01/03/2022
Dioses de la Tierra - Prologo
Desde hace muchos años, en todos los reinos y países suelen hablar sobre la maldición del apellido Tomagua, una leyenda que narra la historia de dos héroes que cambiaron el curso de la historia y trajeron consigo múltiples de beneficios. El primero de ellos, es el gran hechicero, Kai Tomagua, quién trajo a estas tierras el milagro de la magia y los estudio por completo para poder traer consigo equilibrio. Además, que él fue quien designo a todos los dioses de cada tierra y sus límites. Cientos de años pasaron y llegó el segundo de ellos, Naito Tomagua, quién lucho contra las fuerzas del mal y libró la gran guerra divina donde muchos de nuestros dioses murieron, por no decir que todos para poder traer nuevamente el equilibrio mágico. Este último nació en Claissus, un imperio que es conocido por su gran fuerza y su abundancia en oro. Pues resulta que desde entonces no dejaban de llamarse la Ciudad de dios y empezaron a cerrar fronteras con todo el mundo e ignoraban los gritos de ayuda de todos sus vecinos. El apellido Tomagua dejo de ser tan difícil de encontrar y los claissianos no dejaban de ponerles el apellido a sus hijos porque creían que simbolizaba el éxito y la buena fortuna para sus hijos. Por lo tanto, el rey de Claissus empezó una búsqueda exhaustiva en busca del gran legado de Naito y su familia para protegerlos y usarlos para cuando lo necesite. Ahí, es donde vengo a encajar yo. Resulta que mi padre regreso a Claissus en el último año de ingreso a los ciudadanos extranjeros, como su apellido era Tomagua, todos supusieron que era un claissiano que había viajado por comercio y cuando se enteró de la noticia volvió inmediatamente, por lo que sin muchas preguntas lo dejaron entraron a él y a mi madre. Pasaron mucho tiempo desapercibidos y tuvieron dos pequeños niños; de mi hermano no hablaré mucho por ahora. Pero, como todo personaje principal, tuve que llegar a quitarles ese status quo. Resulta que desde pequeño he tenido una gran afinidad con el mundo espiritual y como era muy chico, no sabía que esta habilidad era muy poco común y que la desarrollaban personas demasiado particulares. ¿Alguna vez tuvieron amigos imaginarios? Pues yo tenía muchísimos y no eran de la clase de los que yo inventaba, eran personas que no conocía y que me conversaban porque… Bueno, estar mu**to y vagando por una tierra donde nadie se mete debe estar aburrido y poder hablar con un vivo debe ser emocionante, así sea un mocoso que ni sabe matemáticas aún. La cosa es que uno de nuestros vecinos, estudioso el muchacho, notó esa particularidad en mí y se lo conto al gran rey, que ofrecía una recompensa por información al respecto. Pues, el rey no era ningún tonto y relaciono con el extraño poder con el apellido y -intentando imitar la voz del rey de tona burlesca- “¡Por el nombre del reino y la protección de nuestros ciudadanos…!” -cambia el tono de voz a uno más serio- me secuestraron. Desde entonces, me tienen entrenando, estudiando y rezando todos los días para poder conseguir algo que pueda desatar mi potencial y ser el tercer Tomagua en resaltar en el mundo y el segundo que es claissiano. Pues, para un niño es difícil de asimilar y termina aburriéndose, pero eventualmente tendrían razón. Por cierto, antes de empezar con el inicio de mi historia, me gustaría presentarme; mi nombre es Zack Tomagua, también conocido en la actualidad como “El prisma del mundo”.