11/08/2023
He estado leyendo Santiago (el libro) y me topé con estas Escrituras del subtema "Fe y buenas obras" que han inspirado una discusión filosófica donde en ocasiones, han sido motivo de disensión y mala interpretación, si no se tiene la sabiduría que viene del Espíritu. No obstante, mi Dios es un Dios de verdad y paz, que a través de la Biblia nos da a conocer que todo lo que pudiésemos hacer (mucho o poco) para ser salvos, es innecesario. Pues la gracia, el sacrificio de vida eterna, la reconciliación y la justicia, son el ministerio de Jesucristo que nos capacita para recibirlo en Su presencia. No necesitamos más, a nadie más. Solo Jesús, el Cristo (Juan 14). Por tal razón, para el cristiano o pecador redimido, entender que la fe surge como producto espiritual es comprender que también esta es racional y proactiva. Nos impulsa a obrar desde la esperanza, para bien, y no al revés como la mala exégesis de que tenemos que ganarnos el cielo siendo buenas personas. Obrando indefinidamente, no; tocando millones de puertas, no; alzando plegarias cada vez que nuestro genio se desvela, no. Cambiemos el enfoque a Cristo (Mateos 6:33), nos dará comprensión de que nada podemos hacer, ni lograr para bien, fuera de su voluntad. La obra continua es la que el Espíritu Santo está haciendo en nosotros, para la santificación. Nuestra obra es el ministerio de la reconciliación porque tenemos fe y la Gran Comisión nos fue dada como discípulos del Señor (Mr. 16.14-18; Lc. 24.36-49; Jn. 20.19-23). Obramos en Su amor, no para ganar Su amor, ahí realmente le amamos, es un hecho. Porque no hay nada que podamos hacer para que Dios nos ame menos o más de lo que en Su carácter está determinado.
¡Leer es bueno y Santiago está buenísimo!✨
