Organizar la rebeldía

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Organizar la rebeldía *Organizar la rebeldía* es un espacio de construcción colectiva, que pretende aportar a la hermosa

UN NEGOCIO MUNDIAL: La pelota debe seguir rodando Cada cuatro años, y por un mes, deja de rodar la pelota por el verde c...
18/11/2022

UN NEGOCIO MUNDIAL: La pelota debe seguir rodando

Cada cuatro años, y por un mes, deja de rodar la pelota por el verde césped de sus respectivas ligas. La Copa del Mundo es el punto más álgido, el principal evento y el momento más acaparador de atenciones para quienes son fieles al fútbol y también para aquellos que se dejan llevar por la magnitud del Torneo.

El Mundial es la expresión más gráfica de cómo este deporte es una pasión de masas que se ve atravesado por el capital, los negociados y la política. Qatar 2022 es un claro ejemplo de cómo interactúan estos elementos; desde su elección como país anfitrión, pasando por los preparativos, hasta las dificultades para apañar los choques contraculturales.

La selección del país arabe como organizador del campeonato de mayor relevancia en el deporte estuvo plagada de irregularidades: casos de corrupción comprobados, sobornos para que Qatar fuera elegido como sede que salieron a la luz (y terminaron impulsando en el desmantelamiento de la FIFA), etc.

También la construcción de los estadios ha sido escandalosa. Los trabajadores - migrantes de Bangladesh, India, Pakistán o Nepal -han sido sometidos a condiciones laborales inhumanas: desde mentiras sobre el salario que percibieron y las condiciones de vida que encontraron en el alojamiento, a no poder abandonar el empleo ni el país porque les retiraron el pasaporte.

Estas condiciones laborales terminaron derivando en la muerte de miles de trabajadores. Según un informe del periódico británico The Guardian, unos 6500 trabajadores perdieron la vida en su construcción. El gobierno de Qatar ha negado estas cifras y ha puesto un manto de secretismo. Según la Organización Internacional del Trabajo, es imposible afirmar cuántos trabajadores perdieron la vida en la construcción de los estadios mundialistas.

El mundo del fútbol a nivel general ha optado por hacer caso omiso y mirar hacia un costado ante las atrocidades que se vienen cometiendo y seguirán reproduciéndose mientras transcurre el certamen. No se problematizó sobre las opresiones que sufren y sufrirán las mujeres, ni tampoco sobre el calvario que tendrá que soportar la comunidad
LGBTIQ+ en el caso de que quisieran formar parte de la fiesta más popular de todas.

Se pudieron observar algunas expresiones en rechazo de la realización de la Copa del Mundo en Qatar, pero inevitablemente pecaron de demagógicas. Es el ejemplo de las camisetas de Dinamarca. Una vez más, y como ha sucedido a lo largo de la historia, las manifestaciones más genuinas y más sentidas provinieron de las tribunas, de las hinchadas.

No se puede imaginar al fútbol sin la pasión que genera en los espectadores, en los y las hinchas que mueven cielo y tierra por ir a alentar a su equipo o selección. Lamentablemente, este sentir viene siendo vulnerado y atacado cada vez más por el negocio que existe por detrás, por actores que nada tienen que ver con el objetivo central del deporte y por instituciones corruptibles.

Por lo tanto, podemos concluir con que el fútbol es un territorio en disputa. Se tiene que bregar para que siga existiendo ese sentimiento que mueve masas. Se tiene que luchar para que la pelota no se manche.

Uruguay: solidaridad abajo, complicidad arribaEn Organizar la Rebeldía no solemos citar a este tipo de personajes, pero ...
14/11/2022

