07/08/2023
Advertencia de mucho texto y un par de lagrimas.
¡Hola Zobrinxs!
Hace un tiempo que no escribo en este espacio, pero hoy siento la necesidad de hacerlo.
Tengo muchas cosas por las cuales agradecer, sin embargo, eso no implica que no tenga necesidades no cubiertas. Amo a mi familia y recibo su amor, pero el afecto no paga las cuentas, el supermercado y mucho menos las terapias.
Soy un hombre de fe y confío en que la mano del Señor se manifiesta en mi vida. La veo en detalles como la comida y el agua que nunca faltan. Incluso tengo un techo que me protege de las inclemencias del tiempo. Pero, ¿eso significa que lo tengo todo? ¡Nada más lejos de la realidad!
Cuando mi hijo mediano cumplió 3 años, nuestra vida comenzó un camino desafiante. Encontramos su diagnóstico, junto con el mío, al tiempo que nos enfrentamos obstáculos, tanto personales como en la sociedad, por su condición autista. A pesar de nuestras luchas, siempre buscamos lo mejor para él.
Hemos experimentado discriminación en escuelas, centros de salud y entornos religiosos debido a la falta de comprensión sobre el espectro autista. Siempre he dicho que, si quieren saber sobre el tema, pueden preguntarme, ya que junto con mi esposa, conocemos bien la posición de nuestro hijo dentro del espectro. A pesar de esto, todavía encuentro a personas tratando de ordenar la vida de mi hijo, lo que demuestra la persistencia de sus prejuicios.
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Necesito hacer una pausa para continuar con mi desahogo emocional...
Durante la pandemia, tuve la fortuna del Home Office, sin embargo, hace poco mi empleador nos hizo regresar al trabajo presencial, lo cual me complicó debido a las terapias de mi hijo y al tiempo perdido en el tráfico. Finalmente, decidí emprender por mi cuenta al abrir una Dark Kitchen y un negocio de bienes raíces, pero aún no generan lo suficiente para cubrir las necesidades económicas que implica el autismo de mi hijo.
La terapeuta de mi hijo recomendó inscribirlo en la primaria, y aunque nos brindan becas, aún debemos cubrir el costo de una MAESTRA SOMBRA para asegurar su inclusión. Esto nos presenta otro desafío financiero.
Opciones hay muchas, el problema es que no todas son viables:
* Se nos ha recomendado mandarlo a un CAM (Centro de Atención Múltiple), el problema es que entraría a nivel Kinder y saldría de primaria a los 16 y de ahí lo canalizarían a una escuela de oficios. Personalmente considero que esa opción es bastante limitativa hacia el alumnado en general.
* La opción más común es mandarlo a una escuela pública regular, pues cuentan con Unidad de Educación Especial y Educación Inclusiva (UDEEI), empero una especialista por plantel es insuficiente y, usualmente no realizan las adecuaciones oportunas para el alumno a incluir, ni para el resto de la plantilla escolar. Eso sin contar con que las escuelas públicas cuentan regularmente con 30 o más alumnos por salón de clases y una sola maestra frente al grupo, complicando más la interacción y desempeño del docente.
* También se tiene la opción de ingresarlo a Kinder, desafortunadamente implica que este con niños más pequeños de su edad. Aún cuando en términos generales nuestro hijo no es violento, es una edad en la que juegan de manera tosca (por no medir sus fuerzas) y al ser más grande en tamaño mi hijo, es exponer al resto de pequeños.
* Las escuelas privadas, poniendo de lado un momento la parte económica, ponen diversas trabas. Una de estas son los conocimientos conque el menor llega al plantel, por lo cual mi hijo no es aceptado.
En la búsqueda de opciones encontramos un plantel pequeñito que es inclusivo y cuenta con experiencia en el tema del Espectro Autista. Con la beca que el gobierno nos da, la escuela estaría casi pagada, pero... Sí, aquí también hay un pero. La escuela nos pide una "Maestra sombra" para poderlo matricular. La razón que dan es bastante razonable (valga la redundancia), por seguridad del propio alumno y del resto de los compañeros. En primera instancia parece que también es un acto de discriminación, sin embargo, la verdad es que hay momentos en que el pequeño se dispara en su conducta y corre, también es un hecho que no sigue las indicaciones si no hay alguien junto a él y, la realidad es que esta figura debe adecuar los materiales y clases acorde a los avances del pequeño. Como padre podría exigir se le incluya a mi hijo en una escuela regular, pero también soy consciente de los recursos humanos y materiales con que cuentan los planteles educativos en México y, es justo en esta parte en que entro en una disyuntiva..........................................................................................................
La inclusión no solo implica aceptar a los demás, sino también garantizar ajustes que el gobierno debería proveer.
La inclusión no es solo para las personas con discapacidad, sino para todos. Es ofrecer menús en braille, accesibilidad en rutas para personas con discapacidad motriz, respetar pronombres y asegurar acceso universal a los derechos humanos.
Hasta ahora, he tenido suerte de acceder a terapias y tratamientos para mi hijo, pero enfrento un futuro desafiante y no veo cómo proporcionarle lo que necesita para su primer año de primaria efectivo.
Recientemente mencionaba que los nuevos Libros de Texto Gratuitos (LTG) son un acierto, pero para el éxito académico se requieren acciones concretas. Espero que la educación integral sea más que una utopía y alcance pronto a todos, ya que mi hijo y muchos más necesitan que sea una realidad.
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Antes de terminar, me gustaría agregar un dato que hace más complicado el acceso a la educación: en México, el abandono paterno supera el 40%, y con discapacidad, supera el 70%. En casos de autismo, es más del 75%.
No soy un caso especial por estar presente en la vida de mi hijo. y mi punto no es hablar de mi como padre presente, sino reconocerme como un hijo que también sufrió el abandono. La verdad es que aunque llevo años tratando de negarlo, el haber tenido un padre presente, económica y afectivamente pudo haber hecho una diferencia en mi vida. Es algo que ya no puedo cambiar, pero si puedo invitar a los lectores hombres a que no se divorcien de sus hijos y dejen los pretextos para no darles lo que les corresponde.
Nota: Mi objetivo no es solo desahogarme, sino retratar una realidad que muchos padres enfrentamos.
Ojalá puedan compartir este mensaje y llevarlo a las autoridades para que la educación deje de ser un privilegio.
Por cierto, si no van a ayudar con lo que el autista requiere, no opinen.
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¡Les envío mucho cariño, Zobrinxs!