13/01/2025
“OIORPATA” / "ASESINAS DE HOMBRES"
Según Heródoto, en el siglo V a. C., los griegos habían derrotado a un ejército de mujeres en una batalla cerca de Termodón y numerosos guerreros estaban cautivos.
Para llevarlos a Grecia los subieron a barcos. Durante el viaje de regreso, las mujeres planearon y desataron una gran rebelión acabando con sus captores, apoderándose de sus embarcaciones una tormenta los llevó a tierra.
Al entrar, se enfrentaron al ejército de los escitas. Pero éstos, después de hacer las paces con las mujeres, se mezclaron con ellas y tuvieron hijos. El resultado fue una sociedad matriarcal.
Los escitas llamaban a las amazonas "Oiorpata", asesinas de hombres. Por ningún motivo se sometieron al hombre.
La historia las recuerda porque les gustaba la guerra y odiaban a los hombres, pensaron que debían perseguir las culturas patriarcales de los hombres y matarlos por sus creencias. Entonces, las siguientes generaciones de amazonas eran descendientes de los escitas de todos modos.
En la mitología griega, las Amazonas están retratadas en varios poemas épicos y leyendas antiguas, como los Trabajos de Heracles, la Argonautica y la Ilíada.
Eran un grupo de guerreras y cazadoras conocidas por su agilidad física, fuerza, tiro con arco, habilidad para montar y las artes del combate. Su sociedad estaba cerrada a los hombres y sólo criaban a sus hijas y devolvían sus hijos a sus padres, con quienes sólo socializarían brevemente para poder reproducirse.
El término Amazona puede derivarse de un etnónimo iraní *ha-mazan- 'guerreros', palabra atestiguada indirectamente mediante una derivación, un verbo denominacional en la glosa de Hesiquio de Alejandría ("hamazakaran: 'hacer la guerra' en persa"), donde aparece junto con la raíz indoiraní *kar- 'hacer'
Décadas de descubrimientos arqueológicos de lugares de enterramiento de guerreras, incluida la realeza, en las estepas euroasiáticas sugieren que las culturas de los caballos de los pueblos escita, sármata e hitita inspiraron el mito del Amazonas.
En 2019, cerca de Voronezh, Rusia, se encontró una tumba con varias generaciones de guerreras escitas, armadas y con tocados dorados.