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Línea de fuego Reportajes detallados de la realidad boliviana del siglo XXI

10/02/2023

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19/05/2022
Entrevista a Marie-Monique RobinUNA EPIDEMIA DE PANDEMIAS AMENAZA AL PLANETA«El mejor antídoto contra la próxima pandemi...
17/06/2021

Entrevista a Marie-Monique Robin
UNA EPIDEMIA DE PANDEMIAS AMENAZA AL PLANETA
«El mejor antídoto contra la próxima pandemia es preservar la biodiversidad»
Fuente: France 3

En su último libro, “La fabrique des pandémies” (La fábrica de pandemias), la periodista francesa Marie-Monique Robin ha conversado con 62 científicos de todo el mundo cuyas conclusiones son categóricas: la pandemia actual es solo la punta del iceberg. Detrás vendrán otras y todos somos responsables de ello.

Marie-Monique Robin es periodista y cineasta. Nacida en Gourgé (departamento francés de Deux-Sèvres), fue galardonada con el premio Albert-Londres en 1995 y ha dirigido los documentales «El mundo según Monsanto» (en francés, Le monde selon Monsanto) y «El Roundup frente a los jueces» (en francés, Le Roundup face à ses juges). La fabrique des pandémies es su último trabajo. A continuación, la entrevista que concedió a la cadena de televisión France 3.

P Una epidemia de pandemias amenaza al planeta, eso es lo que se desprende de estas entrevistas. ¿Los científicos con los que ha conversado lo tienen claro?

Los 62 científicos de los cinco continentes con los que he hablado trabajan en disciplinas muy diversas. Algunos son infectólogos, epidemiólogos, médicos, parasitólogos o veterinarios, pero todos tienen la misma convicción: el mejor antídoto contra la próxima pandemia es preservar la biodiversidad. En este punto son categóricos.

De hecho, han descubierto una serie de mecanismos que muestran cómo la destrucción de la biodiversidad —la deforestación o la destrucción de bosque tropical primario en África, Sudamérica o Asia— está en el origen de las zoonosis. Las zoonosis son enfermedades provocadas por patógenos que se transmiten de la fauna silvestre al ser humano y, muy a menudo, a través de los animales domésticos.

-Y sobre esto se ha determinado claramente la responsabilidad del ser humano, ¿no?

Totalmente y fue muy sorprendente para mí. No se trata solo de decir «es una pena, las aves y los pandas están desapareciendo...». Hay, por ejemplo, mecanismos que muestran realmente cómo en una selva tropical equilibrada que no ha sido fragmentada, los agentes patógenos que albergan los animales que la habitan están presentes de forma latente.

Cuando rompemos ese equilibrio eliminando a los grandes mamíferos, los depredadores desaparecen también. El problema es que esos depredadores se alimentan de roedores, que son el principal reservorio de agentes patógenos, antes incluso que los primates o los murciélagos. Si preservamos la integridad de los bosques, todo se mantiene en un estado latente; si la desequilibramos, estamos ante una verdadera bomba biológica. El mejor ejemplo de este «efecto de dilución» es la enfermedad de Lyme.

- ¿Cómo funciona este «efecto de dilución»?

En Estados Unidos, los investigadores han demostrado que el reservorio de la bacteria que transmite la enfermedad de Lyme [a través de las garrapatas] es el ratón de patas blancas. Si queremos evitar que las garrapatas se alimenten de la sangre de estos ratones, hay que lograr que se recupere la población de sus depredadores como, por ejemplo, zarigüeyas, que no portan la bacteria.

Si reducimos la biodiversidad eliminando a las zarigüeyas y a las ardillas [que han acabado huyendo por falta de espacio], solo quedará un tipo de roedor (los ratones). Los «especialistas» [que solo se alimentan de determinados alimentos] van a desaparecer; no así los «generalistas» [que se alimentan de cualquier cosa]. Y los roedores generalistas son los principales reservorios de agentes patógenos como la bacteria que causa la enfermedad de Lyme. De ahí la importancia de preservar el equilibrio.

- Eso es también lo que pasó en Malasia con el virus Nipah, ¿no?

Es otro buen ejemplo. En 1997, se quemó de forma intencionada la selva de Borneo para introducir plantaciones de palma aceitera. Los murciélagos que vivían en esos bosques tropicales se vieron obligados a huir. Hay que decir que son animales extraordinarios: son los únicos mamíferos capaces de volar y, por ello, han desarrollado un sistema inmunitario que les permite estar llenos de agentes patógenos y aun así no enfermar, una verdadera proeza.

Sin embargo, cuando destruimos su hábitat, estos murciélagos excretan todos los patógenos que albergan como reservorios que son debido al estrés [los científicos han llegado a calibrar esas hormonas del estrés en animales huidos]. En 1997, los murciélagos que se vieron obligados a huir se refugiaron en los árboles frutales plantados en la costa de Malasia.

Se comieron los mangos, defecaron sobre los criaderos de cerdos de las granjas intensivas que se encontraban justo debajo y les contagiaron este nuevo virus [denominado «Nipah», por el nombre de la localidad malasia donde se produjo el contagio], que a su vez infectó a los humanos. Los cerdos son el mejor huésped intermedio entre los agentes patógenos de la fauna silvestre y el ser humano.

Compartimos con este animal el 95 % de nuestros genes y en términos de intercambio de agentes patógenos es el mejor amigo del hombre. Se ve bien la conexión: la deforestación, la industrialización y, al final, la globalización, porque esos cerdos iban destinados al mercado chino. Tenemos todos los ingredientes necesarios. Y ese modelo lo observamos en muchas otras enfermedades zoonóticas.

