Complex times are ahead of us, and it seems that the public is reluctant to believe that we will be able to face Brexit without problems.
In this edition, barrister Charles Gomez incisively warns that Brexit is a consequence of the historical disconnect between the EU elites and the European peoples. In other words, this happens when elites do not listen, do not understand, or simply ignore the needs of their own citizens.
This reality has not only been brought to the fore throughout the process leading up to the expected withdrawal of the UK from the EU, but it is an example of the kind of atmosphere brought about when individuals who bear the ‘unacceptable face of capitalism’ enter into the orbit of power.
It is extreme populism that, as can be seen in this scenario, does not mind resorting to lies, discrediting institutions or manipulating the truth in order to achieve their goal. It is true that these lies have very short legs to stand on, but this does not lessen the impact when the people are deceived, first by the elites, and now by the ‘ultra-nationalists’, and then it becomes too late to reopen the gates of common sense and good will.
In our previous edition, we spoke loudly about the insanity of those seeking to create problems where there are none, simply to progress an idea or a goal, although, of course, legitimate aspiration is needed for dialogue as well as a unified effort in protecting the interests of the people.
This is the exact same scenario as has happened in Spain, where the credibility of democracy has been seriously damaged via the inability of political parties to put the national interests of the people before their own – again, leading citizens to the polls this coming November 10th. when in April society had been led to believe that a solid government, capable of facing these difficult times, was guaranteed.
So, in these turbulent times, carried by the gusts of the possibility of a commercial war between the US and China, as well as many others, led by ‘ultra-conservative’ President Donald Trump, who seems not to have learned from the history which Charles Gomez alludes to, and which may fall into the grips of unreasonableness and snobbery due to the people feeling disenfranchised, it is necessary to recover the good calm tone of democratic leadership, or face plunging us all into fear and hopelessness.
Editorial: Martín Serrano // Click here to read the full, online version for free
Tiempos complicados se avecinan y parece como si la opinión pública se resistiera a creer que los pueblos se van a ver abocados a problemas sin tener por qué tenerlos.
El abogado Charles Gomez muy certeramente advierte, en un artículo que le recomendamos que lo lean en esta misma edición, que la llegada del Brexit no es más que una consecuencia, secuencial en la historia de Europa por cierto, de la “desconexión” entre las élites europeas y sus pueblos.
Dicho de otro modo, cuando los representantes de estas élites, no forzosamente siempre políticas, no saben o no quieren oír o ignoran las necesidades de los ciudadanos. Esta realidad no es sólo demostrable con la salida del Reino Unido de la Unión Europea sino que es solo un ejemplo del decorado de un escenario que representa la llegada a las órbitas del Poder de individuos que lideran la cara más feroz del capitalismo.
Es el populismo extremista que, como en el caso que nos ocupa, no les importa recurrir a la mentira, al descrédito de las instituciones o a la manipulación de la verdad con tal de conseguir sus objetivos.
Bien es cierto que las mentiras tienen las patas muy cortas, pero no lo es menos que cuando los ciudadanos engañados, primero por las élites y ahora por los ultras nacionalistas, terminen de darse cuenta, será bien tarde para abrir de nuevo las puertas de la sensatez y del sentido común.
En nuestra edición anterior casi gritábamos sobre la locura que suponía crear problemas donde no los hay por el simple hecho de profesar una idea o una meta, aunque aspiración legítima necesitada de diálogo y de un esfuerzo común para no lastimar los intereses de la gente.
Esto es exactamente lo mismo que ha ocurrido en España donde se ha dañado gravemente la credibilidad de la democracia cuando los partidos políticos no han sido capaces de anteponer los intereses nacionales a los suyos, abocando otra vez a los ciudadanos a acudir a las urnas el diez de noviembre, cuando la sociedad entera reclamaba desde abril de este año un gobierno sólido capaz de enfrentarse a los tiempos difíciles con garantías.
Y es que en estos tiempos convulsos, amenazados por la crisis de la guerra comercial entre Estados Unidos y China y de otras tantas propiciadas por el proteccionismo del ultra conservador Donald Trump y de un mundo perplejo, que no aprende de la historia a la que aludía Gomez, y que va cayendo en las garras de la sinrazón y la sorna por que los ciudadanos no se sienten representados, es necesario que se recupere el buen tono del liderazgo democrático que amenaza por todos partes en sumirnos a todos en el miedo y la tristeza.
Editorial: Martín Serrano // Haz clic aquí para leer la versión online