08/03/2015
QUIERO UN PRESIDENTE GITANO, by Jose Enrique Ros, nueva entrada en nuestro magazine
Ya hay un nuevo Gobierno en Grecia.
Y tal y como todos esperábamos, nada más producirse el nombramiento, han llegado las primeras críticas, las primeras reacciones, y las primeras acusaciones. En concreto, lo que el mundo esperaba de un gobierno de izquierdas, su igualdad.
Y es que son numerosas las voces que protestan acusan y condenan que en el nuevo gabinete del Sr. ΤΣΙΠΡΑΣ no haya ni una sola mujer.
Quiero proclamar desde aquí mi mas profundo desprecio, hacia todas esas voces, que, escudándose en falsos derechos fundamentales, quieren proclamarse adalides de la igualdad en detrimento del respeto.
¿Y si hubiera sido al revés?, ¿todo mujeres?. ¿Por qué no?.
Desde mi punto de vista, imponer, como ocurre en España, unos numerus clausus, unos porcentajes obligatorios diferenciados por s**os, es en sí mismo una práctica discriminatoria.
Es más; me gustaría, y pronto veremos (a no mucho tardar), que se levantaran voces exigiendo, así mismo, porcentajes de distintas razas, colores, credos, etnias, o minusvalías en las mismas condiciones. Pronto oiremos voces que reclamen un presidente gitano.
¿Y por qué no?.
Porque, nos guste o no, España se está convirtiendo, cada vez más, en una gran aglomeración de culturas, razas y religiones, y siendo como somos, que nos gusta fijarnos más en los demás que en nosotros mismos, no sería de extrañar que importemos las ideas de otros países, tal y como ocurre hoy en día con nuestro líder económico y social, léase EEUU (con ironía), donde no está bien visto que no haya alguien de color, o hispano, o representativo de alguna minoría, independientemente de la valía de ese representante; nosotros, como de costumbre, seguiremos estancándonos en los años del bienvenido Mister Marshall, en lo que todo lo americano era bueno, sólo por serlo o venir de Yankilandia.
La Igualdad, tengo la convicción, de que no es un tema de derechos, sino de respeto; de tratar por igual al que tienes al lado, ya sea hombre, mujer, judío, hindú, ortodoxo, sea de color oscuro o tenga los ojos rasgados, se trata de personas, y eso significa que no por ser de uno u otro s**o, de un color u otro, de unas creencias u otras, se es, ni más, ni menos valioso, o se esta más o menos capacitado para usar lo que es común a toda la especie humana, y lo que más se valora en este caso en un político, que es el cerebro.
Dar igualdad a las mujeres, es valorar lo que hacen, pero no por el hecho de ser mujeres, per sé, sino por lo que hacen, y como lo hacen. Valorar a la mujer es creer en lo que pueden llegar a hacer y no impedírselo, o ponerles trabas, sin pensar en su s**o sino en su mente.
Se trata de cerebros, y al igual que no tiene superioridad cerebral la raza blanca sobre la negra o asiática, tampoco la tiene el cerebro del hombre sobre el de la mujer.
Yo les pregunto a todas esas voces:
según sus teorías, ¿un matrimonio homosexual no debería existir, ya que para poder crear una familia debería haber un porcentaje del 50% de hombre-mujer? ¿no deberían tener adoptar hijos, por ese motivo?.
Me remito a lo dicho anteriormente: ¡¡Bienvenido Mister Marshall! ¡¡Cuánta idiotez!!
Ya hay un nuevo Gobierno en Grecia. Y tal y como todos esperábamos, nada más producirse el nombramiento, han llegado las primeras críticas, las primeras reacciones, y las primeras acusaciones. En concreto, lo que el mundo esperaba de un gobierno de izquierdas, su igualdad. Y es que son numerosas…