24/06/2022
23/06/22 Bogotá
Hace unos días atrás, después de haber perdido mi vuelo y encontrarme atrapada en Punta Arenas, Chile, una mañana desperté con unas ganas inmensas de escribir. A veces lo hago para mí, en mis cuadernos.
Pero, se despertaron esas ganas de escribir para compartirlo. Hace mucho que no extrañaba mi Blog. Confieso que había perdido el interés por seguir compartiendo mis historias, y me dije que si algún día volvían esas ganas lo volvería hacer, pero sin forzar nada.
Acá estoy, afuera llueve y escribo desde la comodidad de una cama prestada, en la ciudad de Bogotá. Esto sí que no estaba planeado, lo decidí de un momento a otro.
Este año, y después de cuatro años decidí volver a Argentina a visitar a mis afectos más cercanos. Ha sido un viaje particular, más allá de la distancia, hubieron varias complicaciones en el viaje de ida y en el de regreso. Juro que extrañé tanto viajar a dedo. Claro me demoraría un pocas más en llegar pero, tal vez, no me hubiera estresado tanto.
Más allá de los vuelos perdidos y gastos, volver a casa fue totalmente reconfortante. Era la primera vez, desde que empecé a viajar, que había pasado tanto tiempo sin regresar.
Acá otra confesión, no me había dado cuenta de la falta que me hacían mis afectos, familia, amigos de toda la vida y hasta mi perra. Sentí tanto pero tanto amor, que no me alcanza explicarlo con palabras.
En este viaje de regreso me pasaron muchas cosas, parecía que una fuerza inmensa no me dejaba avanzar. Sentí frustración, angustia, y hasta desesperación, cada vez que resolvía algo, un nuevo obstáculo aparecía. Pero finalmente, todo se fue acomodando, a su tiempo y a su manera.
Seguramente, algo tendré que aprender de todo esto, de la situación y de mi por supuesto.
Tal vez, no lo este viendo ahora con claridad, pero sé que llegará el momento del entendimiento.
Y más allá de todo, agradezco inmensamente a las personas que estuvieron para acompañarme, ayudarme y me brindaron su hogar, cama, comida, agua caliente, y cariño.
Algunos estuvieron de cerca otros a las distancia, pero no me dejaron sola.
Más allá de todo, siempre me pasan cosas buenas, y las buenas siempre son las más. Gracias a cada una de las personas que estuvieron presentes.
PS: Mi agradecimiento especial para mí amiga Bárbara Conteras y su esposo Jonathan Almonacid🙏 porque estuvieron en cada momento apoyándome.