- ¿Como el ébola?

Marie-Monique Robin: Sí. Es la primera gran enfermedad zoonótica. Apareció en África en 1976 y fue transmitida por primates expulsados de su hábitat a causa de la deforestación. Había tráfico de primates para comer su carne y a partir de ahí, es fácil imaginar cómo se encadenó todo. Y lo mismo con el sida.

- Leyendo su libro uno se da cuenta de que finalmente la barrera de las especies ha desaparecido, ¿no?

Completamente. Es lo que dice Jean-François Guégan, investigador del INRAE (Instituto Nacional Investigación para la Agricultura, la Alimentación y el Medioambiente) y del IRD (Instituto de Investigación para el Desarrollo). Guégan dice que eso que nos enseñaron cuando éramos estudiantes de que existe una barrera entre las especies, que nos protege y que permite que los patógenos no puedan pasar…, todo eso es falso, es completamente falso.

Lo que sabemos también es que la humanidad se encuentra en una situación totalmente inédita: nuestra actividad antrópica, la actividad humana, ha modificado considerablemente el entorno hasta tal punto que si seguimos deforestando como hasta ahora —por hablar de los bosques tropicales—, pronto no quedara ni uno. Y esto está ocurriendo muy rápidamente.

Al modificar los paisajes, estamos generando cambios muy profundos: obligamos a las poblaciones de animales a desplazarse o a desaparecer y alteramos el clima. Los investigadores nos dicen que las causas que están en el origen de las nuevas enfermedades son las mismas que están provocando el cambio climático.

Esto significa que cuando se es responsable político, si se quiere evitar la próxima pandemia, hay que tomar medidas a nivel integral y global. Por ejemplo, hay que dejar de importar soja transgénica para alimentar al ganado europeo. Porque cuando importamos soja de Argentina o de Brasil, antes de eso ha habido una deforestación que hará enfermar no solo a los pueblos que viven en esos países, sino también a nosotros.

También hay que dejar de importar aceite de palma para usarlo como combustible para nuestros vehículos. Todo está ligado, todo está interconectado. Y estas medidas que adoptemos para preservar la biodiversidad también serán positivas para el clima. Serán buenas para el clima, buenas para la salud y buenas para la biodiversidad.

- Una de las grandes demostraciones del libro es que hace ya tiempo que los investigadores habían detectado los riesgos. «Lo sabíamos» es lo que usted escribe...

Todos estos científicos llevan dando la voz de alarma desde hace al menos veinte años, demostrando cómo la biodiversidad protege la salud. Y no se les escucha. Seguimos teniendo una visión muy fragmentada de la ciencia y de la acción política que la acompaña; funcionamos con la lógica de los silos: cuando uno es médico no se ocupa de los animales y cuando es veterinario no se ocupa de los humanos.

Es ridículo. Hasta hace dos siglos, ambas disciplinas se enseñaban al mismo tiempo porque no hay nada más cercano a nosotros que los animales. Pensemos por ejemplo en los cerdos, o mejor, en los primates. El 99 % de los genes de los chimpancés son similares a los nuestros. Tenemos una visión muy fragmentada y eso hace que ya no tengamos una visión global, pese a estar en la era del Antropoceno.

Hemos cambiado de era geológica, ya no estamos en el Holoceno. Estamos alterando el clima y nos encontramos de lleno en la sexta extinción de especies, algo muy grave. La última desaparición de una especie se dio con los dinosaurios hace 65 millones de años. Estamos en la sexta extinción de especies y somos nosotros, los humanos, los que la hemos provocado con nuestra actividad. Vivimos una época muy particular, única: tenemos que revisar nuestra manera de funcionar. Los científicos a los que he entrevistado invocan un nuevo concepto, el «One Health», del que se habla cada vez más.

Lo que dice este concepto de «salud planetaria» es que es absolutamente necesario tener una visión global: no podemos disociar la salud de los animales, ya sean domésticos o salvajes, de la de los humanos, es imposible.

Cuando los ecosistemas están enfermos, todo el mundo está enfermo. Los científicos dicen que hay indicios que demuestran cuándo el ecosistema está enfermo y que se traducen en diarreas en ciertas poblaciones, enfermedades crónicas, etc. Esto quiere decir también que tenemos que salir de esta lógica tecnicista que hace que hoy día, frente a la pandemia, nuestra única obsesión sea la de encontrar una vacuna y un medicamento.

- Si el riesgo de pandemias va a incrementarse según lo previsto, ¿quiere eso decir que la carrera por la vacuna a la que asistimos actualmente es completamente inútil?

Al menos eso es lo que dicen los científicos. Esta carrera es inútil en el sentido de que lo único que hacemos es eso. No es que no haya que buscar una vacuna contra la pandemia en estos momentos, a pesar de todas las dudas que hay sobre su eficacia, ya que es un virus que muta enormemente, más que el de la gripe.

Varios científicos tienen dudas sobre la capacidad de sacar una vacuna tan rápidamente. Jean-François Guégan nos lo recuerda. El problema es que no estamos haciendo otra cosa. No hacemos lo que los científicos preconizan, que es abordar las causas que provocan que los agentes patógenos que desde siempre se han alojado, por ejemplo, en los murciélagos sin causar daños, de pronto se hayan convertido en un riesgo para los humanos.

Eso es lo que tenemos que resolver realmente de forma colectiva, es muy importante. Hay, pese a todo, algunos indicios que demuestran que se empieza a tomar conciencia. El año que viene se celebrará en Marsella el Congreso Mundial de la Naturaleza, aplazado debido a la pandemia, y Francia va a presentar una moción sobre la deforestación importada.

