08/07/2024
Barcos de papel navegan en charcos de luz…
Anotaciones sobre la vista fugaz en la pintura de Oliver Esquivel
La academia propone un método rígido para evaluar la obra pictórica, nos habla de la técnica, de la funcionalidad y de otros elementos que, si bien son válidos, no forman parte, no al menos en la primera vista de la Obra que nos muestra Oliver Esquivel. Su obra, por el contrario, es fugaz en el sentido de la creación, nace de una mirada interna, como no queriendo descubrir mas significados ocultos dentro de la realidad ordinaria, pero que se liga de manera espontanea a elementos tan arraigados como los estereotipos de los que nos habla Jung. Los personajes que Oliver interpreta, no retratan, no son la imagen fiel que nos proporciona una cámara fotográfica, son la interpretación que su propia sensibilidad descubre en ellos, en este sentido, la obra de Oliver se hermana con la sensación misma que produce el ruido en el ojo que descubrimos frente a la sorpresa, frente a lo cotidiano que muchas veces ha perdido la capacidad de conmover nuestra realidad.
El punto de vista que propone no es el de mero espectador, es una invitación compleja a ver a través de sus propios ojos, la composición de algunas figuras donde alcanzamos a ver partes del cuerpo de Oliver: sus zapatos, su sombra. Su presencia pues está dentro de ellos, nos sitúa en algún lugar físico entre pintor y personaje. Y es en esta convivencia donde descubro la belleza efímera que se sostiene solo en pequeños espacios, yo los llamaría pequeños charcos de luz construidos en pintura de oleo con movimientos rápidos para dar congruencia con lo efímero.
Sus personajes son aquello que le es cercano: su familia, sus gatos, sus amigos. Esto es coherencia, es en lo cercano donde nos es más difícil encontrar esa belleza de la que hablo.
Tomemos el caso: sus barcos de papel. Sencillos sin grandes aspavientos, arrugados. Y ahí es donde descubro su profundidad, han navegado ya charcos, y de eso nace ya su importancia: se han enfrentado a su propia razón de ser creados. A manera muy personal me simbolizan la relación con el padre, de ahí que las obras donde recrea a su padre son también parte de estos barcos. De esa relación en mi caso donde la construcción de barcos fue una de las primeras manifestaciones de transformar lo ordinario en algo que me llevo a conocer la belleza de lo efímero, mi padre haciendo barcos que llevaría a navegar por la Calle Independencia en los días de lluvia. Es de ahí donde puedo hacer míos esos barcos de papel que navegan en charcos de luz.