20/11/2023
Richter, el pinocho boliviano
La pasada semana y su hija Valentina, se vieron envueltos en una tormenta mediática, la cual NO fue iniciada por el diputado nacional Héctor Arce, si no por el propio vocero presidencial.
Quien, en su sano juicio, expone a su hija al escarnio público de la manera que lo hizo Richter. Los deseos de ver trabajar a tu hija profesional, es un sentimiento válido y que muchos podemos compartir, pero es preciso que un joven profesional se desarrolle en el área que estudió; también que tenga experiencia en su área y que pueda tener la oportunidad de formarse individualmente. Recordemos que es psicóloga y actualmente cursa psicología clínica, según sus propias declaraciones (Ver programa de La Razón en las plataformas digitales).
Todos tenemos derecho a trabajar, sí. Sin embargo, no es ético que siendo la hija del vocero recibas pauta del Estado y peor aún si esta viene del Ministerio de la Presidencia o del Ministerio de Hidrocarburos, importante entidad del Estado que está a la cabeza del mejor amigo de tu papi.
Cuando se realizaron las denuncias contra Marcelo Arce sobre los actos irregulares en las negociaciones del Litio, vimos a un vocero muy firme decir: -“Hay que tener respeto por las familias. La política es otra cosa, es algo distinto…se hacen daños irreparables a las personas”. Le preguntamos: -¿por qué una persona que ya tiene un cargo alto en la administración del Estado involucra y expone a su propia hija? ¿Por qué no respetan a sus hijos y dejan de utilizarlos para armar negocios familiares? ¿reconocen que ustedes son quienes le están haciendo daños irreparables a sus seres queridos? Seguramente nunca tendremos respuesta a estos cuestionamientos. Estamos seguros de que, Richter mantendrá silencio, hasta que le convenga y como ya lo demostró el domingo, se esconderá en la escritura de un artículo, y de la manera más cínica pretenderá darnos lecciones de ética y moral. También predecimos que estamos condenados a escucharlo en distintos programas televisivos, repitiendo su escrito para instalar su “reflexión” de cómo se debe actuar en la política; también somos conscientes que todas las noches y de manera reiterativa responderá a las preguntas…” Lo verdaderamente importante es… bla bla bla”.
A falta de respuesta a la denuncia, hoy nosotros desde nuestro rol de simples ciudadanos podemos responder al artículo corriente que realizó el vocero y decirle que, si existe un hombre del odio, este se llama Luis Arce; y el mismo está acompañado del “hombre de la mentira”, que eres tú Jorge Richter.
Lo que podemos decir con certeza es que estamos frente a la verdadera cara del hombre de la mentira, quien nos habla con cinismo e insolencia y que resaltando su personalidad narcisista se autodefine como el nuevo intelectual de Bolivia (carcajadas por favor). Carlo Collodi, autor italiano del cuento Pinocho, ya nos advirtió a lo que puede llevar la mentira y, si bien, a Richter no le va a crecer la nariz, estamos presenciando cómo le crece la arrogancia.
Los vengadores socialistas