Cuando echamos aceite de palma a nuestros motores, estamos contribuyendo a la deforestación en Indonesia y en otros lugares. Cada acto de consumo en Europa tiene un impacto en el medioambiente al otro lado del mundo. Como dice un científico en mi libro, cuando talamos árboles en la Guayana Francesa podemos provocar una enfermedad en la otra punta del mundo y eso mismo se aplica a los aviones de largo recorrido.

- ¿Por eso el riesgo de que surja un nuevo virus es mayor en Asia o África?

Exactamente. Los científicos han constatado que los agentes patógenos no se reparten de cualquier forma en el planeta. Mientras más descendemos hacia los trópicos, mayor es la biodiversidad, más mamíferos y aves silvestres hay y, por tanto, más agentes patógenos potenciales.

Lo que demuestran los estudios es que cuanto más se destruye el medioambiente en esas zonas, mayor es el riesgo debido al efecto de dilución. Porque, como he dicho antes, es en los bosques tropicales donde se encuentra el mayor número de reservorios de agentes patógenos potenciales. Y una vez más, esos agentes patógenos siempre han existido y hasta hace poco no eran un problema. Ahora mismo sí lo son porque los estamos echando de los bosques. Evidentemente, la solución no está en eliminar a todos los murciélagos o a todos los roedores del mundo; todos desempeñan una función para la ecología. La solución consiste en revisar nuestra relación con el medioambiente y con la fauna silvestre y reconsiderar nuestro lugar en el planeta. Hay científicos que me han dicho que tenemos que dejar de pensar que estamos en la cúspide de la pirámide, porque con esta actitud tan arrogante estamos destruyendo la vida de la que dependemos para vivir y acabaremos destruyéndonos a nosotros mismos.

- ¿Es el objetivo del libro, despertar conciencias? ¿Tenemos tiempo todavía?

Es como con el clima: es urgente, pero aún es posible hacer algo. Hay que parar definitivamente la deforestación, dejar de intervenir en los bosques tropicales, pero eso también significa que hay que alentar a esos países para que encuentren cultivos de sustitución o medios para reducir la pobreza.

Hay que tener en cuenta que la presión ejercida sobre los ecosistemas, principalmente sobre los bosques tropicales, se debe también a la explosión demográfica que, en gran parte, está ligada a la pobreza. De hecho, me sorprende mucho escuchar a científicos que me hablan de eso, que me dicen que, para frenar las próximas pandemias, evidentemente hay que dejar de destruir la biodiversidad, pero también hay que resolver el problema de la pobreza, porque está relacionado.

En Asia se interviene cada vez más en los bosques tropicales, ya sea por parte de las grandes multinacionales que quieren producir aceite de palma o cualquier otra cosa, o por los pequeños campesinos que sencillamente no tienen tierra para alimentarse. Es necesario instaurar una nueva ética que cuide mejor el medioambiente, pero también a los seres humanos. Es un cambio profundo que incluye a la economía.

- ¿Qué hacer?

Después de todos estos años haciendo documentales y escribiendo libros, llego siempre a la misma conclusión: tenemos un modelo económico que se basa en beneficios ilimitados de los que solo disfruta una pequeña minoría. Imagínese, 28 multimillonarios en el mundo poseen tanto como 3.500 millones de personas. ¡Se ve claramente que aquí hay un grave problema!

No es posible seguir con este sistema de producción ilimitada sin tener en cuenta en ningún caso los daños causados al medioambiente y que sufren una mayoría de personas que no se benefician de esas actividades económicas. ¡Es muy importante que lo entendamos! Todos los científicos a los que he entrevistado para escribir mi libro estaban confinados en sus casas en Australia, Estados Unidos o Gabón y todos estaban muy deprimidos y muy preocupados por sus hijos y sus nietos.

Todos me dijeron que nos dirigimos hacia el desastre y que tenemos que despertar de una vez. En los últimos treinta años se ha acelerado el ritmo de pandemias. Hasta mediados de los años 70 aparecía una nueva enfermedad emergente cada 15 años. En la actualidad, surgen entre una y cinco al año, y el ritmo se acelera. De momento se ha paralizado la economía por un virus que mata al 1 % de la población. Obviamente, es demasiado, pero hay que poner las cosas en su contexto: este virus mata menos que la malaria o el ébola, que mata al 50-60 % de las personas contagiadas. Imagínese que llega un virus tan letal como el ébola que se transmite por vía aérea, ¿qué haríamos? Está claro que estamos en una encrucijada y que debemos adoptar una visión a medio y largo plazo y no una visión cortoplacista como la que tenemos en estos momentos.

Traducción de Marta Gómez Barrera

  𝗧𝗥Á𝗙𝗜𝗖𝗢 𝗠𝗢𝗥𝗧𝗔𝗟 𝗬 𝗖𝗢𝗟𝗢𝗡𝗜𝗭𝗔𝗖𝗜Ó𝗡𝘛𝘦𝘹𝘵𝘰 𝘥𝘦 𝘙𝘰𝘨𝘦𝘳 𝘊𝘰𝘳𝘵é𝘻 𝘏𝘶𝘳𝘵𝘢𝘥𝘰La acusación de proteger o participar del tráfico de co***na...
27/04/2021


𝗧𝗥Á𝗙𝗜𝗖𝗢 𝗠𝗢𝗥𝗧𝗔𝗟 𝗬 𝗖𝗢𝗟𝗢𝗡𝗜𝗭𝗔𝗖𝗜Ó𝗡
𝘛𝘦𝘹𝘵𝘰 𝘥𝘦 𝘙𝘰𝘨𝘦𝘳 𝘊𝘰𝘳𝘵é𝘻 𝘏𝘶𝘳𝘵𝘢𝘥𝘰

La acusación de proteger o participar del tráfico de co***na ha sido una de las armas arrojadizas preferidas en las disputas partidistas bolivianas, especialmente contra el régimen del MAS, dada su cuna y proximidad con los dirigentes cocaleros del Chapare. También ha sido una de las más inútiles e impotentes, cuando se ve la historia electoral nacional de este siglo.