Uruguay: solidaridad abajo, complicidad arriba

En Organizar la Rebeldía no solemos citar a este tipo de personajes, pero parece oportuno para la temática de hoy recordar lo que dijo el diputado colorado Gustavo Zubía en un debate televisivo en mayo del año pasado: “hubo gente que dijo basta con esta filosofía de solidaridad, amor y condescendencia con todos”.
En esa intervención se refería a la existencia de dos modelos dentro de la sociedad uruguaya: según sus palabras, el del mercado y el de la solidaridad. Tal golpe de sinceridad es interesante, y sin duda estamos de acuerdo con las palabras de Zubía: hay dos modelos de país.
Uno de estos modelos es el de las clases dominantes, los profetas del libre mercado, cuyo interés es aumentar todo lo posible sus ganancias y profundizar la desigualdad, como ha sido caracterizado por las organizaciones sociales más importantes, representadas en la Intersocial.
Es el modelo de la exclusión, los únicos beneficiarios del crecimiento económico (incluso en tiempos de pandemia), los que empujan para que bajen los salarios, aumente la edad jubilatoria y se recorten el presupuesto público y las
libertades sindicales, por no hablar de las privatizaciones y la reforma educativa. Que ese
modelo de desigualdad es alimentado por quienes integran hoy el gobierno nacional no es
una novedad para nadie, pero se ha vuelto tanto más insostenible desde que existen elementos probatorios de la existencia de una estructura de crimen organizado y corrupción instalada en el cuarto piso de la Torre Ejecutiva comandada por nada menos que Alejandro Astesiano, ex jefe de seguridad del mismo Presidente de la República,
sumado al antecedente del pasaporte emitido al narcotraficante Sebastián Marset.
Estos hechos, que parecerían no tener que ver con lo anterior, son realmente expresiones de un
modelo que siempre beneficia a los mismos y una Justicia que se aplica con más rigurosidad a los de abajo que a los criminales más pesados. Mientras nos baja el salario real y nos aumenta el costo de vida, ellos la levantan en pala con la complicidad del
gobierno. Clarito.
El otro modelo, bien definido por el diputado como el del amor y la solidaridad, es el que
impulsan y necesitan las grandes mayorías populares.
Son las trabajadoras que luchan contra la carestía de la vida, las estudiantes que se movilizan para que no recorten su futuro, las cooperativistas de vivienda que no exigen su derecho a un techo digno, las mujeres organizadas contra la violencia basada en género y por una igualdad real en la
sociedad. Un modelo solidario que se expresa con firmeza en la realidad de las ollas
populares, una forma de organización popular que había dejado de existir, y resucitó hace
dos años, en plena pandemia, como un triste recuerdo de la crisis del 2002.
Hoy existen cientos de ollas que alimentan diariamente a miles de compatriotas, que sin ese apoyo pasarían aún más penurias de las que ya pasan. Quienes participan de estas iniciativas
son voluntarias de los barrios que ponen el cuerpo para ayudar a paliar las consecuencias
de este modelo de desigualdad que el gobierno alienta. El mismo gobierno que, en vez de
atender seriamente la emergencia alimentaria, intenta desprestigiar a la Coordinadora
Popular y Solidaria para distraer a la opinión pública, con una cortina de humo, de sus
propios vínculos con el crimen organizado.
Esta página tiene muy claro su posicionamiento en esta contradicción entre dos modelos
tan prístinamente establecidos. Estamos y estaremos siempre con el pueblo del que
formamos parte, con las grandes mayorías populares, y te invitamos a reflexionar sobre
estos temas y acompañarnos en la movilización del PIT-CNT el próximo martes, contra el
modelo de desigualdad y por un campo popular movilizado y organizado, hacia el Tercer
Congreso del Pueblo (tema más que interesante, que será materia de futuras
publicaciones).

¿Estudiantes y revolución? Como todos los años, al acercarse un nuevo 14 de agosto las estudiantes nos encontramos desde...
05/08/2022

¿Estudiantes y revolución?

Como todos los años, al acercarse un nuevo 14 de agosto las estudiantes nos encontramos desde otro lugar, recordar a nuestros mártires estudiantiles que asesinó, torturó y desapareció, los años previos, y la última dictadura cívico militar, nos carga de una responsabilidad distinta, una responsabilidad que remueve y afirma nuestras convicciones, llena nuestros ojos de lágrimas y cierra más fuertes nuestros puños.

También siempre entendemos necesario continuar comprendiendo el rol histórico de las estudiantes como motor de la lucha estudiantil y cómo está interactúa con las luchas del campo popular en su conjunto. En las contradicciones que se dan en los ámbitos educativos se manifiesta la crisis generalizada de la sociedad uruguaya.

La educación, como institución tiene como misión formar técnicos y científicos según las necesidades del desarrollo social que dependerán de un modo histórico concreto. De esta base surgen dos elementos contradictorios, la educación pertenece a una formación económica social dada, más aún, pertenece a su configuración institucional. En esta condición, y en una sociedad dividida en clases sociales antagónicas como la nuestra, deberá entonces la educación responder a los intereses y al predominio ideológico de la clase dominante (la condición de dominio de esas clases se define por su posesión de los medios fundamentales de producción).

