




Inventario invernalCosas que me gustan en invierno:-Castillos-Nieve-Gárgolas y Cinocéfalos-Esquíes y trineos-Galette des...
30/12/2024

Inventario invernal

Cosas que me gustan en invierno:

-Castillos
-Nieve
-Gárgolas y Cinocéfalos
-Esquíes y trineos
-Galette des Rois y otros pasteles
-Francia
-Cirios encendidos y camándulas engarzadas en la espada de Juana de Arco.
-Puentes
-Acto de fe

🇫🇷


Homofobia, hasta después de la muerteComparto mi último artículo de este año para . Las colaboraciones fueron mensuales,...
24/12/2024

Homofobia, hasta después de la muerte

Comparto mi último artículo de este año para . Las colaboraciones fueron mensuales, muy intensas porque mi propósito en cada texto fue buscar filiaciones literarias entre un libro y otros. Conexiones teóricas y ficcionales que ubicara un tema dentro de una larga tradición. Algunos resultados fueron mejores que otros, pero el ejercicio hermenéutico y de investigación me encantó. Leí muchísimo, en algunos casos más de mil páginas por nota. En fin… gracias a los lectores y al editor por el espacio cedido.

“Filmado con la torpeza de un curioso que hace las veces de periodista, el cortometraje registra una muchedumbre que se abalanza sobre Dakar —construida encima de nichos y osamentas como todas las ciudades del mundo—. Hacia un cementerio precisamente se dirige la turbamulta. Entre clamores se detiene frente a su último destino: una tumba que parece una úlcera abierta en el suelo, una fúnebre entrada que despierta susto lo mismo que fascinación. En su interior se oculta lo diabólico, el crimen, la perversión, según la bulliciosa estampida. Dos hombres con palas cavan hondo. Movidos no por la salat al janazah —oración musulmana a los difuntos— se introducen para arrancar de las entrañas de la tierra su objetivo. «¡Sacadlo! ¡Empieza a pudrirse, qué olor! ¡El olor del pecado! ¡El olor del s**o de su madre, de donde nunca debió salir!», corean los indignados. Los sujetos tiran con fuerza la deformidad de una sombra que se niega a abandonar su quietismo: se asoma primero un hombro, después una cabeza, un tronco, hasta que el cadáver emerge de su mortaja profanada. Se trata de la exhumación de un cuerpo que no es digno sino de la proscripción y del desprecio. Porque en Senegal a los góor-jigéen —homosexual en wólof— se les niega la muerte como se les niega la vida. Persecución post mortem que los execra no sólo de la patria sino también del descanso eterno.”



¿Gente bien?No había podido compartir la nota que escribí para  sobre la primera novela de mi gran amiga : Aquello que n...
20/12/2024

¿Gente bien?

No había podido compartir la nota que escribí para sobre la primera novela de mi gran amiga : Aquello que no se dice. Aquí algunas líneas. El link en stories.

Dirigida por una matriarca, una familia se jacta de su abolengo. En el espacio público y privado, los miembros del clan Alcántara y Valderrama elevan la finura de su sangre, se regodean en la dignidad de su estirpe y ramifican la gloria de sus genealogías. Arborescencia con la que resuelven dudas y construyen identidad de clase. Los que en tiempos de la colonia española se hacían llamar mantuanos en la capitanía, no sólo por los velos que embozaban sus apellidos castizos, sino también por las Cédulas Reales que ennoblecieron sus genes, en la dictadura de Juan Vicente Gómez se conocen como godos —también como aduladores del déspota—. Los grandes señores, los descendientes de conquistadores, los que detentan poder económico y escudos de armas saben que, en el ardid de la repetición, aplebeyan —¡asco!, que plebeyos no son— lo grotesco, lo torcido y lo contrario que también los distinguen. Una y otra vez la misma cantaleta de la pureza para renegar de la chusma que pare negros, pardos y zambos; para abjurar de todo dios que no haya mu**to en la cruz; para domar al populacho bárbaro, sucio e inculto que, sin la tutela de un guardián, no se encamina al progreso; para escribir el culto a los héroes, o sea, ellos mismos; para generar conocimiento sustentado en sofismas de raza, geografía y positivismo. Y pese a los libros que propagan mensajes de opresión, una recurrencia pone en vilo sus verdades: «¿Cómo hace uno para saber si alguien es gente bien o gente mal?».