El arresto del segundo ministro de Tierras del actual gobierno, acusado de pedir y aceptar los primeros 20.000 dólares de un soborno de medio millón de la moneda extranjera, nos golpea con inusitada fuerza en el rostro, al demostrarnos, por enésima vez, que el verdadero gran tráfico y negocio del régimen es el de la tierra.

El enardecimiento que ha producido la detención del ministro y su diligente viceministro, en las filas del evismo, como en la de algunos de sus competidores internos y en la dirigencia de la organización social de la que procede el presidente, permite descubrir la brutal y mortal magnitud del tráfico de tierras en Bolivia.

Los colonizadores, colectivo social compuesto originalmente por el amplio sector de campesinos pobres obligados a migrar en busca de mejores tierras y posibilidades de sobrevivencia, fue desde los años 50 del siglo pasado, el sujeto que extendió los límites del mercado interno, abrió senda a la presencia estatal y consolidó de esta manera la soberanía del país.

Equívocamente se les expropió y cambió el nombre e identidad por el insípido y traicionero denominativo de “interculturales”. Este cambio ocurrió al mismo tiempo que la dirección sindical del sector, íntimamente vinculada a los cocaleros y medianos y pequeños soyeros de Santa Cruz, desarrollaba crecientes vínculos con la toma de tierras.

Al principio se trataba de algunas grandes propiedades privadas, generalmente mal habidas bajo influencia de dictaduras militares, pero, a partir de la segunda presidencia de Morales, con el auspicio del ministerio de Tierras y de INRA, la actividad se ha ido enfocando en el saqueo y expropiación de tierras fiscales, reservas y parques naturales y territorios indígenas, como lo han denunciado reiteradamente investigaciones de la Fundación Tierra y otras.

Con el pretexto de ampliar frontera agrícola para aumentar la producción de alimentos, se trasladan familias que extraen ilegalmente recursos maderables, especies animales y, finalmente, incendian y arrasan el bosque, porque el gran y verdadero negocio es ampliar el mercado de tierras que termina vendiéndose a empresarios extranjeros.

No se trata, como afirma el casi eterno ministro Juan Quintana, a tiempo de señalar que sobornos ministeriales son irrelevantes, de un negocio de medio siglo de duración, sino de los últimos años, cuando el cultivo internacional de oleaginosas ha hecho que inversores extranjeros busquen tierras bolivianas, copadas inicialmente por grupos de colonizadores, quienes venden sus “conquistas” a empresarios que tienen los contactos y relaciones necesarias para comercializarlas a escala internacional.

El cultivo de soya y de otras especies para “biocombustibles”, usando semillas transgénicas no tiene sustento y destino económico en nuestro país, si no es con el enorme subsidio que obtiene del tráfico de tierras, porque los grandes productores vecinos usan las mismas técnicas -más baratas y accesibles en sus países- y tienen la ventaja de estar al lado de puertos que están alejados de nosotros por miles de kilómetros.

Los productores internacionales pueden darse el lujo de producir en Bolivia, porque esos lotes más caros, se diluyen en sus costos, al mismo tiempo que les dan la ventaja de aumentar su potencia en cantidad de oferta.

De allí que la alianza económica entre colonizadores -base fuerte del masismo- y agroempresarios es tan poderosa e íntima, pese a las contradicciones entre el MAS y las expresiones políticas de esas élites económicas. De allí también que la abrogación de decretos pro transgénicos, e indirectamente de agrotóxicos, signifique muy poco, ya que al actual Gobierno se ha comprometido a sustituir los decretos por leyes.

El tráfico de tierras que hoy arrasa e incendia, hace arder también nuestro futuro colectivo, porque los bosques y territorios avasallados son el verdadero recurso estratégico común y la base de una nueva economía y nuestra propia vida.

𝘗𝘶𝘣𝘭𝘪𝘤𝘢𝘥𝘰 𝘦𝘯 “𝘌𝘭 𝘋𝘦𝘣𝘦𝘳”, 𝘚𝘢𝘯𝘵𝘢 𝘊𝘳𝘶𝘻, “𝘗á𝘨𝘪𝘯𝘢 𝘚𝘪𝘦𝘵𝘦", 𝘓𝘢 𝘗𝘢𝘻 𝘺 𝘥𝘪𝘢𝘳𝘪𝘰 “𝘓𝘰𝘴 𝘛𝘪𝘦𝘮𝘱𝘰𝘴”, 𝘊𝘰𝘤𝘩𝘢𝘣𝘢𝘮𝘣𝘢. 𝘔𝘢𝘳𝘵𝘦𝘴 27 𝘥𝘦 𝘢𝘣𝘳𝘪𝘭 𝘥𝘦 2021

EL LÁTIGO DE LA IGNORANCIA Y LA CODICIATexto de Roger Cortéz HurtadoEstoy bastante seguro de que, en abril de 2020 cuand...
13/04/2021

