23/08/2022
“Abrazos y no balazos”: la estrategia fallida.
Según informes de la Secretaría de Seguridad, actualmente México sufre los más altos índices de violencia. Durante lo que va del sexenio de López Obrador se han registrado más de 120 mil homicidios dolosos. Las guerras entre cárteles no dan tregua y los feminicidios siguen al alza.
A pesar de lo anteriormente mencionado, el presidente Obrador sigue insistiendo en su estrategia de “abrazos no balazos”, pese a que ha sido un absoluto fiasco; parece un chiste que siga con eso. Hoy en día se puede decir que no hay un sólo rincón en toda la República mexicana que no sufra los estragos de la violencia. Las guerras entre cárteles cada vez son más constantes. Entidades como Michoacán, en donde está la lucha entre el CJNG y Cárteles Unidos; Tamaulipas, donde se mantiene la pelea del Cártel del Noreste y el Golfo; Zacatecas, territorio de disputa entre gente del “Mencho” y del “Mayo” Zambada; Sonora donde hace unos meses llegó un grupo de civiles armados y empezó a levantar personas inocentes. Y pareciera que a AMLO esto no le importa en lo absoluto, ya que en lugar de hacer algo en temas realmente importantes para el país, constantemente se engancha con sus adversarios y periodistas que lo atacan.
Presidente, ya es hora de que se ponga a trabajar. Si bien el tema de la violencia no es algo nuevo, viene de muchísimos años atrás, durante su mandato ha habido un incremento bastante considerable. Y evidentemente no habrá un cambio si el gobierno es totalmente inepto y en varias ocasiones ha doblado las manitas ante estos criminales que llenan de sangre el país. Por ejemplo, en 2019 cuando se ordenó la liberación de Ovidio Guzmán, miembro de alto rango del Cártel del Pacífico a quien las fuerzas armadas tenían en su poder.
Puedo asegurar que el incremento en los índices de violencia y la gran cantidad de poder que han acumulado los grupos delictivos no es por incapacidad de las fuerzas armadas y públicas, más bien es porque tanto el gobierno federal, estatal y la Comisión de Derechos Humanos, no los han dejado trabajar como se debe; sin tenerle piedad a esos criminales. Ello aunado a muchos funcionarios corruptos que protegen a los narcotraficantes.