09/12/2019
Durante las fiestas navideñas, el ruido en todas partes se agrava. Tal y como recuerda la Asociación ‘CLAVE atención a la deficiencia auditiva’, la contaminación acústica es la segunda causa de enfermedad por motivos ambientales y sólo la contaminación atmosférica la supera. Habitualmente, más de nueve millones de personas en nuestro país, 1 de cada 5, conviven con ruidos que sobrepasan los 65 decibelios (dB), el límite diurno que establece la Organización Mundial de la Salud (OMS). Y es a partir de los 85 dB cuando empieza la amenaza de lesiones auditivas irreversibles.
Con motivo de las fiestas, CLAVE aconseja la prevención como la mejor manera de limitar las consecuencias generadas por el ruido: usar tapones y alejarse en la medida de lo posible de la fuente sonora. Los locales de ocio producen más ruido que nunca en esta fechas. Las trompetas, silbatos o bocinas provocan entre 80 y 90 dB. El mayor tiempo de exposición al ruido provoca mayor posibilidad de lesiones