20/12/2024
La siamesasHay quienes lo niegan y otros sin ambages aseguran que somos idénticos. Más allá del parecido y de las consan...
14/12/2024

La siamesas

Hay quienes lo niegan y otros sin ambages aseguran que somos idénticos. Más allá del parecido y de las consanguinidades compartidas, mi hermana, alias «Iskiti», así la bauticé a muy temprana edad, me convulsiona cada vez que la tengo cerca. Su fuerza, valentía, belleza, nobleza y también su mal carácter me deslumbran.

De niños siempre quería estar con ella. Me sosegaba, pese a que siempre ha sido un huracán. Y aunque soy mayor por un añito, en mis noches de miedo, cuando los caballos desbocados galopaban mis sueños o estrellas colapsaban en mi cabeza, yo caminaba con sigilo hasta su cama. Ella siempre me rechazaba a las primeras: «No, devuélvete a tu cuarto». Pero yo insistía y con una mueca de hartazgo y cariño, algo extraña, ella cedía: «Bueno, duerme aquí».

Vivo en Barcelona porque «La Iski», versión corta de «Iskiti», también. Y si se muda al mismísimo Tártaro hasta el tenebroso abismo la seguiría, porque mi hermana me da de comer. Prueba irrefutable de su amor.



Libritos para regalarEn estas navidades regala libros. Aquí una lista pequeña de recomendaciones.
09/12/2024

Libritos para regalar

En estas navidades regala libros. Aquí una lista pequeña de recomendaciones.




Libritos para regalarEn estas navidades, regala libros. Aquí algunas recomendaciones.
09/12/2024

Libritos para regalar

En estas navidades, regala libros. Aquí algunas recomendaciones.



Aquello que no se dice, ser «gente bien»Dirigida por una matriarca, una familia se jacta de su abolengo. En el espacio p...
09/12/2024

Aquello que no se dice, ser «gente bien»

Dirigida por una matriarca, una familia se jacta de su abolengo. En el espacio público y privado, los miembros del clan Alcántara y Valderrama elevan la finura de su sangre, se regodean en la dignidad de su estirpe y ramifican la gloria de sus genealogías. Arborescencia con la que resuelven dudas y construyen identidad de clase. Los que en tiempos de la colonia española se hacían llamar mantuanos en la capitanía, no sólo por los velos que embozaban sus apellidos castizos, sino también por las Cédulas Reales que ennoblecieron sus genes, en la dictadura de Juan Vicente Gómez se conocen como godos —también como aduladores del déspota—. Los grandes señores, los descendientes de conquistadores, los que detentan poder económico y escudos de armas saben que, en el ardid de la repetición, aplebeyan —¡asco!, que plebeyos no son— lo grotesco, lo torcido y lo contrario que también los distinguen. Una y otra vez la misma cantaleta de la pureza para renegar de la chusma que pare negros, pardos y zambos; para abjurar de todo dios que no haya mu**to en la cruz; para domar al populacho bárbaro, sucio e inculto que, sin la tutela de un guardián, no se encamina al progreso; para escribir el culto a los héroes, o sea, ellos mismos; para generar conocimiento sustentado en sofismas de raza, geografía y positivismo. Y pese a los libros que propagan mensajes de opresión, una recurrencia pone en vilo sus verdades: «¿Cómo hace uno para saber si alguien es gente bien o gente mal?».

Aquello que no se dice, novela de . Una reseña para


Lecturas positivasEn el día mundial del sida, rescato algunos libros fundamentales para entender al virus de inmunodefic...
02/12/2024

Lecturas positivas

En el día mundial del sida, rescato algunos libros fundamentales para entender al virus de inmunodeficiencia adquirida como instrumento político y estético. Una enorme y rutilante constelación de autores y títulos ha arrojado luces en el recorrido geográfico y temporal de la «epidemia de la globalización», término que acuñó la escritora chilena Lina Meruane en su ensayo Viajes virales. Estos textos no solo documentan la tragedia sanitaria que más vidas ha apagado en el mundo desde el momento de su aparición —42.3 millones según datos publicados por ONUSIDA—, sino que también señalan los subterfugios para eludir la estigmatización de la enfermedad. Marca capaz de pervertir la integridad de quienes viven con ella. ¿Por qué? Como suscribiera Susan Sontag en El sida y sus metáforas: «Da la impresión de que las sociedades tuvieran necesidad de alguna enfermedad para identificar con el mal, que culpe a sus víctimas». Desde el paciente cero hasta la fecha de publicación de este post, mucho se ha avanzado sobre todo en terapias y protocolos médicos; la resignificación del VIH ha corregido, que no abolido, algunas de sus asociaciones más siniestras: homosexualidad, lujuria, pecado, vergüenza, prostitución, delincuencia, castigo, drogadicción y, sin duda la más cruel, la negación de la esperanza y de la felicidad.

