27/04/2024
Lo que dicen de nuestra peli!
La periodista Claudia Cisneros escribe sobre LA PIEL MÁS TEMIDA:
"¿Cuál es la piel más temida en el Perú? La del cholo, la del mestizo, la del no blanco que ‘asusta’ a las clases blancas dominantes, y a las no-blancas dominantes pero de mentes igual de coloniales-racistas y clasistas. Esas son las pieles representadas en la película de Joel Calero, LA PIEL MÁS TEMIDA, que al contrario de la introducción al choque que yo acabo de hacer en este post, la película aborda más bien desde un tono contenido, donde los silencios son protagónicos, pero que de manera contundente visibiliza los conflictos y diferencias de clases sociales basadas no solo en nivel socioeconómico sino en tonalidad de piel y sus identidades.
El film tiene un ritmo reposado y una cadencia más bien silente, pero que en esos silencios y contenciones reflejan múltiples realidades complejas de nuestra sociedad e historia reciente, como la cantidad de hijos que crecen sin padre o con la ausencia del padre, las razones que llevaron a algunos miembros de sendero luminoso a enrolarse a las filas del sanguinario grupo, y la visibilización de sus víctimas colaterales, como la madre que vive con el dolor diario de un hijo en prisión casi perpetua. En especial interesante es la caracterización del (¿ex?)senderista que se enroló de joven al grupo terrorista para ‘luchar para que no existan más peones’ pero que termina convertido en un irreconocible (para sus cercanos) ‘destajador’ de campesinos.
La película avanza a través de la mirada de la veinteañera Alejandra, hija del (¿ex?)senderista al que solo descubre cuando viaja de Estocolmo (donde ha vivido toda su vida desde que su madre ‘huyó’ del Perú) a Cuzco para - a pedido de su madre - vender la casa colonial materna. Y es que la madre, una señora de piel más blanca, fría y desconectada, se niega a volver a poner pie en el Perú.
Alejandra inicia un viaje de descubrimiento de una parte importante de su historia familiar, sus raíces andinas y la realidad e impacto humanos, pasado y presente, del terrorismo en los andes. Todo esto contado de un modo muy pausado y lacónico, a través de unos pocos personajes que van construyendo estas capas complejas de realidad social, historia contemporánea y humanidad.
No puedo decir que es una película ‘bonita’, ni ‘épica’, ni ‘espectacular’, porque está muy lejos de aspirar a eso. Es más bien, una película íntima, reveladora y que invita a la reflexión, cosas que cumple con creces.
Mención aparte para la actuación de María Luque (Dominga, la abuela en el film), una actriz amateur boliviana que interpreta con solvencia a la campesina cusqueña, madre del (¿ex?) senderista y abuela en estreno gracias a Alejandra (Juana Burga, modelo peruana radicada en NY y ahora actriz).
Burga hace muy buen trabajo como Alejandra, avanzando el guión y llevándonos a acompañarla en ese descubrimiento (a la vez suyo y también nuestro) a través de las complejidades que se le van presentando, y a través de su capacidad para mimetizarse con su nuevo entorno, e ir hallándose en comunión con él.
Mientras que, Lucho Caceres A, sólido como siempre (soy su fan :)), añade la cuota de distensión y soporte emocional de Alejandra, y nos permite beber momentos de cariño familiar bastante ausentes, intencionalmente, entre los demás personajes.
Bonus track, los siempre hermosos y bucólicos paisajes de la sierra cusqueña! Gracias, Joel Calero, por permitirme generosamente ver LA PIEL MÁS TEMIDA y alimentarme de su propuesta. En serio, no la dejen pasar.