13/05/2022
Las neuronas espejo suponen un hallazgo científico relevante, pues refieren a que se puede aprender a través de la observación. ¿Cómo funcionan?
El descubrimiento de las neuronas espejo y su función supuso un gran avance en términos de comprender el aprendizaje, la imitación y también el rol de las emociones. A través de ellas podemos explicar cómo es que aprendemos determinadas acciones por el simple hecho de ver a alguien.
Así es como algunas áreas del cerebro se activan como si fuéramos nosotros mismos quienes realizamos dicho acto. De este modo, también entendemos la importancia de ser un ejemplo cuando desempeñamos un rol de educadores, ya sea como docentes o como progenitores.
Este hallazgo supuso comprender la actividad de las neuronas espejo. Su importancia es tal, que se equipara su aporte a la neurofisiología como lo que el hallazgo del ADN representa para la biología.
Estas neuronas se encuentran ubicadas en el lóbulo parietal inferior y en el motor primario y premotor dorsal de la corteza. Reciben ese nombre por el hecho de lo especular, en referencia al reflejo en el cerebro de aquello que estamos mirando.
Entonces, ¿por qué son una revolución? Porque su funcionamiento no solo nos permite entender el qué de una acción, es decir lo que se hace, sino también el para qué, poniendo el foco en la comprensión de las motivaciones y las emociones.
¿Qué características tienen las neuronas espejo?
La novedad que venía a presentar el descubrimiento de las neuronas espejo era que la simple observación dispara su activación, como si se estuviera realizando el movimiento que se ve. Es decir, la observación genera condiciones para otro tipo de aprendizaje.
En este sentido, lo que destacaron los investigadores es que hay algo más allá de ver el movimiento. Se trata de la mentalización del mismo, de la activación de las redes neuronales a partir de la percepción, interpretación o anticipación de lo que harán los otros.
De un modo más sintético, las neuronas espejo permiten explicar la tríada acción-ejecución-intención. Es decir, veo a alguien realizar una acción y puedo hacerlo e imitarlo. Pero al mismo tiempo, también sé qué puede estar sintiendo porque tengo una idea o interpretación sobre dicha acción.
Las neuronas espejo, entre otros factores implicados, son las responsables de explicar por qué nos emocionamos al mirar una película, cuando alguien nos cuenta una determinada experiencia o si vemos a alguien bostezar y nosotros también lo hacemos.
A través de sus funciones, destaquemos la importancia que tienen las neuronas espejo:
• Son claves en nuestra conexión con los demás, especialmente a nivel emocional. Este tipo de neuronas facilitan la empatía, que es aquella cualidad que permite comprender lo que otras personas están sintiendo. De este modo, al tener el modelo mental sobre determinados sucesos, puedo anticiparme a lo que esa persona siente y así entenderlo.
• En relación con el punto anterior, este tipo de neuronas también está implicado en la posibilidad de relacionarnos mejor con los demás, de conectarnos, de establecer interacciones.
• A su vez, nos permiten repetir e imitar a partir de ver la acción. De allí que también resulten fundamentales en el aprendizaje. Muchas veces somos capaces de aprender algo nuevo solo con verlo.
A partir del hallazgo de las neuronas espejo, algo ha quedado claro: el conocimiento no es únicamente racional, como se sostuvo durante mucho tiempo. Debemos dejar de sostener estos pares opuestos de mente versus emoción o pensamiento versus sentimientos.
Este tipo de neuronas demuestra que podemos ser, y de hecho lo somos, tanto una cosa como la otra. Aprovechar la inteligencia emocional para potenciar el conocimiento, poniendo de relieve cómo nos sentimos durante los procesos de enseñanza y aprendizaje, debe ser nuestro norte.