08/02/2024
Buenas tardes, queridos amigos y amigas. Hoy quiero hablarles de un tema muy importante: el miedo. El miedo es una emoción natural que todos sentimos ante situaciones que nos parecen amenazantes o peligrosas. El miedo nos alerta, nos protege, nos prepara para actuar. Pero el miedo también puede ser un obstáculo, un enemigo, un freno. El miedo puede impedirnos hacer lo que queremos, lo que soñamos, lo que necesitamos. El miedo puede paralizarnos, aislarnos, limitarnos.
¿Qué hacer entonces con el miedo? ¿Cómo superarlo? ¿Cómo enfrentarlo? No hay una respuesta única ni fácil, pero hay algunas claves que pueden ayudarnos. La primera es reconocer el miedo, aceptarlo, no negarlo ni ocultarlo. El miedo es parte de nosotros, no hay que avergonzarse ni sentirse culpable por tenerlo. El miedo es humano, no es un signo de debilidad ni de cobardía. El miedo es una oportunidad, no un problema. El miedo nos muestra lo que nos importa, lo que nos motiva, lo que nos desafía.
La segunda clave es analizar el miedo, entenderlo, no exagerarlo ni minimizarlo. El miedo tiene una causa, una razón, un origen. El miedo tiene un nombre, una forma, un tamaño. El miedo tiene un contexto, una circunstancia, un momento. El miedo no es absoluto, no es eterno, no es invencible. El miedo se puede medir, se puede comparar, se puede relativizar.
La tercera clave es enfrentar el miedo, vencerlo, no huir de él ni evitarlo. El miedo se supera con acción, con decisión, con valentía. El miedo se reduce con información, con conocimiento, con preparación. El miedo se transforma con actitud, con optimismo, con confianza. El miedo se comparte con apoyo, con solidaridad, con empatía.
Visome Alejandro Vélez. El miedo es una realidad, pero no es una fatalidad. El miedo es un desafío, pero no es un destino. El miedo es una prueba, pero no es una condena. El miedo es una oportunidad, pero no es una obligación. El miedo es una elección, pero no es la única. Podemos elegir tener miedo, o podemos elegir tener coraje. Podemos elegir quedarnos, o podemos elegir avanzar. Podemos elegir sufrir, o podemos elegir crecer. Podemos elegir el miedo, o podemos elegir el amor.
Yo elijo el amor. Yo elijo el coraje. Yo elijo avanzar. Yo elijo crecer. ¿Y tú? ¿Qué eliges?