Sin embargo, es de ingenuos pensar que la lucha contra el virus está por ganarse y si acaso es posible un barrunto de triunfo —la muy esperada vacuna— desde ya luce opaco. ¿Cuántos millones de personas no tienen actualmente acceso a tratamientos antirretrovirales? Aunque las estadísticas revelan datos esperanzadores, por ejemplo, en 2023, año del último informe global de ONUSIDA, se ralentizó el ritmo de nuevas infecciones, hay agendas de gobiernos ultraconservadores que están reduciendo la inversión de salud, información y acceso a terapias preexposición. La financiación para el VIH disminuyó un 5 % entre 2022 y 2023, y un 7,9 % entre 2020 y 2023.

Es complicadísimo erradicar las mentalidades que segregan, que condenan, que reducen a asquerosidad al paciente, pero para apalearlas y vencerlas están la literatura y sus ideas.

Salvar la frontera. Muestra de cuentos de autores venezolanos migrantesEstoy muy feliz de participar en esta antología c...
26/11/2024

Salvar la frontera.
Muestra de cuentos de autores venezolanos migrantes

Estoy muy feliz de participar en esta antología compilada por los queridos .sandoval_cs y . Muchas gracias por considerar “La basura de de unos”, título de mi relato. Extiendo mi agradecimiento al editor de por su amabilidad y trato cariñoso.

La efusividad y la alegría aumentan por estar cerca de muchos otros escritores que respeto y aprecio. Los abrazo a todos.

¿Cómo se construye la literatura de un país
cuyos creadores viven fuera de él? ¿De qué modo la experiencia migratoria interviene o modifica la escritura?
¿Cómo se redefine la sensibilidad y la idiosincrasia al verse sometida a la extranjeridad, la mudanza y las
variaciones culturales? son algunas de las preguntas que este fenómeno nos obliga a hacernos. Salvar la
frontera presenta al lector una muestra de cuentos de autores venezolanos migrantes para invitarse a imaginar
ciertas respuestas a esas preguntas.




Se llama feminicidioMás que una extensa necrología, «El invencible verano de Liliana», libro de la escritora Cristina Ri...
09/11/2024

Se llama feminicidio

Más que una extensa necrología, «El invencible verano de Liliana», libro de la escritora Cristina Rivera Garza, es un texto híbrido entre biografía y crónica que narra el homicidio por violencia machista de su hermana menor. Ganadora del premio Pulitzer 2024, la historia comienza por el rescate del expediente policial que registraba el as*****to de Liliana Rivera Garza como un crimen pasional. Para el 16 de julio de 1990, fecha del lamentable suceso, la legislación de México no contemplaba la tipificación de delitos perpetrados por hombres contra ellas —por el sólo hecho de ser ellas—. No fue sino en junio de 2012 cuando el Código Penal Federal en el artículo 325 consagró: «Comete feminicidio quien prive de la vida a una mujer por razones de género». La inefabilidad, el mutismo e incluso el sinsentido sumieron en las sombras durante tres décadas la muerte de una estudiante de arquitectura cuyo hado fue preestablecido por las convenciones del patriarcado. O sea, el abuso, el sometimiento, la violación, el insulto. Treinta años, se escribe rápido el número, sin lenguaje ni artilugios legales. Y mientras la ausencia imposibilitaba el reclamo de justicia, decenas y miles de víctimas sucumbían al puño despiadado de esposos, novios y padres —machos todos— que se sabían intocables.

