01/11/2022
『 ABOUT CHANGE AND OTHER ISSUES 』
'Cause he was sunshine
I was midnight rain
— ¿Vas a dejar de quererme? ¿Estas intentandolo? — Aquellas palabras, en contadas ocasiones seguían persiguiendolo, clavándose en su corazón como una estaca a un recuerdo que se veía extremadamente lejano, distante, como la impresión mala de una pintura en un museo con una cámara de baja velocidad. O como fotografías en la oscuridad, en medio de la playa, tomadas con flash y plasmando un momento que era demasiado perfecto como para ser captado en un par de clicks de un celular.
Había sido feliz en aquellos recuerdos difusos y lejanos, tan feliz que solo recordaba las risas y el caos de la euforia y el ensueño, donde todo parecía incorregiblemente perfecto, impoluto, donde no existía nada como la tristeza o el vacío emocional, solo un monton de esperanza condensada en risas y en calidez. Aquellos fragmentos tenían un filtro amarillo en su memoria, como si toda la vida el sol hubiese sido participe minuto a minuto de todas las promesas rotas y los momentos felices.
Si lo pensaba ahora su vida se veía bajo un filtro azul, menos cálido, pero se veía más real, menos de ensueño, más natural. El sol brillaba pero tampoco parecía llenarlo todo, había oscuridad en ciertos momentos, otras veces el rojo se impregnaba de la escena y otras tantas, el color era tan limpio que solo era comparable a esas mañanas de primavera luego del amanecer, en donde las nubes son de color blanco y puedes ver el sol a las nueve de la mañana haciendo un perfecto balance entre el azul del cielo y el verde de las hojas de los arboles, el rosado de las flores de cerezo. Daba la impresión de que era una mañana como cualquier otra, esa era su vida ahora…
Y sinceramente le parecía bien, al final era más como una película de A24 que retrata la vida de manera más sobria, en vez de ser una película de FOCUS con filtro amarillo hablando del gran amor o del gran romance, la gran perdida o la gran esperanza. Para Seven eso estaba bien, sin excesos o miedos como los de un acantilado, sin sentir que el corazón iba a rompérsele por cada pasión nueva, sin tener la sensación de quebrarse de felicidad o dolor. Definitivamente era mejor que sentir mucho y mejor que sentir nada. Estar contento con su vida, con la tranquilidad que sugería levantarse por la mañana y no sentir la necesidad de ahogarse en hierba y alcohol, o en besos o en música estridente o en dolor plasmado en melodías. Aprender a querer el silencio, apreciar sus cosas ordenadas en el apartamento al que recién se había mudado. Pensar en las plantas que iba a comprar, la siguiente tocada, la nueva canción en la que estaba trabajando, en vez de la platica incomoda que iba a tener esa tarde o si iba a hacer algo que hiriese a alguien, si iba a tener que ser el hombro en el que llorar, el paño de lagrimas o el basurero emocional.
Le parecía perfectamente bien ese silencio nuevo que le había recomendado el doctor, esa paz necesaria para poder terminar de curar su corazón y de vez en cuando, rodearse de personas que gustaban de escuchar y conversar con él, personas que querían tomarse el tiempo de conocerlo y cuidar su corazón. Pensó en la respuesta que le había dado a aquellas palabras que a veces le atormentaban, lo fácil que había sido el “Si, voy a intentarlo”. Y lo bien que había sido finalmente desprenderse de todo ese dolor, aunque fuese lo ultimo que le conectara a esa persona.
Si, había dicho, a sabiendas que no hay marcha atrás y que, de nuevo, tenia el riesgo de quedarse solo con sus pensamientos y sus miedos, el filtro oscuro y el filtro amarillo también, persiguiéndolo.
Solo que ahora no deseaba la idealización, ni tampoco deseaba ser parte de algo tan hermoso y tan poco real como el filtro amarillo. De nada le había servido creer que su vida era una comedia romántica cuando en realidad era más bien una historia de vida acerca de una persona maravillosa, no había más. Él era suficiente. Tal cual lo era la tranquilidad de ahora, sus nuevas metas, la forma en la que quería encarar las cosas. Porque si, era un amante tal cual era un luchador, pero quizá y solo quizá, era hora de colgar la armadura y quitarse la coraza, para comenzar a ser un humano de carne y hueso de nuevo, en vez de una maquina, un héroe o un guerrero.