Pero no podemos entender esta tesis de forma simplista, no quiere decir que linealmente el esquema de un grupo político que momentáneamente ocupa el gobierno haga que funcione como un calco, sino que en tanto se van desarrollando las modificaciones que se van dando en base a las formas económicas de las relaciones de clase. Por otro lado, las urgencias técnicas y científicas que se reflejan en la enseñanza son promovidas por el grado de desarrollo de las fuerzas productivas, responden al propio movimiento histórico.

Las crisis en la educación tienen que ver en forma directa con las discordancias en el seno de la sociedad, con la correspondencia o no de las tendencias dinámicas del desarrollo de las fuerzas productivas con las relaciones de producción, en consecuencia, con la lucha de clases sociales, cuyo escenario es toda la sociedad, y que se manifiesta peculiarmente en la educación, sobre esta contradicción fundamental se mueve la sociedad en su conjunto.

En la educación se entrelazan, por un lado, los elementos ideológicos perecederos que cada clase social va exigiendo y va determinadole como norma, con los elementos de un quehacer científico que responde directamente al desarrollo de las fuerzas productivas, y por ende, al desarrollo intelectual de la humanidad.

En este escenario, el lugar que ocupamos las estudiantes en la lucha de clase se enmarca en las relaciones productivas de la sociedad actual, somos el motor de toda la población educativa (docentes, funcionarios y estudiantes) que debe ser la vanguardia de todas las luchas por un educación para el pueblo, y en tanto educación para el pueblo, nos referimos a una educación que responda a los intereses de la clase trabajadora y no a los de las clases dominantes. La lucha de las estudiantes es con la clase trabajadora, unidas y adelante, es ese movimiento dialéctico de unidad y lucha entre el proletariado y sus aliados.

Hoy vivimos una hora nueva en la educación, y por consiguiente en el movimiento estudiantil, el desmantelamiento de la educación pública en un escenario de agudización de la lucha de clases, en el fuego de esta lucha y en función de la fortaleza de la clase trabajadora y su ideologia proletaria, las estudiantes nos volvemos sus aliadas decididas a cambiar todo lo que deba ser cambiado. Debemos ser parte viva de la organización estudiantil, orientar nuestra militancia en que no se pueden resolver los problemas básicos del subdesarrollo sin romper las caducas relaciones de producción, “si en nombre del orden se nos quiere seguir burlando y embruteciendo, proclamamos bien alto el sagrado derecho de la insurrección. Los dolores que quedan son las libertades que faltan. Creemos no equivocarnos, la resonancia del corazón nos lo advierte, estamos pisando sobre una revolución”

RAMÓN: UN JOVEN QUE NO SE CONFORMÓ (*)* Por: círculo Ramón Peré de la Unión de la Juventud Comunista (UJC)Ramón fue prof...
16/07/2022

RAMÓN: UN JOVEN QUE NO SE CONFORMÓ (*)

* Por: círculo Ramón Peré de la Unión de la Juventud Comunista (UJC)

Ramón fue profesor de química en el Liceo de Tarariras, era militante de la Asociación de estudiantes de veterinaria, de la FEUU, y de la juventud comunista. Era un joven con sueños de utopías y tenía una familia que formó junto Alicia, y con sus hijos Nancy y Andres. Su muerte fue la primera durante el período dictatorial. El 6 de julio de 1973 Ramón y su compañero se encontraban cortando la calle, en un momento que en nuestro país se vivía la huelga general más grande en contra del golpe de estado. Policías vestidos de particulares comienzan a disparar en contra de Ramón y su compañero que se encontraban cortando la calle, al ocurrir esto, ellos corren hacia la facultad y es entonces que el militar Tranquilino Machado dispara a Ramón por la espalda, dándole muerte.
Al siguiente día, su muerte fue comunicada en la Oficina de Prensa de las Fuerzas conjuntas. Este comunicado decía que la muerte de Ramón había sido consecuencia de un intercambio con el personal militar, alegando que Ramón y su compañero habían atacado. Esta versión de los hechos, la versión de los militares, fue contradicha años después cuando en el primer año de los gobiernos de FA se quita el caso de Ramón de la Ley de caducidad.
Recordar a Ramón implica ser parte de una lucha que se proyecta hasta el presente, porque vivimos en un país donde se ha instalado una cultura de la impunidad que lleva a que la mayoría de los delitos cometidos en la dictadura no hayan sido condenados.
Los mismos intereses que llevaron a la aprobación de la ley de caducidad en el año 86, son los que mueven a los impulsores del proyecto de ley que pretende darle prisión domiciliaria a quienes llevaron adelante los crímenes de la dictadura. Intereses que antes y hoy responden a la visión de oligarquía nacional, y que impregnaron 12 años de nuestra historia con el terror del fascismo.
Ramón fue un joven militante que no se conformó con las injusticias que sufría nuestro país en ese tiempo, dió su vida por sus ideas y por recuperar nuestra democracia.

