11/04/2024
LA PINTURA …
Maritza era una entusiasta de los mercados informales, buscaba diariamente un sitio a donde dirigirse, incluso si era muy distante, para escudriñar entre los puestos de artículos de segunda mano buscando objetos curiosos, y efectivamente, tenía su habitación abarrotada de cosas que la mayoría no tendríamos en casa.
Ese día, para asombro de su familia llegó tan solo con un cuadro verdaderamente hermoso, representando a dos jovencitas en una pequeña granja familiar sacando agua del río, con una encantadora cabaña al fondo y a lo lejos se encontraba un paisaje precioso.
A la familia le agradó bastante esta pintura, por lo que la colocaron en la sala principal de la residencia. Estaban todos charlando, cuando el hermano más pequeño comenzó a llorar señalando el cuadro, con asombro todos voltearon a ver sin percibir nada extraño, ellos siguieron conversando y desatendieron al niño que gritó más de tres veces.
Ya de madrugada. Maritza se levantó por un vaso de agua cruzó la sala a oscuras hasta llegar a la cocina, desde donde se veía aquel cuadro que le transmitía mucha calma, se quedó observándolo detenidamente cuando de repente, las niñas de la pintura, giraron la cabeza rápidamente hacia ella, con una mirada de terror, se echaron a correr y frente a los ojos incrédulos de Maritza, el paisaje cambiaba se tornaba un intenso oscuro, mientras las pequeñas le pedían ayuda.
Ella no lo dudó, y corrió hacia el cuadro. Se puso delante intentando comunicarse con ellas pero las dos se rieron, empuñaron un par de cuchillos cortándole rápidamente el cuello. En ese momento alguien se acercaba desde la cabaña que se encontraba al fondo de la pintura. A medida que se aproximaba, extendió sus manos y se llevó el cuerpo de la joven hacía dentro.
Al día siguiente, su familia solo encontró una mancha de sangre en el salón, sin rastro de Maritza. La buscaron durante varios días sin éxito.
Su hermano se sentó frente al cuadro y vio con asombro el cuerpo de Maritza flotando en el río. Las jovencitas en la pintura levantaron el rostro pidiendo ayuda. A diferencia de su hermana Rigoberto se asustó y corrió rápidamente a avisar a sus padres, quienes por supuesto no le creyeron.
En su intento desesperado por deshacerse de la pintura, Rigoberto esperó la noche, la cubrió con una sábana y la descolgó de su lugar, pero antes de que pudiera ponerla en el suelo un enorme cuchillo le atravesó el estómago, regando sus intestinos sobre la pintura, desde el mismo, unas inquietantes manos se dejaban ver y estas rápidamente jalaban sus viseras hasta el interior del cuadro.
El padre, asustado por el estruendo que hizo el cuerpo al caer, se levantó con un bate en la mano, en medio de la oscuridad se tropezó con la pintura, encendió la luz, y vio la sábana manchada de sangre en el suelo, al recogerla, notó con terror que su hijo era arrastrado por el sendero hacia la cabaña, el señor solo gritaba y gritaba por la desesperación, despertando a todos los demás en la casa.
Uno a uno, solamente pudieron presenciar con horror, como aquel hombre grande y fornido desmembraba a el joven en pedazos para dárselo a las dos jovencitas que lo devoraban con gran gusto.
Intentaron quemar el cuadro, pero este no se encendía, trataron de tirarlo a la basura pero Inexplicablemente reaparecía colgado en el salon.
Observaban a los habitantes del lienzo moverse, como si fuera algo habitual, extendían sus manos y trataban de atrapar a los espectadores, algunas veces eran alcanzados por el afilado cuchillo al olvidar mantener la distancia adecuada.
Por eso, la familia decidió frecuentemente tener un invitado a cenar, y sentarlo bajo aquella pintura, para que ellas se lo llevaran, y no volver a perder otro miembro mas de la familia.
-Karen J.G.R