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ARQUÍMEDES RIVERO, EL GURÚ DE LAS RADIONOVELAS Y TELENOVELAS, NOS CUENTA SU EXITOSA EXPERIENCIA EN VENEZUELA.
Aunque nació en Pinar del Río, Cuba, un 30 de abril de 1930, este talentoso actor, productor y empresario, ama y quiere a Venezuela como su segunda patria. Hijo de padre militar y madre ama de casa, Arquímedes sintió desde pequeño la vocación de pertenecer al mundo artístico, por lo que a los catorce años ya era locutor. En La Habana, trabajó en la radio como actor de reparto y también como protagonista en varias radionovelas, una de ellas, “la más importante”, fue “Pecadora”, escrita por Rubén Romeu. En ese tiempo también actuó en el cine cubano en varias cintas, siendo la más recordada “Se acabaron las mujeres”, pero en los años cincuenta abandonó su tierra natal y se fue a Centro América, a países como Nicaragua y Panamá. En esos mismos años decide viajar a Venezuela y comienza a trabajar en Radio Caracas Televisión como actor.
En 1955 conoce a Felipe Serrano, dueño de una pequeña emisora llamada Radio Rumbos, la cual se encontraba en los últimos lugares del rating, mientras que Radio Caracas Radio y Radio Continente se disputaban el primer lugar. Arquímedes se da cuenta que en Radio Rumbos sólo trasmitían música y daban la hora y se le enciende el bombillo y en vista de que Serrano le había hablado para que le diera algunas ideas a fin de mejorar la programación, ni tonto ni perezoso le hace una proposición por demás atrevida: “¡Yo le pongo su emisora en el primer lugar!”. – Y Serrano le contestó: “Si alguien me ayuda a poner esta emisora en segundo lugar, yo le hago una estatua”. – “Pues no me tiene que poner ninguna estatua, yo sólo le quiero ofrecer una fórmula”. – “¿Y cuál es esa fórmula?” – “A base de una nueva programación de radionovelas de mucha fuerza que gusten al público. Estoy seguro de que la audiencia las recibirá con mucho cariño”. – Serrano compró la idea y le dio carta blanca para que realizara lo prometido.
Según relata Arquímedes, “Había que empezar con pocas radionovelas, una o dos. Armé un cuadro de comedia de la gente que estaba desocupada en ese momento y de gente que trabajaba también en Radio Caracas y en Radio Continente, pero que no eran exclusivos de esas estaciones. Recuerdo que me acompaño una gran actriz, Gladys Hernández, conocida en esos tiempos, al igual que doña Olga Castillo, Horacio Saro y Armando Hernández Vera, un gran narrador. Montamos novelas sencillas y hacíamos concursos y la gente escribía cartas hablando de las tramas de las novelas. Gustaban mucho y al cabo de algunos meses que comenzaron a hacer investigaciones del rating, Radio Rumbos aparecía en el tercer o cuarto lugar; es decir, ya estaba en la pelea, aunque no tan cerca de Radio Continente ni de Radio Caracas. Sin embargo, el señor Serrano se entusiasmó con la programación y me autorizó para que hiciéramos más novelas. Mejoró el presupuesto y yo agrandé el cuadro de comedia. Hicimos programas de aventuras; en aquella época teníamos a “Los tres Villalobos” y, una aventura que yo mismo hacía que se llamaba “Mr. Chang”, que era un detective chino, además de un programa que se llamó “Conflictos humanos”, también en la mañana, y una novela llamada “La ley de los hombres”.
Ocurrió que en esa época, cuando gobernaba Marcos Pérez Jiménez, invitamos al público a que asistiera a Radio Rumbos a presenciar en el estudio de la emisora el último capítulo, para que viera cómo se desempeñaban los actores, delante del micrófono en el episodio final de “La ley de los hombres” y asistió tanta gente que se llenó el estudio, se llenaron los pasillos del edificio, se llenó el lobby, la acera y después la cuadra completa, desde el Cine Junín hasta la esquina de Marcos Parra. Aquello parecía una manifestación, porque se llenó todo. Pero cuál no sería nuestra sorpresa cuando, antes de hacer el capítulo final (casi una hora antes), se aparecieron varios funcionarios la Seguridad Nacional a llevarnos presos, “porque estábamos incitando a una manifestación que podía perjudicar al gobierno”. Total que nos llevaron a la jefatura de Capuchinos y nos metieron presos. Llamé a Felipe Serrano y él les explicó que esa no era nuestra intención, que solamente habíamos invitado al público para el estudio de grabación, pero que la radionovela le había gustado tanto al público que se había llenado la cuadra completa de gente. Al convencerse que estábamos diciendo la verdad, nos soltaron para que fuéramos a realizar el capítulo, que comenzó no a las 11 como estaba previsto, sino cerca de las 12. El público ya estaba desesperado, porque quería escuchar y ver a los artistas. Aquello fue tan apoteósico y tan grande para Felipe Serrano, que me preguntó emocionado “¿Qué debemos hacer ahora?, ¡porque esto gusta muchísimo!”. Le dije entonces que debíamos hacer más novelas, por lo que agrandé el cuadro de comedias.