Jóvenes: ¿por qué nos tenemos que politizar?Podríamos empezar preguntándonos lo contrario de lo que sugiere el título; ¿...
08/07/2022

Jóvenes: ¿por qué nos tenemos que politizar?
Podríamos empezar preguntándonos lo contrario de lo que sugiere el título; ¿cómo
servimos más los jóvenes al poder hegemónico? Es bastante evidente, al poder le servimos
como sujetos despolitizados, desideologizados y que no toman partido ni se involucren en
las grandes decisiones de la vida política nacional; le servimos dispersos, vagamente
informados, sin conciencia del mundo, encerrados en nuestras propias realidades sin ver
más allá de lo establecido. Al poder le sirve convertir nuestras preocupaciones reales sobre
problemáticas como la precariedad o la crisis ambiental en merchandising, predicando un
falso ecologismo que no va a la raíz, proponiendo soluciones falsas y esquivas a los
problemas que no llegan hasta las transformaciones estructurales que el sistema requiere
para transformar la realidad y superarla de raíz.
Ahora vayamos a la pregunta del título: ¿por qué es importante que las y los jóvenes
nos politicemos? Antes que nada habría que definir qué es la juventud. Hay muchas formas
de definirla; nosotros la entendemos como un actor poblacional diverso, heterogéneo, y
vivo, que participó y participa en las grandes transformaciones sociales que han ocurrido;
los jóvenes hemos sido siempre identificados con las grandes transformaciones
innovadoras, los procesos culturales novedosos, de vanguardia, y muchas de las
transformaciones políticas y sociales más profundas que han acontecido a lo largo de la
Historia. Por estas razones es necesaria una juventud politizada y consciente de su propia
fuerza para transformar todo lo que tenga que ser cambiado.
Solemos decir que el capitalismo en tanto forma de organizar la economía y la
sociedad, en tanto propuesta de una clase para hegemonizar al mundo, está en crisis. ¿Por
qué? Porque está fracasando a la hora de resolver los grandes problemas de la humanidad;
está fracasando como propuesta civilizatoria. Hoy los jóvenes lo vemos mejor que nadie,
visualizamos cómo el cambio climático parece un callejón sin salida, y así nos vienen
acostumbrando con decenas de películas con escenarios futuristas distópicos, catastróficos
y poco humanos. Resulta vital que nos convenzamos de que existe una alternativa a tal
crisis y a tal mundo, y es la construcción de un sistema que de una buena vez supere al
capitalismo depredador que hoy vivimos.
Quienes buscamos un cambio revolucionario consideramos que precisamos jóvenes
comprometidos con la realidad, que como decía el Che podamos "ser el ejemplo donde se
puedan mirar los hombres y mujeres de edad más avanzada que han perdido cierto entusiasmo
juvenil, que han perdido cierta fe en la vida". Las masas juveniles son un sujeto de
transformación y artífices de su propio destino en la medida que logran participar masivamente
para potenciar los resultados. El debate político no puede prescindir de nuestros aportes; de
nuestros desvelos, de nuestras dificultades, y de nuestros problemas en un mundo que es adultocéntrico y que descarga sobre las juventudes muchas veces parte de las problemáticas
que en realidad no son sino reflejos de la crisis del capitalismo como sistema.
Se hace insoslayable la tarea de generar conciencia de sacrificio, para las pequeñas, las
cotidianas. Por ejemplo, como solía decir el Che: “sacrificarse para ayudar al compañero en las
pequeñas tareas para que cumpla su trabajo (...) para que pueda mejorar de cualquier manera",
y otras más grandes cosas, como lo puede ser la construcción de espacios de organización
popular. Somos futuro, y parte de la regeneración de la sociedad, es verdad; pero también
somos presente, estamos vivos. Y hoy no podemos pensar en un Uruguay futuro sin
nuestro aporte, y por esto los invitamos desde Organizar la Rebeldía a ser parte de los
cambios, a tomar partido, a animarse a discutir, informarse y leer, y a organizarse. Cerramos
con la frase del Che, convencidos de que “la juventud tiene que crear. Una juventud que no
crea es una anomalía”. Seamos creadores, seamos vanguardia, seamos transformación y
acción, cambiemos todo lo que tengamos que cambiar.