EL LÁTIGO DE LA IGNORANCIA Y LA CODICIA
Texto de Roger Cortéz Hurtado
Estoy bastante seguro de que, en abril de 2020 cuando acababa de ordenarse el cierre de fronteras, con una severa limitación de movimientos y actividades, al mismo tiempo que empezaban a presentarse, a gotas, los primeros casos, no podíamos siquiera figurarnos que, un año después, la situación de alarma e incertidumbre se extendería sin cambios decisivos y ante nuestros ojos continuaría desplegándose un horizonte preñado de incógnitas sin respuesta.
Cuando finalizaba el pasado invierno y los políticos profesionales disputaban con ánimos de guerra la fecha de elecciones, había empezado a imponerse en el mundo, la noción de que el aterrizaje de vacunas, elaboradas en plazos inauditos, bajo el estímulo de milmillonarias inversiones y las más ardorosas presiones políticas, inauguraría la época en que se despejaría el panorama y la enfermedad empezaría a quedar apenas como un mal y vago recuerdo.
Pero, ocurre que ahora, cuando tenemos no una sino varias vacunas, y la perspectiva de muchas otras más, las posibilidades ciertas de ganar batallas decisivas a la enfermedad del coronavirus, continúan mostrándose esquivas y difusas.
La pandemia ha disuelto, de la más extraña manera, algunas diferencias clásicas entre países “avanzados” y “rezagados” porque, así sea transitoriamente, los ritmos de sus olas, picos y valles resultan, de tan caprichosos, inextricables, de modo que todos los supuestos referidos a las bondades e intrínseca superioridad de los sistemas sanitarios fuertes y ordenados, no parecen impedir que se presenten crisis idénticas a los de sistemas paupérrimos y anárquicos.
En medio de tal confusión, aquí suponemos que estamos atravesando la transición entre la segunda y la tercera ola, mientas al norte, hay países que estarían ingresando a una cuarta ola, no obstante el avance de las vacunaciones. Como quiera que sea, finalmente empezamos a estar conscientes de que nuestras cifras oficiales sobre infecciones y muertes reflejan, con suerte, un tercio, si es que no un quinto, de lo que verdaderamente está ocurriendo.
Lo que pasa con la epidemiología se aplica a cualquier otro campo que se relacione con el virus, ya que, en el tiempo transcurrido, toda la ciencia y tecnología disponibles poco han avanzado en conocerlo mejor.
Si al principio, pensábamos que se comportaría como agente de infecciones respiratorias, hoy se acerca al centenar el número de manifestaciones que se le atribuyen, casi en todos los órganos y sistemas, al mismo tiempo que ignoramos casi todo sobre nuestra respuesta inmunológica y el tiempo que verdaderamente pueden protegernos las vacunas, mientras nos revelan inesperadas variedades de larga o indefinida duración.
Con tantas interrogantes y ante el inmenso y casi universal atraso de las inmunizaciones, para no hablar de la multiplicación de problemas económicos, hace un año habría sido casi imposible adivinar que los políticos estarían hoy consumiendo su tiempo y nuestra paciencia y energías, discutiendo sobre la importancia de volver a legalizar el uso de dinamita en manifestaciones pacíficas, el incremento de los presupuestos de propaganda o las justificaciones para explicar las sonadas y rotundas derrotas electorales, conducidas y forjadas por el jefe de campaña y amo de la única formación política, con apariencia de partido, que existe en nuestro país.
No son menos desoladoras las propuestas, debates y planes estatales y empresariales, para una recuperación económica, siempre basada en el esquema de “ordeño” de recursos hidrocarburíferos, minerales y de tráfico de tierras.
El esforzado exvicepresidente, de más largo y poderoso mandato, quiere convencer de que saldremos adelante aplicando nuevos o viejos impuestos, al mismo tiempo que su endiosado jefe supone que un crecimiento del PIB del 4% es idéntico a cualquier otro, aunque el año previo el retroceso haya rozado el 10%.
Tanta acumulación de ignorancia, real o pretendida, sumada a la genuina codicia de poder, dejan claro que el reencuentro y la conciliación que requerimos para salir al frente de los que se están convirtiendo rápidamente en los mayores desafíos de nuestra historia, están librados a la iniciativa y capacidad social y, de ninguna manera, a la dinámica de jefes, caudillos y organizaciones políticas -sea que tengan apariencia partidista, sindical o corporativa- porque están completamente ensimismadas en el abismo de sus más mezquinos intereses.
Publicado el martes 13 de abril de 2021 en los diarios “El Deber” de Santa Cruz, “Página Siete” de La Paz, “LosTiempos” de Cochabamba

𝗕𝗥𝗔𝗦𝗜𝗟 𝗔𝗡𝗨𝗡𝗖𝗜𝗔 𝗟𝗔 𝗖𝗥𝗘𝗔𝗖𝗜Ó𝗡 𝗗𝗘 𝗨𝗡𝗔 𝗩𝗔𝗖𝗨𝗡𝗔 𝗗𝗘 𝗔𝗟𝗧𝗔 𝗖𝗢𝗡𝗙𝗜𝗔𝗕𝗜𝗟𝗜𝗗𝗔𝗗 𝗖𝗢𝗡𝗧𝗥𝗔 𝗖𝗢𝗩𝗜𝗗-𝟭𝟵El Instituto Butantan, vinculado al Gobier...
26/03/2021

