05/04/2025
Una camarera, Sarah, en un restaurante de Estados Unidos, presentó un menú de almuerzo a una pareja. Antes de que miraran el menú, le dijeron que recomendara los dos platos más baratos porque no tenían suficiente dinero. Habían estado luchando financieramente durante meses.
Sarah no lo dudó. Ella sugirió dos platos, y ellos aceptaron sin dudarlo, asumiendo que eran los más baratos. Comieron rápidamente y, antes de irse, le pidieron a Sarah la cuenta. Regresó con un pedazo de papel en el que había escrito: "Pagué su cuenta de mi cuenta personal como regalo. Este es un regalo de $ 100 de mi parte, y esto es lo menos que puedo hacer. Gracias por venir. Atentamente, Sarah.
Al salir del restaurante, la pareja se llenó de alegría. Lo que sorprendió a Sarah fue que, a pesar de sus propias dificultades financieras, sintió una inmensa alegría al pagar la cuenta de la pareja. Había estado ahorrando dinero durante casi un año para comprar una lavadora automática porque la vieja le estaba causando muchos problemas. Sin embargo, lo que más le dolió fue cuando su amiga la regañó por ayudar a los demás en lugar de priorizar sus propias necesidades.
Durante esta conversación, Sarah recibió una llamada de su madre, quien le gritó: "Sarah, ¿qué has hecho?" Sarah respondió tímidamente: "No hice nada. ¿Qué pasó? Su madre respondió: "Facebook te está elogiando a ti y a tus acciones. La pareja a la que ayudaste publicó tu mensaje en Facebook y muchas personas lo compartieron. Estoy orgulloso de ti".
Tan pronto como Sarah terminó de hablar con su madre, una amiga de la escuela la llamó, indicando que su mensaje se había vuelto viral en todas las plataformas sociales digitales. Cuando Sarah abrió su cuenta de Facebook, recibió cientos de mensajes de productores de televisión y reporteros de prensa pidiéndole que se reuniera y discutiera sus acciones.
Al día siguiente, Sarah apareció en uno de los programas de televisión estadounidenses más populares y vistos. El presentador le regaló una lujosa lavadora, un televisor moderno y 10.000 dólares. También recibió un vale de compra de 5.000 dólares de una empresa de electrónica. Los regalos llegaron a raudales y la cantidad que recibió en elogio por su gran gesto humanitario superó los 100.000 dólares.
Dos comidas que costaron unos pocos dólares más 100 dólares cambiaron su vida. La caridad no se trata de regalar algo que no necesitas; Se trata de regalar algo que necesitas a alguien que lo necesita más. La verdadera pobreza es la pobreza de la humanidad y de las actitudes.