13/10/2024
En busca de las historias perdidas
Desde hace cinco años, en Algoritmo X nos embarcamos en la emocionante aventura de integrar contenidos para radio y plataformas digitales (Pienso que creador solo hay uno supremo), explorando historias de vida que van desde lo extraordinario hasta lo cotidiano. En este viaje, hemos conocido a personajes célebres y a aquellos héroes anónimos que, sin saberlo, también tienen mucho que contar. La vida es un gran algoritmo que abarca diversas temáticas, y por ello hemos dado voz a todos, sin distinción.
Pronto compartiremos una historia centrada en el mundo de la telerrealidad, un formato que, debo confesar, no consumo con frecuencia. Sin embargo, recientemente descubrí "Abandonados Asia", un programa mexicano que se aleja de los estereotipos típicos del género, ofreciendo una visión enriquecedora sobre la cultura y las costumbres de Tailandia y Malasia. Los participantes enfrentan retos que demandan esfuerzo físico, mental, paciencia y adaptabilidad, revelando así historias de vida que van más allá de la búsqueda de fama.
De este programa, decidí buscar a dos personas comunes de Puebla que han vivido una experiencia única. Así contacté a "Los Buggys", un dúo formado por Carlos Díaz Flores y su hijo Fernando Díaz Romero. Carlos, con 40 años de vida, y Fernando, de 19, comparten no solo la sangre, sino también una pasión por el arte de la comedia y el circo.
Ambos fueron cuartos eliminados del "reality show" Abandonados Asia la ruta del dragón, pero su historia va mucho más allá de la competencia. Fernando, actualmente estudiante de la licenciatura en artes escénicas y circenses contemporáneas, ha crecido en un entorno donde la creatividad y la diversión son el pan de cada día. Junto a su padre, han llevado su espectáculo de comedia y circo a varios estados de la República Mexicana, entre ellos Baja California, Puebla, Tlaxcala, Veracruz, Hidalgo, Morelos, CDMX, Estado de México, Oaxaca y Nuevo León.
Los Buggys se especializan en habilidades circenses: malabares, equilibrio con objetos, equilibrio sobre monociclo gigante y actos musicales. Considero que si no nos quedamos con la primera impresión hacia estos contenidos en televisión ellos transmiten un mensaje de perseverancia y pasión por lo que hacen.
En esta ocasión, busco comprobar por mí mismo que, contrariamente al mito que se repite en nuestra cultura, no todos los mexicanos somos iguales, ni toda la televisión abierta es mala, y no todos los programas de telerrealidad son inútiles o sacan lo peor de las personas ni denigran a nadie. Me parece una oportunidad valiosa de conversar con alguien que tiene una historia de vida diferente a la mía, a la tuya, y que merece el respeto y la oportunidad de compartir su experiencia, que algunos podrían etiquetar cinco minutos de fama. Considero que siempre es mejor mantenerse al centro del carrusel de opiniones y estar abierto a descomprimir los mensajes útiles que esta charla nos puede dar si nos lo permitimos. Si no, igual que Bora, se respeta.
A través de su historia, queremos desmitificar algunas ideas sobre los "reality shows": no todos son iguales, ni todos son indignos. A veces, lo que parece superficial en la pantalla esconde historias de lucha y búsqueda de oportunidades. En esta ocasión, exploraremos la vida de Carlos y Fernando, sus sueños y anhelos, y hablaremos sobre los mitos y realidades de los programas de telerrealidad. Porque, al final del día, cada historia es parte del mismo algoritmo que nos conecta.