20/01/2025
🔰Querida congregación Monte Sion en Nezahualcoyotl.
Gracia y paz de parte de nuestro Señor Jesús.
Julio, siervo de Dios, les escribo con mucho amor para animarlos y empoderarlos en lo que ha de venir.
Hoy me encuentro ante ustedes con un corazón lleno de emociones y agradecimiento. Al mirar a cada uno, no puedo evitar recordar los momentos compartidos, las risas, las lágrimas, las oraciones y los abrazos que hemos intercambiado a lo largo de estos años. Este es un momento de despedida, pero también de celebración, de reflexión y de esperanza.
Dos cosas distinguen a Monte Sion la gracia y el Espíritu; gracia porque es el pecado lo que nos hace iguales ante Dios, ya que, nos acepta tal y como somos pero no nos deja tal y como estamos; Espíritu Santo porque fue quien nos permitió lograr los propósitos específicos para esta gloriosa comunidad.
Desde el primer día que llegué a esta iglesia, he sentido el amor y la calidez de cada uno de ustedes. Ha sido un honor y un privilegio ser su pastor, guiarlos en la fe y crecer juntos en el camino de Cristo. He sido testigo de su fe inquebrantable, de su compromiso con el servicio y de su deseo de hacer del mundo un lugar mejor. Cada uno de ustedes ha dejado una huella imborrable en mi vida.
A lo largo de mi ministerio aquí, hemos enfrentado desafíos y hemos celebrado victorias. Hemos visto cómo Dios ha obrado en nuestras vidas, cómo ha respondido a nuestras oraciones y cómo ha providenciado en momentos de necesidad. Cada testimonio de fe, cada acto de bondad y cada paso hacia adelante nos han enseñado que juntos somos más fuertes y que, a través de Cristo, todo es posible.
Quiero agradecerles por su apoyo incondicional. Gracias por confiar en mí como su pastor, por permitirme ser parte de sus vidas y por abrir sus corazones a la palabra de Dios. He aprendido tanto de ustedes, y cada uno de ustedes ha sido una fuente de inspiración. Las lecciones de amor, humildad y perseverancia que me han enseñado son tesoros que llevaré conmigo a donde quiera que vaya.
Hoy, mientras me despido, les animo a que sigan adelante con la misión que Dios les ha encomendado. La obra del Señor no se detiene; cada uno de ustedes tiene un papel vital en el plan divino. Recuerden que son la luz del mundo y la sal de la tierra. Sigan amándose unos a otros, sirviendo a su comunidad y compartiendo el mensaje de esperanza y salvación que Cristo nos ha dado.
Agradezco a Dios por los líderes de esta iglesia, por los ancianos, mujeres, hombres, jóvenes adolescentes, niños y todos los voluntarios que han trabajado incansablemente para que esta congregación crezca y prospere. Su dedicación y amor son admirables. Sé que continuarán guiando y apoyando a esta iglesia en el futuro, y confío en que Dios les dará la sabiduría y la fortaleza necesarias para seguir adelante.
Aunque me despido físicamente, quiero que sepan que siempre llevaré a cada uno de ustedes en mi corazón. Mis oraciones por ustedes no cesarán, y espero ver todo lo que Dios continuará haciendo en esta comunidad. Cuídense los unos a los otros, mantengan la fe y nunca dejen de buscar la dirección de Dios en sus vidas.
Finalmente, les agradezco de nuevo por estos años maravillosos. Que la paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento inunde sus corazones y mentes. Hasta que nos volvamos a encontrar, les comparto mi amor y mis bendiciones.
Con gratitud y cariño,
Julio Alejandro Jacal Aldaz