La memoria no se pinta de blanco: Nibia Sabalsagaray presente ** Por Delfina Guirin y Alexandro Castro, jóvenes militant...
01/07/2022

La memoria no se pinta de blanco: Nibia Sabalsagaray presente *

* Por Delfina Guirin y Alexandro Castro, jóvenes militantes de Colonia

Entusiasmo, ternura, alegría y convicción son algunas de las cualidades que destacaban a Nibia, una gurisa que tenía 24 años en 1974. Nibia era una muchacha que amaba la literatura y la vida, y que desde los 17 comenzó a dar clases de esta asignatura en Colonia Valdense gracias a un permiso especial concedido por el Consejo de Enseñanza Secundaria. Nibia estaba enamorada, a seis meses de casarse con su amigo y novio Freddy. En la noche negra que el fascismo se apoderó del Uruguay, Nibia era también militante de la UJC -Unión de la Juventud Comunista-, del PCU y del FA en la clandestinidad, encargándose principalmente del sector finanzas, además de haber sido una militante muy activa en el Centro de Estudiantes del IPA. Fue en 1974 que el OCOA nos arrancó a Nibia, arrancando también la posibilidad a miles de estudiantes de secundaria de tenerla de profe.
Pensar en Nibia también es pensar en la impunidad que pudo ser. Comprender que su vida fue tomada por la fuerza mediante torturas y se quiso disfrazar de “suicidio” también es visualizar cómo las mentiras que rondaban en el Terrorismo de Estado permitían el ocultamiento de sus acciones. Si la verdad llegó para Nibia, si obtuvo justicia, fue porque quienes la rodeaban no descansaron hasta que la verdad saliera a la luz. No descansaron hasta que su nombre fuese recordado como la profesora del pueblo que tenía mucho por vivir, que quería aportar en la construcción de un mundo mejor, que amaba su profesión y que fue una trabajadora apasionada, amada por sus seres queridos, reconocida por sus colegas, valiente ante el Terrorismo de Estado, alegre soñadora, incansable a la hora de perseguir sus propósitos.
El IPA que la formó no solo la recuerda con una placa; también es el Movimiento Estudiantil el que la mantiene presente. Aunque su mural sea tapado por las autoridades educativas, no podrán tapar el recuerdo de Nibia, no podrán censurar el recuerdo de la mártir que defendió la democracia y la educación con su vida ni con toda la pintura blanca del mundo.
Además, en su ciudad natal, Nueva Helvecia, donde la dictadura persiguió militantes, donde se impidió que se sentasen en las plazas, que llevasen a sus hijos a las escuelas, donde los fascistas crearon una lista negra que se repartía en cada rincón que nombraba a cada militante o posible simpatizante de la izquierda para que fuesen excluidos socialmente y se les negase la posibilidad de subsistir a través de su trabajo, hoy la memoria colectiva no admite el olvido de esa época tan oscura, época donde el odio y la violencia atemorizó a todo el territorio nacional. Allí perdura su recuerdo en un monumento en su honor ubicado en la calle “Nibia Sabalsagaray” donde culmina cada Marcha del Silencio. El Comité del FA lleva también su nombre, pudiendo encontrar su imagen en las fotos dentro del local y en un mural afuera, recordándonos que Nibia no está en el pasado, sino en el presente de cada persona que repudia el Terrorismo de Estado y que no admitirá que Nibia sea olvidada. Porque el nombre de Nibia es resistencia. Es lucha colectiva. Es y seguirá siendo una mujer que luchó por un futuro donde la justicia social sea bandera colectiva.
Hoy, les militantes jóvenes del departamento de Colonia nos hemos encontrado con un territorio que presenta fuertes resistencias ante la militancia organizada. Aún así, seguimos con la misma convicción que tenía Nibia de construir un mundo donde la alegría esté en el centro de nuestros desvelos. Y es que la edificación de un mañana donde no sea solo un sueño la pública felicidad nos exige continuar pensando en formas de organizarnos donde los problemas sociales sean repensados colectivamente. Porque retomar el legado de Nibia también es sentirnos parte de una forma de entender la vida que esté más allá del individualismo exacerbado, que proponga alternativas superadoras, y que no se deje amedrentar por los obstáculos que la coyuntura actual pueda presentar. Será posible construir una sociedad liberadora siempre que hayan personas dispuestas a dedicar su tiempo, sus aportes y desvelos. A pesar de que haya quienes criminalizan la militancia, a pesar de las dificultades, será la convicción y el apoyo popular, el que forje el camino hacia una resistencia organizada.