𝗕𝗥𝗔𝗦𝗜𝗟 𝗔𝗡𝗨𝗡𝗖𝗜𝗔 𝗟𝗔 𝗖𝗥𝗘𝗔𝗖𝗜Ó𝗡 𝗗𝗘 𝗨𝗡𝗔 𝗩𝗔𝗖𝗨𝗡𝗔 𝗗𝗘 𝗔𝗟𝗧𝗔 𝗖𝗢𝗡𝗙𝗜𝗔𝗕𝗜𝗟𝗜𝗗𝗔𝗗 𝗖𝗢𝗡𝗧𝗥𝗔 𝗖𝗢𝗩𝗜𝗗-𝟭𝟵
El Instituto Butantan, vinculado al Gobierno del Estado de São Paulo, solicitó autorización para el inicio de la fase clínica, con pruebas en voluntarios, y espera tener la inmunización lista para julio
Informe de 𝘏𝘦𝘭𝘰í𝘴𝘢 𝘔𝘦𝘯𝘥𝘰𝘯ç𝘢 𝘺 𝘙𝘰𝘥𝘰𝘭𝘧𝘰 𝘉𝘰𝘳𝘨𝘦𝘴
“Una vacuna 100% brasileña”. Así es como el gobernador de São Paulo, presentó ButanVac, el primer inmunizante contra la covid-19 producido en Brasil. La vacuna fue desarrollada por el Instituto Butantan, que solicitó a Anvisa (la agencia reguladora del país) la autorización para iniciar las fases 1 y 2 de las pruebas, en las que se evaluará la seguridad y la capacidad de promover la respuesta inmunitaria con 1.800 voluntarios.
Después, en la fase 3, se aplicará el inmunizante en hasta 9.000 voluntarios para determinar su eficacia. La vacuna, según el instituto, ya ha presentado en estudios preclínicos, realizados en animales, una elevada respuesta inmunitaria, lo que puede indicar que será necesaria una sola dosis para la inmunización completa en humanos, una ventaja que sólo tiene el inmunizador, fabricado por Johnson & Johnson. La expectativa es que, si las pruebas resultan favorables, ya esté disponible para la población a finales del primer semestre de este año.
Según el presidente del instituto Butantan, Dimas Covas, el inmunizador comenzó a producirse en 2020. La vacuna fue enviada a la India para ser probada en animales y, según él, tuvo resultados “excelentes”. “Desde entonces, fue una lucha intensa, un esfuerzo enérgico de todo el equipo, tanto desde el punto de vista de la producción como de las negociaciones internacionales”, aclaró. Butantan es el principal productor de ButanVac, con el 85% de la capacidad de suministro de la vacuna, en un consorcio internacional que incluye otros dos laboratorios, uno de Vietnam y otro de Tailandia, donde ya se ha iniciado la fase 1.
La idea es que la vacuna se suministre no solo a Brasil, sino también a otros países de renta baja y media, que han tenido más dificultades para comprar las vacunas actualmente disponibles. Covas tiene previsto enviar todavía este viernes un expediente del desarrollo clínico a la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa) para solicitar la autorización de las siguientes fases de los estudios. La vacuna debería empezar a producirse ya en mayo y el plan es poner a disposición 40 millones de dosis hasta julio, dice el vocero del instituto Butantan.
La tecnología de ButanVac es la misma que se utiliza en la producción de la vacuna contra la gripe, que ya se fabrica en el instituto, produciéndose en huevos de gallina. Según Dimas Covas, ningún otro inmunizador contra la covid-19 en el mundo utiliza esta tecnología. Con esto, según él, se hace más barato y seguro. “Esta es la generación 2.0 de la vacuna. Hemos aprendido de las vacunas anteriores y ahora sabemos cuál es una buena vacuna para la covid-19, y está ya incorpora algunas de esas modificaciones”, explica Covas.
La tecnología del inmunizador utiliza el virus inactivado de una gripe aviar, llamada enfermedad de Newcastle, que contiene la proteína S (Spike) del coronavirus de forma integral. Cuando se introduce en el cuerpo, esta proteína estimula la respuesta inmunitaria a la covid-19. Este virus de la gripe aviar no causa síntomas en los humanos, siendo una alternativa muy segura, según afirma el Butantan. Según Covas, ButanVac ya utilizará la proteína S de la variante amazónica, la P.1, más transmisible y posiblemente más letal.
Dado que Butanvac utiliza una tecnología ya muy utilizada en el propio instituto para fabricar la vacuna anual contra la gripe común, Covas cree que esto será un factor añadido para acelerar su desarrollo. Las vacunas covid-19 que más rápido se desarrollan en el mundo tardaron menos de seis meses en completar sus fases 1 y 2. “Pero eran totalmente nuevas”, dijo Covas.
Si las pruebas demuestran la eficacia y se autoriza la nueva vacuna, será un complemento importante para Brasil, que actualmente sufre una escasez de inmunizadores debido a la falta de organización del gobierno federal y que hasta ahora ha vacunado con una dosis a menos del 7% de la población.
El Instituto Butantan, vinculado al Gobierno de São Paulo, ya produce con el laboratorio chino Sinovac la Coronavac, responsable de la mayor parte de la vacunación que se realiza actualmente en Brasil y que inicialmente fue despreciada por Bolsonaro.
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𝗣𝗥𝗘𝗦𝗜𝗗𝗘𝗡𝗧𝗘 𝗖𝗢𝗖𝗔𝗟𝗘𝗥𝗢 𝗤𝗨𝗜𝗘𝗥𝗘 𝗧𝗘𝗥𝗠𝗜𝗡𝗔𝗥 𝗩Í𝗔 𝗣𝗢𝗥 𝗘𝗟 𝗧𝗜𝗣𝗡𝗜𝗦“Vamos a terminar estas grandes obras”, dijo Morales en Trinidad. E...
21/02/2021

𝗣𝗥𝗘𝗦𝗜𝗗𝗘𝗡𝗧𝗘 𝗖𝗢𝗖𝗔𝗟𝗘𝗥𝗢 𝗤𝗨𝗜𝗘𝗥𝗘 𝗧𝗘𝗥𝗠𝗜𝗡𝗔𝗥 𝗩Í𝗔 𝗣𝗢𝗥 𝗘𝗟 𝗧𝗜𝗣𝗡𝗜𝗦

“Vamos a terminar estas grandes obras”, dijo Morales en Trinidad. El dirigente del área protegida Benigno Noza reaccionó: “𝘛𝘦𝘯𝘥𝘳𝘦𝘮𝘰𝘴 𝘲𝘶𝘦 𝘮𝘰𝘳𝘪𝘳 𝘰 𝘲𝘶𝘦 𝘯𝘰𝘴 𝘱𝘢𝘴𝘦 𝘭𝘢 𝘮𝘢𝘲𝘶𝘪𝘯𝘢𝘳𝘪𝘢 𝘱𝘰𝘳 𝘦𝘯𝘤𝘪𝘮𝘢 𝘥𝘦 𝘯𝘰𝘴𝘰𝘵𝘳𝘰𝘴”.

