09/06/2022
Sobre Caronte, el barquero que conduce a las almas a través del río Estigia hacia las orillas del inframundo en el hades en la mitología griega, y el joven de un pequeño cuento de Hermann Hesse que enviado por su padre a conocer el mundo emprende su viaje en compañía de un anciano sombrío sobre una barca; qué podemos decir, sino algo acerca de la muerte y de la vida, por supuesto.
Bien, vayamos por partes, el tránsito que las almas de los mu***os realizaban hacia el hades requería del pago a Caronte de una moneda que era colocada en el rostro del difunto. Quien no pudiese pagar vagaba durante años en la orilla de la laguna Estigia, no logrando entrar al hades no conseguía, por decirlo así, la completud de su muerte.
¿Y el joven del cuento? Él, al calor del hogar y el cariño de su pueblo, fue alguien alegre que concebía al mundo y a la vida sumamente hermosos, plenamente bellos, y cantaba canciones acerca de su hermosura y belleza, pero al emprender su viaje y conocer al anciano barquero de rostro sombrío y serio sufre una transformación, la transformación de experimentar al mundo no solo desde la alegría, sino, también desde el dolor. Y tal es el viaje que el anciano barquero que viajo por todo el mundo y el joven cantor resultan ser el mismo. Con lo cual el conocimiento del mundo es la sabiduría del anciano, una sabiduría cargada de dolor.
Entonces, ¿por qué Caronte y el joven convertido en anciano barquero? Porque Caronte permitía comprender en la antigua Grecia el tránsito hacia la muerte, pero de un modo extraño y pasivo a nosotros, Caronte es distinto de nuestra alma y somos nosotros los conducidos por él. Pero, ¿y si nosotros fuéramos Caronte? El joven convertido en anciano barquero por la experiencia de haber conocido el mundo, por una experiencia marcada por la pena y el sufrimiento. El viaje, nuestra vida, sería lucha entre vida y muerte. La barca sería conducida por nosotros bajo la ineludible mano del declive y el ensombrecimiento. Entonces, el tránsito hacia la muerte nos es familiar y cumplimos un rol activo en ello de carácter social.
Cuadro: La barca de Caronte de José Benlliure
Cuento: Sueño de flautas de Hermann Hesse