¿Del golpe o de la huelga?El 27 de junio es una fecha muy relevante en la historia reciente de nuestro país. Conmemoramo...
24/06/2022

¿Del golpe o de la huelga?

El 27 de junio es una fecha muy relevante en la historia reciente de nuestro país. Conmemoramos los 49 años de... ¿de qué? ¿del golpe de Estado? ¿de la huelga general que lo enfrentó? Esta pregunta podría no tener mucho sentido. Es evidente que ambos hechos se produjeron, uno a consecuencia del otro. Sin embargo, desde el punto de vista ideológico e histórico, hay una diferencia sustancial entre darle relevancia a uno o a otro. De eso hablaremos el día de hoy.
Si hablamos del aniversario del golpe de Estado, podríamos entrar en una visión pasiva de la Historia: unas personas malas decidieron disolver las cámaras y ejercer autoritariamente el poder. Verlo así lo dejaría como un hecho más en la historia nacional. Seguramente si les preguntamos al conjunto de estudiantes de educación media de nuestro país, la mayoría tiene una idea de que en Uruguay hubo una dictadura, de la misma manera que confusamente tienen una noción de qué fue el Desembarco de los Treinta y Tres. Como hechos históricos aislados, descontextualizados, como parte de esa masa informe del pasado que parecería no tener mucho que ver con nuestro presente.
Ahora, si lo que reivindicamos es la huelga general de quince días que el conjunto del movimiento popular llevó adelante para, como se dice habitualmente, hacer nacer “herida de muerte” a la dictadura. La huelga más larga de nuestra historia, con un acatamiento impresionante, con ocupación de centros de trabajo y de estudio sostenida durante dos semanas a pesar de la enorme represión y persecución, con una impresionante solidaridad de parte de todo el pueblo y que desembocó en una manifestación multitudinaria por 18 de julio. Esa forma de contar la historia permite hablar de muchos elementos que le devuelven a la Historia su dimensión política: la lucha y organización popular, el papel destacadísimo que jugó el movimiento sindical aún antes de su unificación (la resolución de ir a la huelga si había golpe provenía de 1964, cuando se dio la misma situación en Brasil) y, del otro lado, también del papel del imperialismo y las clases dominantes, artifices y beneficiarias del debilitamiento y posterior quiebre de nuestra democracia.
Y referiéndonos a este último punto, el situar el enfoque en esta respuesta popular, podemos fácilmente desmentir una idea que aún sigue circulando dentro de las esferas del poder político, los grandes medios de comunicación y a veces incluso en los discursos de algunas compañeras y compañeros: la teoría de los dos demonios. Frente al erróneo postulado de que en Uruguay hubo una guerra entre dos bandos, militares y “subversivos” (significante voluntariamente ambiguo en este caso), se impone el incontestable hecho de que miles de ciudadanas y ciudadanos salieron inmediatamente a reclamar la vigencia de las libertades democráticas, que nunca fueron para el pueblo un regalo del cielo. No hubo ningún enfrentamiento entre bandos diminutos con la “gente común” de rehén; hubo un plan orquestado por el imperialismo norteamericano para responder al avance de las luchas populares en nuestro continente y aplicar de forma directa el programa de las clases dominantes, especialmente de la oligarquía.
Porque las palabras importan, Organizar la Rebeldía saluda a sus lectoras a unos días de un nuevo aniversario de la heroica Huelga General y sgue reclamando memoria, verdad y justicia por los crímenes cometidos durante la dictadura contra nuestro pueblo organizado.