Evo Morales Ayma, presidente de las seis federaciones de cultivadores de coca del Chapare y jefe de campaña electoral del MAS, que en 2011 se vio obligado a paralizar la construcción de una carretera por el corazón del Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS) volvió ayer (20 de febrero) a la carga y exigió votos para sus candidatos, anunciando que gestionará la conclusión de la carretera entre San Ignacio de Moxos (Beni) y Villa Tunari (Cochabamba).

La dirigencia del área protegida y la oposición en el Legislativo criticaron el anuncio del exmandatario y calificaron de “un crimen” contra la naturaleza.

Torciendo completamente los hechos, Morales Ayma dijo “Ya teníamos contrato firmado para el camino San Ignacio-Villa Tunari y el gobierno de facto ha perjudicado; como la derecha perjudica, (la obra) está paralizada”.

La aseveración es tan falsa como absurda, porque fue la VIII marcha indígena que, en 2011, obligó a detener las obras, financiadas de manera turbia, por el Banco de Desarrollo del Brasil (BANDES), ocho años antes de la apresurada fuga de Morales a México y de la posesión del mediocre y corrupto gobierno de la señora Añez.

Morales olvidó, además, mencionar que los financiadores brasileños suspendieron la provisión de fondos, al destaparse públicamente el incumplimiento de la ley por el gobierno de Morales, al no haber realizado la consulta previa a los pueblos afectados

En 15 de agosto de 2011, alrededor de 2.000 personas de pueblos de tierras bajas iniciaron la segunda marcha indígena (la primera fue en 1990), desde el trópico hacia la cordillera. Entonces Morales presidía su segundo mandato. La marcha pacífica impugnaba la construcción de una la carretera que pretendía unir Villa Tunari con San Ignacio de Moxos y partir por la mitad el TIPNIS.

𝙇𝙖 𝙥𝙧𝙤𝙩𝙚𝙨𝙩𝙖 𝙡𝙤𝙜𝙧ó 𝙙𝙚𝙩𝙚𝙣𝙚𝙧 𝙚𝙡 𝙥𝙧𝙤𝙮𝙚𝙘𝙩𝙤, después que el 25 de septiembre de ese año fuera intervenida de manera violenta por 500 policías, en Chaparina, cerca de San Borja. Entonces, varios indígenas fueron golpeados y amordazados.

Pese a todo la marcha llegó a La Paz el 19 de octubre. Cinco días después, Morales promulgaba la Ley 180 de protección del TIPNIS que declaró el Parque Isidoro Sécuré como intangible y con ello suspendió la construcción de la carretera.

En su tercer mandato ininterrumpido, en 2019, Morales anuló el carácter de intangibilidad del TIPNIS. De esta manera, Evo Morales cumplió su amenaza de e que “𝘵𝘢𝘳𝘥𝘦 𝘰 𝘵𝘦𝘮𝘱𝘳𝘢𝘯𝘰” se construirá la carretera. En agosto de 2018, tres puentes terminaban de ser construidos en el TIPNIS: sobre los ríos Isiboro, Ibuelo y Sesarzama.

Aunque Morales Ayma prometió que “Con Lucho Presidente (Luis Arce), Alex (Ferrier) gobernador (del Beni) y Jimmy (Seoane) alcalde (de Trinidad) vamos a terminar estas grandes obras, con caminos pavimentados”, sus comentarios parecen ser más bien parte de la construcción de una plataforma de relanzamiento de sus aspiraciones presidencialistas cuando, más adelante, se verifique que 𝘈𝘳𝘤𝘦 𝘊𝘢𝘵𝘢𝘤𝘰𝘳𝘢 𝘯𝘰 𝘵𝘪𝘦𝘯𝘦 𝘮𝘢𝘺𝘰𝘳𝘦𝘴 𝘱𝘰𝘴𝘪𝘣𝘪𝘭𝘪𝘥𝘢𝘥𝘦𝘴 𝘥𝘦 𝘤𝘶𝘮𝘱𝘭𝘪𝘳 𝘵𝘢𝘭𝘦𝘴 𝘤𝘰𝘮𝘱𝘳𝘰𝘮𝘪𝘴𝘰𝘴, 𝘱𝘰𝘳 𝘭𝘰𝘴 𝘦𝘧𝘦𝘤𝘵𝘰𝘴 𝘥𝘦 𝘭𝘢 𝘤𝘳𝘪𝘴𝘪𝘴 𝘷𝘪𝘨𝘦𝘯𝘵𝘦 𝘺 𝘭𝘢 𝘢𝘨𝘰𝘯í𝘢 𝘥𝘦𝘭 𝘮𝘰𝘥𝘦𝘭𝘰 𝘥𝘦 𝘥𝘦𝘴𝘢𝘳𝘳𝘰𝘭𝘭𝘰 𝘷𝘪𝘨𝘦𝘯𝘵𝘦.