La obra de Rivera Garza sella vacíos y pone palabras donde no existían. Quiebra el silencio con la interpelación que no se conforma en la invasiva, combate el «ya pasó» o el «ella se lo buscó» por la faldita de bluyín encima de la rodilla. Es la reconstrucción de unos hechos que desafía la inmisericordia del tiempo y elude las veleidades de burócratas y tribunales. Además expone las mentalidades de los agresores, sus complejos, debilidades, chantajes y amenazas. Es un testimonio que no se resigna ante la pérdida, aunque duela, siempre duele, porque no contarlo indulta al asesino. No hacer lo correcto normaliza la impunidad. En definitiva, es un juicio público —el lector forma parte del jurado— para condenar al sujeto que mató a Liliana y aún no lo ha pagado.




30/10/2024

Querida comunidad Facebook... Necesito entrevistar a un astrónomo, mejor si su especialidad son los agujeros negros. Leo recomendaciones. Gracias.

Las máscaras de la gente bienLa semana pasada tuve la alegría de presentar en Barcelona, a sala llena, en la biblioteca ...
26/10/2024

Las máscaras de la gente bien

La semana pasada tuve la alegría de presentar en Barcelona, a sala llena, en la biblioteca Joan Maragall, «Aquello que no se dice», Colombia 2024. Se trata de la primera novela de la escritora Carolina Jaimes Branger. Pese a su obra publicada, ensayos, divulgación científica, artículos de opinión, entre otros géneros que ha cultivado, mi muy querida amiga se estrena como narradora de ficción con este título que desvela las hipocresía, asechanzas y mentiras de una familia de alta sociedad caraqueña en tiempos de la dictadura de Juan Vicente Gómez. Texto que puede leerse no sólo como una crónica social, repleta de chismes, moralinas e intrigas, sino también como un documento que trasluce el funcionamiento del poder en la Venezuela de principios del siglo XX. Tiranizada por el general andino, acólitos y ministros se prosternan ante él para proteger su hegemonía política y económica.

Es un buen momento su publicación porque insta a criticar las estructuras que encumbran a un pequeño grupo privilegiado en detrimento de una inmensa mayoría que sufre las penurias de un sistema que la soslaya y desprecia.

La presentación también fue una bonita oportunidad para ver amigos y compartir con un público atento y agradecido.

Pronto saldrá un artículo que escribí.



Un texto para ZendalibrosMatar a los hijosUna selva brinda refugio a mujeres que por ser mujeres están condenadas a la m...
18/10/2024

Un texto para Zendalibros

Matar a los hijos

Una selva brinda refugio a mujeres que por ser mujeres están condenadas a la miseria, a la fuga, al olvido. Es una fuerza viva e inteligente que, a cambio de su protección, lejos de los matones y de los cañones que las subyugan, exige el fruto de sus vientres. La preñez que la satisface sin empacho. Desde sus fauces surge un reclamo de recién nacido, de llanto y de inocencia, una latencia feroz, un bramido que llama al reguero rojo y al degollamiento. Después del filo que hiende el cuello aún con olor a leche, sorbe la sangre que se derrama en su tierra de misterios y con ella aplaca su hambre hasta un próximo sacrificio: «Una vida por otra vida. Una carne por otra carne. La selva da y la selva quita. La selva les permitía vivir dentro de su panza, abría y cerraba los caminos porque era dios, y con dios no se juega, mucho menos con la comida que ha permanecido en espera de que sus bestias (…) vengan a ofrecerle el tributo prometido: la axila sudorosa a peste joven, a peste de vida…». Gracias a la fecundidad de su útero, Santa —al igual que otras gestantes que van y vienen con la carga prescindible— da la comida que la selva engulle. Ella no es madre, es una superviviente. Sin la ofrenda después del nacimiento, libre de remordimientos, sería esclava de los narcos. Los que aplebeyan, persiguen y violan a pelanduscas como ella. O quizá estaría con la boca abierta en una zanja también abierta de cadáveres y gusanos. Por eso produce niños a los que repudia y educa para la muerte: «Al principio intentaba que Santa amamantara a los recién nacidos. Ella siempre se negó. Luego me di cuenta de que era mejor así (…). De todas formas la selva se los iba a sacar. Era preferible que Santa no sintiera nada por ellos. Ya les había dado un cuerpo. Suficiente para toda una vida».

Manuel Gerardo Sánchez escribe acerca de la conflictiva relación madre-hijo a partir de dos obras de Elaine Vilar y Rachel Cusk.

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