De la verdad y sus secuestradoresEl día de hoy no es un viernes cualquiera. Es 20 de mayo, y como cada año desde 1996, l...
20/05/2022

De la verdad y sus secuestradores

El día de hoy no es un viernes cualquiera. Es 20 de mayo, y como cada año desde 1996, las uruguayas con memoria nos volvemos a encontrar en las calles (esta vez con un espacio de dos años sin movilización presencial, que no quiere decir sin lucha) en la Marcha del Silencio, recordando a nuestras compañeras detenidas desaparecidas en el marco del Terrorismo de Estado.
La consigna de la marcha este año es “La verdad sigue secuestrada”, lo cual me parece excelente, porque permite desarrollar una serie de reflexiones más que interesantes: por un lado, en torno a la noción de “verdad”, y por el otro, en relación a la metáfora del secuestro.
Respecto a lo primero, considero que es muy inteligente la consigna porque, al tiempo que expresa un reclamo histórico del pueblo uruguayo, permite dar el debate de ideas con aquellas personas que, especialmente a partir de la década del 90, empezaron a cuestionar que exista una verdad única y objetiva, postulando en cambio una posición relativista. La consigna elegida por Familiares responde de forma poco “filosófica” pero muy clara: hay una verdad. Esta verdad tiene dimensiones que hoy son difíciles de relativizar por cualquier persona moral e intelectualmente honesta: en nuestro país, entre 1973 y 1985 existió una dictadura que ejerció el Terrorismo de Estado, torturó, secuestró, asesinó y desapareció gente por motivos políticos e ideológicos. Eso es verdad. Y como decía Lenin, “la verdad siempre es revolucionaria”. Y esa verdad, que a esta altura es incontestable, debe tener consecuencias en la realidad: los culpables de estos crímenes tienen que pagar por ellos, como cualquier persona que comete un delito, pero con mayor rigor porque los cometieron desde el aparato del Estado, es decir, en representación (arrebatada por la fuerza) de toda una nación.
Ahora bien, ¿por qué está “secuestrada”? Es esta una metáfora muy interesante. Secuestrar quiere decir retener a una persona o un grupo de personas por la fuerza, en general exigiendo algo a cambio de su liberación. Aquí lo que está secuestrado es la verdad, esa de la que hablábamos antes. Está secuestrada, primero, porque sabemos “la verdad” pero no sabemos “toda la verdad”. No sabemos, yendo al caso de lo que nos convoca hoy, dónde están enterradas nuestras compañeras, ni quiénes son realmente los autores materiales de estos crímenes (aunque los intelectuales, por cosas de la jerarquía militar y política, son bastante claros), entre otras cosas. Estos sujetos que secuestran la verdad son los mismos que antes secuestraron la democracia y la libertad (conceptos que todas valoramos en teoría pero no todas defendemos en la práctica); y el precio que exigieron para terminar con ese secuestro fue la impunidad, que muy dócilmente las altas esferas de los partidos tradicionales, con mayorías parlamentarias en 1986, le cedieron con la aprobación de la oprobiosa Ley de Caducidad, siendo por ellos cómplices de los secuestradores. Con esta ley comienza una cultura de la impunidad que les ha permitido a estos señores seguir jugando con la verdad a su antojo, cínicamente, sin decirnos qué pasó con nuestras compañeras.
La verdad, entonces, sigue secuestrada. No la recuperaremos a través de pactos con sus captores ni entre cuatro paredes. Solo un pueblo organizado, movilizado y con memoria logrará abrir las puertas de los cuarteles y desenterrar la verdad. Nobleza obliga, hay que decir que ha habido avances (casualmente a partir del 2005, ¿qué habrá pasado ese año?) Hemos logrado juzgar y condenar a algunos de ellos; encontramos a Ubagesner, Fernando, Roberto, el maestro Julio, Ricardo y Eduardo. Pero la tarea aún es titánica. Para seguir avanzando y nunca más retroceder, nos vemos en la marcha central en Montevideo a las 19 hs en Rivera y Jackson así como a todas las movilizaciones que se realizarán a lo largo y ancho del país.