En ese escenario, el mesianismo que caracteriza a Morales, aparece como el 𝙖𝙧𝙞𝙚𝙩𝙚 𝙥𝙖𝙧𝙖 𝙥𝙧𝙤𝙘𝙡𝙖𝙢𝙖𝙧𝙨𝙚 𝙘𝙤𝙢𝙤 “𝙚𝙡 ú𝙣𝙞𝙘𝙤” 𝙦𝙪𝙚 𝙥𝙪𝙚𝙙𝙚 𝙧𝙚𝙖𝙡𝙞𝙯𝙖𝙧 𝙚𝙨𝙖𝙨 “𝙜𝙧𝙖𝙣𝙙𝙚𝙨 𝙤𝙗𝙧𝙖𝙨” (𝙖𝙙𝙚𝙢á𝙨 𝙙𝙚 𝙞𝙣ú𝙩𝙞𝙡𝙚𝙨 𝙮 𝙘𝙧𝙞𝙢𝙞𝙣𝙖𝙡𝙚𝙨 𝙘𝙤𝙣𝙩𝙧𝙖 𝙚𝙡 𝙢𝙚𝙙𝙞𝙤𝙖𝙢𝙗𝙞𝙚𝙣𝙩𝙚).

El desbosque, el saqueo de recursos que acompañan la colonización y el uso de tierras no aptas para ganadería y agricultura, cual es la pretensión de los cocaleros más ricos, con el propósito de diversificar sus capitales, mediante la soya, la ganadería y, 𝗲𝘀𝗽𝗲𝗰𝗶𝗮𝗹𝗺𝗲𝗻𝘁𝗲 𝗲𝗹 𝘁𝗿á𝗳𝗶𝗰𝗼 𝗱𝗲 𝘁𝗶𝗲𝗿𝗿𝗮𝘀, 𝗽𝗮𝗿𝗮 𝗼𝗳𝗿𝗲𝗰𝗲𝗿𝗹𝗮𝘀 𝗮 𝗰𝗼𝗿𝗽𝗼𝗿𝗮𝗰𝗶𝗼𝗻𝗲𝘀 𝗲𝘅𝘁𝗿𝗮𝗻𝗷𝗲𝗿𝗮𝘀, devastarían y desecarían el importante núcleo hidrológico que es el 𝗧𝗜𝗣𝗡𝗜𝗦, 𝗰𝘂𝘆𝗼 𝗮𝗿𝗺𝗼𝗻𝗶𝗼𝘀𝗼 𝗳𝘂𝗻𝗰𝗶𝗼𝗻𝗮𝗺𝗶𝗲𝗻𝘁𝗼 𝗻𝗮𝘁𝘂𝗿𝗮𝗹 𝗲𝘀 𝗶𝗻𝗱𝗶𝘀𝗽𝗲𝗻𝘀𝗮𝗯𝗹𝗲 𝗽𝗮𝗿𝗮 𝗱𝗲𝗳𝗲𝗻𝗱𝗲𝗿 𝗮 𝗕𝗼𝗹𝗶𝘃𝗶𝗮 𝗱𝗲 𝗹𝗼𝘀 𝗽𝗲𝗼𝗿𝗲𝘀 𝗲𝗳𝗲𝗰𝘁𝗼𝘀 𝗱𝗲𝗹 𝗰𝗮𝗹𝗲𝗻𝘁𝗮𝗺𝗶𝗲𝗻𝘁𝗼 𝗴𝗹𝗼𝗯𝗮𝗹.

La senadora Cecilia Requena calificó ayer la pretensión de concluir la construcción de la carretera por el TIPNIS como un “ecocidio y un crimen” contra la naturaleza y contra los pueblos originarios: t’simane, yuracaré y mojeño, que incluye a mojeños, ignacianos y trinitarios.

“El anuncio de Evo Morales es indignante y finalmente insistir es un crimen, ecocida y un crimen contra los pueblos indígenas que habitan en el TIPNIS. Esa carretera destruiría el corazón del TIPNISicos de oeste a este y los partiría yendo de sur a norte”, protestó la senadora.



El presidente de la Subcentral Tipnis, Benigno Noza, afirmó ayer que las comunidades indígenas en el área protegida están convencidas de que no permitirán la conclusión de la construcción de la carretera y si aquello ocurre, preferirán morir o que la maquinaria pase sobre ellos.



“Tendremos que morir o que nos pase la maquinaria por encima de nosotros para que no podamos hablar, pero nosotros tenemos que defendernos como sea, con uñas y dientes, así el Gobierno ponga fuerza pública”, afirmó el dirigente indígena y exigió a la minoría en el Legislativo a defender el Tipnis. “Se tienen que hacer respetar, así sean minoría”.

Noza aseguró que “estamos en pie de lucha, no vamos a arrodillarnos ante un partido avasallador de leyes y de los derechos humanos”, pues “estamos luchando por un territorio colectivo, por un territorio que nuestros padres nos heredaron, no el Gobierno” y anunció que “vigilia y lucha permanente de nuestro territorio”.

La Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) informó que los cultivos de coca en el TIPNIS se incrementaron entre 2009 y 2010. El informe anual de monitoreo en 2010 reportó que hay 1.183 hectáreas de hoja coca en el Tipnis, cifra superior a la registrada en 2009, 1.083 hectáreas.

“Los cocaleros ahora producen más coca porque Evo Morales dio más derechos para sembrar cocales en el sur del TIPNIS”, afirmó Noza y aseguró que los cocaleros no solo aumentan los cultivos de coca, sino que se afilian a los cocaleros del trópico de Cochabamba

Fuente: Informe del periodista Cándido Tancara Castillo

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