Contábamos ya con siete u ocho novelas y a fin de año, Radio Rumbos aparecía en el segundo lugar en el rating, de modo que seguimos con la programación dramática y fue tan exitosa que seis meses después, Radio Rumbos estaba ocupando el primer lugar y las que estaban en segundo y tercer lugar sumaban nuestro rating. Durante muchos años, con todos los programas que hicimos, al igual que la serie “Martin valiente” (que tuvo muchísimo éxito), hicimos por segunda vez “El derecho de nacer”, que ya la había trasmitido Radio Continente en 1952. La repetimos en el 57 o en el 58. A partir de esa época, Radio Rumbos se mantuvo hasta el año 80 en el primer lugar. Las otras emisoras deseaban tener el segundo lugar, porque sabían que el primero no lo podían tener.
Cuando cayó la dictadura en 1958, en lugar de tener treinta y pico de novelas diarias como llegamos a tener, porque trasmitíamos novelas desde las ocho de la mañana hasta las nueve de la noche, se montaron los noticieros con éxito y se compartía la programación con bloques de novelas por la mañana, luego, “Noti-Rumbos” al mediodía, después el bloque de novelas desde la una hasta las cinco de la tarde que volvía el noticiero y en la noche programas festivos. Pocas veces se habla de esto, pero es comprobable: la historia está ahí y los periódicos de la época lo confirman. Es fácilmente demostrable que no hubo ninguna otra emisora que tuviera el primer lugar, sino que siempre lo mantuvo Radio Rumbos.
En una época, cuando equivocadamente Radio Rumbos quitó las radionovelas y yo me fui a Radio Tropical, ésta subió a primer lugar y Rumbos pasó al segundo o tercero. Entonces me llamó Felipe Serrano y yo volví a Radio Rumbos, que retomó el primer lugar hasta 1980.
-La novela es la expresión más bella de la literatura universal. Las historias de amor estarán latentes siempre, porque es algo maravilloso. Pasarán muchos siglos y siempre estará en primer plano ese sentimiento, las historias románticas siempre gustarán. No hay ninguna diferencia para los gustos de la radionovela y la telenovela, teniendo en cuenta que esta última es una cosa más moderna, que incluye el color, los paisajes, la pantalla; las historias son las mismas y las novelas que yo hacía en Radio Rumbos fueron después a la televisión.
En los años setenta, cuando me llamó el señor Billy Phelps para ofrecerme la jefatura de dramáticos de Radio Caracas Televisión, lo que yo llevé fueron las novelas que tuvieron más éxito en la radio: “La usurpadora”, que fue un éxito tremendo en la televisión, era de Radio Rumbos; “La indomable”, que fue otro éxito. También, “Los ricos también lloran”; “La italianita”, e infinidad de historias triunfadoras que venían de la radio. Este medio para mí era como un termómetro para probar las cosas que más gustaban. De todo el bloque de novelas yo escogía la que más gustaba y la llevaba a la televisión”.
Hoy día Arquímedes está dedicado a la producción de fonolibros, contentivos de novelas grabadas en discos CD que se venden mucho en todo el mundo. “El audio siempre gustará porque la mente es la cámara de televisión que más colores tiene. Creo que la radionovela seguirá siendo muy exitosa. Se han realizado ensayos en esta época, pero no lo han hecho bien. Si lo hacen correctamente, no dudo que volverán a triunfar”, así finalizó señalando el indiscutible Zar de las radionovelas y telenovelas de habla hispana, residente desde hace varios años en los Estados Unidos.
En la gráfica. Arquímedes Rivero, el Zar de las radionovelas y telenovelas de habla hispana, residente en Estados Unidos desde hace varios años.