Búho

Hacia adelanteEste 1° de Mayo -día de lucha para la clase trabajadora- fue  muy distinto a los demás, fue el primero pos...
08/05/2022

Hacia adelante

Este 1° de Mayo -día de lucha para la clase trabajadora- fue muy distinto a los demás, fue el primero post pandemia en donde se pudo desarrollar una movilización más "clásica". Quienes nos habíamos estado encontrando en actividades y barriadas nos encontramos nuevamente en un acto masivo, y también los que estaban "guardados" salieron a las calles porque entendieron que era necesario dado nuestro contexto político actual neoliberal y de retroceso en materia de derechos y posibilidades.

Nos encontramos en un momento de revitalización de la participación de los y las jóvenes en el movimiento sindical, llevando adelante procesos, reivindicaciones, siendo vanguardia de la lucha por las necesidades del campo popular con ese espíritu y esa rebeldía casi que biológica.

Nuestra generación viene en un proceso de asimilación de nuestra realidad lo que se traduce a una necesidad de lucha casi que incesante por transformarla: trabajos precarizados, salarios magros, alquileres que superan más de la mitad del salario mínimo nacional, madres y padres jóvenes que se ven imposibilitados a estudiar porque no se contemplan espacios de cuidado ni horarios acordes. No podemos decir que este proceso se dio de manera espontánea sino que fue el producto de un trabajo de visibilizacion y concientizacion de muchos jóvenes militantes que aportaron para expandir la participación, y ¡vaya que se expandió!.

Como juventud comunista tenemos algunas propuestas que definimos en nuestro XVII Congreso, debemos fomentar la participación juvenil en el movimiento sindical y estudiantil, generar plataformas, propuestas, interseccionalizar la lucha estudiantil con la trabajadora, unir fuerzas con otras franjas etarias de la causa, porque al fin y al cabo es del campo popular, del proletariado.

Entendamos que la política nos traza y determina nuestras posibilidades de como vivir y en ese sentido también que militar y participar es poder dedicar aunque sea un poquito de tiempo (por mas mínimo que sea) a reivindicar y transformar una causa, no podemos hegemonizar ni idealizar al militante, sino entender que con todas estas problemáticas que se mencionaron antes los tiempos son distintos porque al final terminamos desembocando en lo mismo “Luchar por otra forma de vivir”

Esta acto tuvo oratoria contundentes, y algunos planteos concretos que recogemos, "tomamos el guante" y proponemos para desarrollar en cada organización social y política que permita amplificarla: el llamado a un gran diálogo educativo, una serie de propuestas concretas para la actual coyuntura económica en pos de la mejora de las condiciones de vida de los y las uruguayas, y la convocatoria a un tercer congreso del pueblo.

Este último elemento es trascendente en el sentido de seguir trabajando en unidad con distintas organizaciones (como lo hicimos con las firmas y el referéndum), continuar aumentando los niveles de organización del campo popular, pero a la vez elaborar en carácter propositivo una serie de planteos programáticos para el Uruguay del futuro. Algunos de ellos de corto aliento, algunos de cara a una posible reforma constitucional y otros pensando en un país a 20, 30 o 50 años.

En eso, los y las jóvenes tenemos un rol fundamental a jugar. Amplificar el debate, elaborar propuestas, transformar las ideas que parezcan más delirantes en cosas concretas. El congreso del pueblo no pretende ser una conferencia de iluminados, al contrario, pretende construirse desde abajo, con participación de todos y todas, incorporando ideas de distintos campos y sectores. ¿Cómo convertir a nuestro país en uno más justo? ¿Es posible pensar en una constitución feminista? ¿O qué piense los recursos naturales como bienes comunes que deben respetarse y garantizarse? ¿Qué ideas tenemos para mejorar el empleo en la época donde se quiere instalar el teletabajo y sustituir personas por máquinas? ¿Qué cosas podemos mejorar en educación? ¿Tiene sentido proponer incluir la autonomía y el cogobierno en la educación pública en nuestra constitución? Podríamos extender más la lista de preguntas, seguro a cualquiera que lea se le ocurran otras decenas, y cientos de posibles respuestas. Las puertas están abiertas al debate, la reflexión colectiva y la organización de nuestro pueblo.

¡Afíliate a tu sindicato! ¡Participa de tu gremio!

Porque si la lucha es colectiva, la felicidad también.

"Obreros y estudiantes unidos hacia adelante"

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