12/30/2022
“Al oír esto, un hombre que estaba sentado a la mesa con Jesús exclamó: «¡Qué bendición será participar de un banquete en el reino de Dios!». Jesús respondió con la siguiente historia: «Un hombre preparó una gran fiesta y envió muchas invitaciones. Cuando el banquete estuvo listo, envió a su sirviente a decirles a los invitados: “Vengan, el banquete está preparado”; pero todos comenzaron a poner excusas. Uno dijo: “Acabo de comprar un campo y debo ir a inspeccionarlo. Por favor, discúlpame”. Otro dijo: “Acabo de comprar cinco yuntas de bueyes y quiero ir a probarlas. Por favor, discúlpame”. Otro dijo: “Acabo de casarme, así que no puedo ir”. »El sirviente regresó y le informó a su amo lo que le habían dicho. Su amo se puso furioso y le dijo: “Ve rápido a las calles y callejones de la ciudad e invita a los pobres, a los lisiados, a los ciegos y a los cojos”. Después de hacerlo, el sirviente informó: “Todavía queda lugar para más personas”. Entonces su amo dijo: “Ve por los senderos y detrás de los arbustos y a cualquiera que veas, insístele que venga para que la casa esté llena. Pues ninguno de mis primeros invitados probará ni una migaja de mi banquete”».”
Lucas 14:15-24 NTV
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Jesús nos recuerda la importancia de las cálidas invitaciones. Él contó esta parábola, el hombre invitó a muchos invitados a su fiesta pero todos tenían excusas. Y en Mateo 11:28, Jesús dice: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar”. Una gozosa bienvenida espera a quien viene a Jesús. ¿Por qué dudar? Jesús ama a todas las personas al máximo y anhela que entremos en una relación transformadora de vida con él.
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Oración:
Señor Jesús, gracias por invitarnos a tu mesa. Venimos a ti tal como somos, pidiéndote que vivas y reines en nosotros. Amén.